El 12 de enero de 2010, un poderoso terremoto azotó a Haití, causando daños catastróficos en la capital, Puerto Príncipe, y zonas aledañas. Tanto los Estados Unidos como la comunidad internacional se han conmovido y han respondido de forma inmediata para brindar todo el apoyo necesario. A solicitud del Gobierno de Haití, Estados Unidos continúa coordinando su campaña de socorro con las Naciones Unidas y la comunidad internacional. Esta coordinación involucra a más de 30 países —incluyendo Nicaragua— y cientos de ONG para llevar agua y todo tipo de ayuda rápidamente a todo el país. La Secretaria de Estado, Hillary Clinton, manifestó que existe la necesidad de una “respuesta internacional coordinada e integral para reconstruir y brindarle a Haití la oportunidad de prosperar”.
Tal como dispuso el presidente Obama, éste es un esfuerzo en el que participa todo el Gobierno estadounidense. Hasta ahora hemos destinado $$379 millones de dólares en respuesta a este trágico suceso. A título privado, ciudadanos estadounidenses han aportado cientos de millones de dólares adicionales. Las distintas entidades estadounidenses coordinadas por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) continúan trabajando como un equipo de respuesta unificado bajo el liderazgo del Gobierno de Haití y en coordinación con las Naciones Unidas, la comunidad internacional y las organizaciones de voluntarios para brindar ayuda humanitaria a las víctimas del terremoto.
En los primeros días posteriores al sismo, las prioridades fueron la búsqueda y rescate de víctimas atrapadas en los escombros, el suministro de agua potable y comida para los damnificados y la atención médica para los lesionados. Hasta la fecha, equipos de búsqueda y rescate estadounidenses, la mayoría de ellos compuestos por civiles, han puesto sus propias vidas en riesgo para rescatar con vida a 48 personas. Además de los esfuerzos de nuestros equipos y los de otros países, quiero destacar el aporte del Ejército nicaragüense en rescatar a varios haitianos de los escombros. En coordinación con varias ONG, hemos distribuido casi 2,000,000 de botellas de agua purificada y un total de 1,500,000 raciones de comida. En Puerto Príncipe, equipos de médicos civiles, trabajando en condiciones muy difíciles, han atendido a más de 11,600 haitianos. En el buque hospital USNS Comfort, el mismo que el año pasado brindó ayuda médica humanitaria a miles de nicaragüenses, se le ha dado tratamiento médico a miles de haitianos, incluyendo centenares de cirugías.
La infraestructura de transporte de la que depende toda esta asistencia sufrió daños inmensos por el terremoto. El aeropuerto de Puerto Príncipe está operando las 24 horas del día. La Fuerza Aérea de los Estados Unidos continúa dirigiendo las operaciones aéreas a solicitud del Gobierno haitiano y ha logrado aumentar la capacidad de la única pista del aeropuerto de menos de 20 vuelos al día a 150 vuelos diarios. Además, el Departamento de Estado continúa coordinando estrechamente con nuestros socios internacionales y ONG para facilitar el arribo eficiente de ayuda y personal. Todo este proceso se realiza en consulta con el Gobierno de Haití y la ONU para atender decenas de vuelos de ayuda de otros países, aparte de los vuelos civiles y militares provenientes de los Estados Unidos. Los puertos marítimos están comenzando a recibir algunas embarcaciones y diez de ellos ya están funcionando gracias a las reparaciones hechas por ingenieros y buzos de nuestra Fuerza Naval.
En dicho esfuerzo, el personal militar está desempeñando una función indispensable de apoyo a la labor humanitaria, incluyendo posibilitar el suministro logístico y la distribución de ayuda vital. Los socorristas trabajan sin descanso para prestar más ayuda, de manera rápida y eficaz, a las personas más necesitadas. Ante un suceso de esta escala no cabe una respuesta ideológica, sino más bien la coordinación estrecha entre países, enfocados únicamente en ayudar al pueblo haitiano. Consideramos injustas y falsas las acusaciones de que Estados Unidos desea invadir Haití o instalar bases militares en su territorio. Las tropas estadounidenses tienen una misión estrictamente humanitaria, igual que cuando brindaron asistencia en Nicaragua a raíz del huracán Mitch en 1998 y del huracán Félix en 2007. Al concluir sus misiones humanitarias en Nicaragua, se retiraron del país. De igual modo sucederá en Haití.
Conforme continuamos enfocando nuestra energía en garantizar que la ayuda estadounidense se dirija hacia salvar vidas y atender las necesidades básicas de los haitianos, también estamos mirando hacia adelante para brindar apoyo al Gobierno de Haití y la comunidad internacional en la planificación de la próxima etapa de la ayuda humanitaria. En apoyo al Gobierno de Haití, equipos de valoración de Estados Unidos ya han empezado a calcular los requerimientos de salud pública, la integridad de la infraestructura crítica y las necesidades alimenticias y nutricionales con un enfoque de largo plazo. La reconstrucción de Haití será primordialmente un compromiso del Gobierno de Haití y el pueblo haitiano, un compromiso que debe ser definido por la transparencia y la responsabilidad. La comunidad internacional trabajará en alianza con el Gobierno de Haití para asegurar que los esfuerzos de reconstrucción sean dirigidos a ayudar al pueblo haitiano en general y a la más pronta recuperación económica posible. Éste es nuestro deber moral. Vamos a cumplirlo.
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