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Eduardo Enríquez

¿Por qué todo lo maleamos?

Es increíble la capacidad que te nemos los nicaragüenses de arruinar hasta las mejores ideas y al parecer no hay nadie que pueda decir “hombré, esto que se está haciendo es incorrecto”.

Yo siempre he pensado y sigo pensando que la mejor manera que los nicaragüenses pueden tener para escoger a sus candidatos es a través de elecciones primarias, y además voy un paso más adelante y creo que los diputados (que deberían ser menos de los que son actualmente) deben elegirse uno por distrito.

De todo esto, al menos la idea de las primarias iba cuajando. Sabíamos que iba a ser un poco confuso el proceso, ya que era la primera vez, y que iba a ser un proceso “interpartidario”, en lugar de lo normal, que es un proceso dentro de un partido.

¿Por qué había que hacer primarias? Porque la población expresaba un deseo de unidad en la oposición y porque los dos verdaderos contendientes, Eduardo Montealegre y Arnoldo Alemán, en aquel momento (hace más de un año) no daban señales de ceder. El punto era ese, que la gente escogiera entre Alemán y Montealegre.

Pero no. Comenzaron a “organizar” las primarias y comenzó el arroz con mango.

Por una razón que todavía no puedo entender, el organizador en ese momento, la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), aceptó que todo el que llegaba a esa mesa diciendo “soy partido” iba a tener un voto.

Hasta debajo de las piedras salieron “partidos” que nunca se han ganado un solo voto y otros que aparentemente se formaron del aire.

El PLC mandó a sus partidos satélites PUCA y Pali como partidos individuales. Y aparecieron otros, como el Grupo Multipartidario, el cual sólo conozco que lo forman dos personas. Es la fecha y no sé de dónde sacan el “multi” en ese nombre.

Esto claramente mató las primarias antes de que nacieran, pues ¿en qué cabeza cabe que en una mesa de negociación van a tener el mismo peso un partido como el PLC, que demostró tener más de 600 mil votos en las últimas elecciones, frente a un PUCA, un Pali o un Grupo Multipartidario?

De ese arroz con mango sale otra decisión que va contra toda lógica de primarias: “que todo mundo vote, que la elección sea con padrón abierto”.

Pero si las primarias presuponen que son entre un grupo determinado, no el todo de la sociedad. Para eso mejor se hace de una vez la elección nacional. Se supone que se trata de que los que forman parte del grupo puedan elegir candidatos. El grupo que ya eligió por su lado no tiene por qué participar.

¿Cómo se iba a hacer eso? Con un prerregistro que serviría de calistenia y hasta de ahorro, pues le permitiría a los organizadores “practicar” las primarias con el prerregistro y también saber cuántas boletas iban a imprimir. ¿O es que piensan imprimir 12 millones de boletas para tener suficiente por si los tres millones de votantes deciden llegar y votar en las cuatro elecciones?

Pero lo que da más risa es que la organización iba a paso de tortuga hasta que uno de los verdaderos contendientes propuso retirarse, cederle el puesto al empresario radial Fabio Gadea y pidió al otro hacer lo mismo. Entonces las cosas se aceleraron en la organización.

La elección a través de primarias es un proceso válido y consolidaría nuestra democracia, pero siempre lo he dicho, con reglas claras y seriedad. Este arroz con mango sólo da ventaja a los oportunistas de siempre.

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