Guadalupe Mejía (varón) se dirigía en bicicleta a su casa de habitación en la comarca La Playwood, en el municipio de Tipitapa, el pasado domingo a eso de las 9:00 de la mañana, cuando un niño de unos nueve años le pidió un aventón.
Al instante en que el señor de 68 años se detuvo, un sujeto que estaba escondido atrás de un poste lo golpeó en la cabeza y le propinó un disparo en el hombro con un arma hechiza tipo escopeta.
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“Me confié porque era un niño y no le vi nada de malicia, por eso me detuve. Fue en cuestión de segundos, primero sentí un fuerte golpe y después el balazo en el hombro. Al final vi cómo el chavalito y el hombre se fueron en mi bicicleta, mientras yo me retorcía del dolor en media calle”, narró el afectado.
Mejía fue auxiliado por vecinos, quienes lo llevaron al Hospital Yolanda Mayorga, de Tipitapa, pero a causa de la gravedad de la herida fue trasladado al Hospital Alemán Nicaragüense, donde según el afectado recibió una pésima atención.
“Llegué ensangrentado y ni siquiera se dignaron a lavarme la herida, lo tuvo que hacer mi hijo. Después pasó buen rato hasta que me hicieron la placa”, dijo.
En el centro médico le realizaron una radiografía donde se pueden ver los perdigones regados en el hombro y varios pedazos incrustados en la parte derecha de la clavícula.
En el Hospital Alemán Nicaragüense los médicos le indicaron a Mejía que no podían operarlo hasta que lo evaluara un especialista en ortopedia, ya que la cirugía podría afectar aún más la movilidad de su brazo derecho.
“Ahora estoy más fregado que antes, porque yo utilizo una sierra en la pollera donde trabajo. Si me dejan esos charneles adentro, quién sabe si voy a poder mover el brazo otra vez”, expresó con lágrimas en los ojos el señor.
Hasta el cierre de esta edición se desconocía si el afectado sería intervenido quirúrgicamente, pero sus familiares indicaron que fue trasladado otra vez al Hospital Yolanda Mayorga en Tipitapa, donde supuestamente le darán seguimiento médico.
MÁS DELINCUENCIA
Familiares y amigos de Mejía señalaron que el índice delictivo en esa comarca de Tipitapa ha aumentado y culparon a los nuevos asentamientos que el Gobierno creó en las cercanías.
“Lo que este Gobierno nos trajo fue un montón de delincuentes. Ahora no podemos ir a la ciudad, porque arriesgamos la vida”, expresó Concepción Dávila, esposa del afectado.
Los habitantes de esa comarca y los pueblos vecinos están alarmados porque hace pocos días robaron dos bicicletas en el mismo punto en que se dio el asalto de Guadalupe Mejía y también encontraron los cadáveres de dos personas que fueron asesinadas cuando les robado.
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