San Salvador/ACAN-EFE
El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, afirmó hoy que la seguridad del país no puede estar a “expensas” de una presunta tregua acordada por las dos principales pandillas salvadoreñas, e indicó que se debe luchar por desmontarlas.
“Celebro el acuerdo, pero no es suficiente, no podemos estar a expensas de que las pandillas y sus principales líderes den una tregua”, comentó Funes durante una entrevista con el canal 12.
El mandatario aludió así a un supuesto acuerdo entre las pandillas “Mara Salvatrucha (MS)” y “Mara 18 (M18)” para detener el enfrentamiento entre sus integrantes “y con eso bajar los niveles de homicidios en el país”.
“No podemos estar a expensas de ellos”, insistió Funes, y señaló que se debe “trabajar por desmontar estas organizaciones pandilleriles”.
En el comunicado, entregado por presuntos “familiares” de pandilleros, estas bandas anuncian que han dado instrucciones a sus integrantes para detener los hechos de violencia desde el pasado 8 de febrero.
“Las pandillas han llegado a establecer como prohibiciones a sus miembros en las calles lo siguiente: secuestros, extorsiones, masacres, quema de buses y microbuses, el asesinato de motoristas, asesinatos de mujeres, estudiantes y atentados a pandilleros cuando estén con niños”, indica el documento, recibido por la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD).
Añade que buscan “colaborar en la disminución de la violencia y pedir nuevamente un diálogo que conlleve a encontrar soluciones concretas y verdaderas”.
Fuentes policiales consultadas por Acan-Efe dijeron que las autoridades no están al tanto de este presunto acuerdo, y no confirmaron que se haya registrado una disminución de los crímenes desde el pasado 8 de febrero.
El Salvador, que cerró el año pasado con 4.365 homicidios, una cifra histórica de 12 casos por día, mantiene durante las primeras semanas de este año un promedio de 13 muertes violentas a diario.
Además, se denuncian a diario casos de asaltos a los ciudadanos y extorsiones principalmente contra el sector de transporte colectivo, micro y pequeños empresarios.
Las autoridades acusan a las pandillas como responsables de la mayoría de hechos de violencia en el país, así como de tener vínculos con narcotraficantes y otros grupos del crimen organizado.