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Luis Sánchez Sancho

Perseo y Medusa

Perseo, hijo de un dios (Zeus) y de una mujer mortal (Dánae), tenía que ir en busca de Medusa para matarla y volver con su cabeza como prueba de tal hazaña. A eso se comprometió con su protector, Polidecto, rey de Sérifos, quien pretendía casarse con Dánae, pero Perseo se oponía tenazmente. De manera que dándole esa tarea Polidecto pensaba librarse de Perseo para siempre, pues todo el que hasta entonces había pretendido matar a Medusa, terminó muerto en el intento.

Medusa (“la astuta”) era la única mortal de las hermanas trillizas llamadas las Gorgonas (“las horrendas”). Las otras dos, que eran inmortales, se llamaban Esteno y Euríale. Las tres Gorgonas tenían el mismo aspecto monstruoso. En sus cabezas, en vez de cabellos, tenían serpientes que podían morder e inyectar su veneno mortal hasta a una distancia de metro y medio. Poseían colmillos de jabalí y alas de murciélago. Sus cuerpos estaban cubiertos con escamas de bronce y por manos y pies tenían garras poderosas. Y además, con su mirada las Gorgonas convertían en piedra a todo aquel que se atreviera a verlas de frente.

Pero no siempre las Gorgonas fueron esos seres monstruosos. Ellas eran hijas del dios marino Forcis y de la ninfa Ceto y tenían otras hermanas trillizas, conocidas como las Grayas y cuyos nombres eran Enyo, Penfredo y Treino. Las Grayas nacieron ya ancianas y con su monstruoso aspecto. En cambio Medusa, Esteno y Euríale vinieron al mundo como seres normales. Inclusive, en su juventud eran bellísimas muchachas que entre sus diversos atributos físicos lucían magníficas y envidiables cabelleras.

Dos de las Gorgonas, Esteno y Euríale, eran muy vanidosas, tanto, que pretendían ser más hermosas que la misma Atenea, la hija de Zeus que era diosa de la sabiduría. Pero por semejante osadía las dos hermanas fueron transformadas en seres horribles y repugnantes y por eso mismo fueron llamadas las Gorgonas.

El caso de Medusa fue distinto. Se cuenta que ella era más linda que sus hermanas Esteno y Euríale, pero no tan vanidosa como aquellas. Su desgracia fue causada porque entre sus muchos pretendientes, divinos y mortales, se contaba Poseidón, hermano de Zeus y dios de los océanos.

Empeñado en hacer suya a Medusa, Poseidón adquirió la forma de un ave marina, raptó a la hermosa muchacha y la llevó al templo de Atenea, donde la poseyó sexualmente. De aquella relación sexual Medusa quedó embarazada, pero sólo hasta su muerte habría de alumbrar al hijo que Poseidón engendró en ella.

Cuando Atenea supo que su templo había sido profanado por Poseidón y Medusa, se llenó de inmensa furia. Pero Atenea no podía castigar a Poseidón, porque era un dios, hermano de Zeus y por lo tanto su tío. De manera que se ensañó con Medusa, a la que convirtió en un ser monstruoso como sus hermanas Esteno y Euríale.

Además, por el extremadamente grave delito de profanación de su templo sagrado, Atenea sentenció a Medusa a ser la única mortal de las tres Gorgonas, ya que Esteno y Euríale eran inmortales y ni siquiera los mismos dioses podían matarlas nunca. Medusa era mortal, pero todos los que pretendieron matarla perdieron la vida ellos mismos en el intento. Es que Medusa era un monstruo invencible, por la increíble rapidez de sus movimientos, la protección mortal de sus serpientes, el poder destructivo de sus garras y la capacidad de petrificar con su mirada a quien viera su horrendo rostro.

Columna del día Opinión
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