A los problemas que le señalan a la Dirección General de Servicios Aduaneros (DGA) se agrega el seguir permitiendo la subvaloración de materias primas y productos ya elaborados que entran al país.
Alfredo Marín, presidente de la Cámara de Industrias de Nicaragua (Cadin), dijo ayer que esa práctica ilegal daña a los industriales formales y beneficia a los importadores que están defraudando al Fisco.
Marín aseguró que los casos fueron presentados, con las pruebas de la defraudación por tráfico de influencias de funcionarios de la DGA, al director general Eddy Medrano Soto, pero éste no ha sabido responder con la beligerancia esperada.
Uno de los casos evidentes es el de las candelas de esperma procedentes de China Continental, donde la DGA ha reducido el pago de impuestos para introducir al país.
La solución que Medrano planteó es que duplicará el impuesto al importador de candelas, pasando de cobrar 250 dólares a 500 dólares, algo que Cadin no respalda porque sigue sin aplicarse correctamente la ley.
Marín añadió que aún así la DGA no estaría valorando el precio real de la importación, porque en el mercado chino el costo de la tonelada de candela de esperma es de 1,800 dólares.
“El problema es que no se trata de lo que él (Medrano) quiera ni lo que quiera Cadin, sino de cuánto es lo que realmente vale esa importación”, reclamó.
Cadin reclama que aún cuando el mismo presidente Daniel Ortega ordenó a Medrano corregir el problema, al “reconocer que es una estafa”, el funcionario de la DGA sigue permitiendo la subvaloración de la mercancía.
“¿Cuál es el privilegio que el importador de las candelas tiene y por qué el señor Eddy Medrano lo defiende, cuando la evidencia es abrumadora?”, cuestionó Marín.
BLOQUEAN EXPORTACIONES
Las dificultades también se dan con las exportaciones, porque en los puestos de Aduana en las fronteras los funcionarios están reteniendo los contenedores, con interpretaciones erróneas de los procedimientos para autorizarlas.
Según Marín, se dan situaciones extremas. “Nos detienen las cargas hasta por tres días porque, en un dato del documento de exportación, tal vez no aparece especificado el porcentaje de algún colorante que se usó en el proceso de elaboración de la mercancía, porque lo más probable es que era mínimo”.
“Es inaudito. Está bien que sean exigentes pero no hay que hacer cosas absurdas, las normas hay que aplicarlas inteligentemente”, reclamó.
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