BOGOTÁ/AFP
La segunda vuelta presidencial en Colombia transcurría el domingo con “normalidad”, pese a “escaramuzas” que dejaron al menos cinco militares muertos el fin de semana y obligaron a trasladar unas 300 mesas de votación, informó el ministro del Interior, Fabio Valencia.
“Hay una normalidad casi total, pese a las escaramuzas que dejaron tres soldados muertos este domingo en zonas rurales de los departamentos (provincias) de Norte de Santander (noreste), Meta (sur) y Antioquia (noroeste)”, señaló Valencia a la prensa.
Dos infantes de marina murieron el sábado en un combate con guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el municipio de Tumaco (suroeste, ribereño del océano Pacífico), según las autoridades.
Además, los militares decomisaron el sábado 74 explosivos artesanales que, según dijeron, iban a ser utilizados por las FARC para sabotear los comicios en Cali y otras localidades del suroeste del país.
Las autoridades hallaron este domingo varios explosivos en la localidad de Hacarí, en Norte de Santander, y reforzaron la vigilancia en la cercana región de Catatumbo ante las amenazas de grupos ilegales de cometer ataques.
Valencia señaló que, debido a problemas de orden público o mal tiempo, se trasladaron unas 300 mesas de votación en remotas aldeas de varias regiones, aunque los ciudadanos podían acudir a las cabeceras municipales para sufragar.
En total se habilitaron 71.777 mesas de votación en todo el país y están habilitados casi 30 millones de electores.
Unos 350.000 efectivos del Ejército y la Policía Nacional garantizan el desarrollo de la jornada electoral.
Pese a la vigilancia en las rutas, al menos seis personas murieron y 30 resultaron heridas en un accidente de tránsito el domingo en Pailitas (600 km al norte de Bogotá, en el departamento de Cesar), informaron las autoridades.
