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Las inundaciones causadas por La Niña parecían no tener fin en octubre de 2010. Pero en el mismo mes desaparecieron. LA PRENSA/G. MIRANDA

La Niña expira, pero sigue lloviendo en marzo

El fenómeno de La Niña, que el año pasado provocó más muertes que el huracán Ida de 2009, aparentemente llegó a su fin.

El fenómeno de La Niña, que el año pasado provocó más muertes que el huracán Ida de 2009, aparentemente llegó a su fin.

Según el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), el océano Pacífico sur presentó niveles de temperatura neutros en la última medición.

Esto significa que la temperatura de la superficie del Pacífico había regresado a los 24 a 26 grados Celsius, que es lo normal en el sur de este océano.

Para que La Niña se presente es necesario que el océano Pacífico sur se enfríe un poco frente a las costas de Perú en Sudamérica.

Basta con que su temperatura baje 0.5 grados Celsius o 1.0 grados Celsius para que toda la atmósfera que cubre el planeta resulte afectada.

En algunos países La Niña es sinónimo de lluvias intensas, en otros significa sequía.

[doap_box title=”La Niña no era normal” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

  • El fenómeno de La Niña que inició el año pasado se presentó con intensas lluvias y tormentas, tal como se esperaba. Pero no venía normal.
En la primera parte del año pasado su presencia parecía inminente en términos estadísticos, pero no en las pruebas reales. Pero de pronto se hizo presente, provocando en Nicaragua lluvias intensas.

La Niña no dio lugar a la época de apante, por lo que se vislumbraba un fenómeno copioso. Y lo fue. Hizo llover el 50 por ciento más de lo normal. Pero una vez más sorprendió al dejar de llover de forma súbita antes del fin de la temporada. Se pensaba que este año continuaría, sin embargo, sólo duró los tres primeros meses.

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En cualquiera de los casos se traduce en desastre cuando los países no están preparados para enfrentar los efectos del cambio climático, que se expresan por medio del calentamiento global.

La Niña siempre es la versión opuesta al fenómeno de El Niño, al que generalmente le sigue.

El actual fenómeno de La Niña le siguió al de El Niño de 2009.

La Niña se presenta en Nicaragua con inundaciones y ciclones. Sin embargo, a fines del año pasado mostró un debilitamiento inesperado.

Para entonces, ya había causado más de 80 muertes y había afectado al 80 por ciento de los municipios de Nicaragua.

La Niña de 2010 llevó incluso a decretar estado de alerta verde en los municipios con costa en los lagos y ríos caudalosos de Nicaragua.

Pero las posibilidades de que La Niña desapareciera ya eran altas en el mes de febrero.

“Se decía que en los primeros tres meses del año (iba a expirar) pero a partir de la llamada época seca se volvió neutra, subieron las temperaturas del mar (hasta lo normal)”, comentó Rafaela Ñurinda, meteoróloga del Ineter.

“Tenemos época neutra, no está ni La Niña y El Niño”, aseguró la especialista.

LLUVIAS DOBLEMENTE RARAS

Esto hace que las lluvias que se están presentando en diferentes zonas de la región del Pacífico de Nicaragua sean doblemente raras.

Son raras, en primer lugar, porque no deberían presentarse en esta época, menos en marzo, que es el mes más seco del año junto con abril, explicó Ñurinda.

La ausencia de La Niña es la otra razón, pues se trata de la única excusa para la presencia de las precipitaciones en plena época seca del año.

Ñurinda mencionó que no es extraño que llueva en las regiones autónomas del Atlántico, ya que ahí llueve casi todo el año, pero sí es raro la presencia de precipitaciones en el Pacífico ahora mismo.

La especialista explicó que las lluvias se están dando por el paso de ejes de vaguada que se extienden desde la zona del Caribe de Nicaragua hasta alcanzar el Pacífico.

A pesar de esto, las precipitaciones no han estado ni cerca de ser moderadas, puesto que su presencia es tan débil que hay casos en que no son registradas por los aparatos de medición del Ineter.

Ñurinda mencionó que la anomalía está relacionada al cambio climático, ya que este afecta el comportamiento del clima en espacios de tiempos cortos, es decir en el día a día.

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