Cinco perros calientes para la bella estrella
El Misterio de la Estrella
El fiero, desalmado e inhumano capitán Shakespeare anda atrapando rayos cuando del cielo le caen dos polizontes. Son Yvaine y Tristán. Ella una estrella caída y él un joven destinado a algo más que ser un empleado de una pulpería.
Ellos huyen de siete hermanos y tres brujas que quieren recuperar un diamante y comerse un corazón. Y con este enredo se desarrolla una película fascinante, llena de un reparto de lujo, con efectos especiales a la altura, un sonido que no intenta dañar los tímpanos y una magia que nos hará querer verla de nuevo.
Esta es una de esas producciones por las que vale la pena darle otra oportunidad a maquinaria de Hollywood, que ha hecho posible que una hermosa, deliciosa y fascinante Michelle Pfeiffer nos deleite con su papel de una bruja empecinada en recuperar la juventud, un Robert De Niro con corsé y pintura de labios, a una Sienna Miller que quiere de regalo algo demasiado para ella, y a una Claire Danes convertida en la estrella que hará suspirar.
Es una propuesta basada en la novela de Neil Gaiman y Charles Vess, con energía, movimiento, buenos diálogos, humor e infinidad de ingredientes delicadamente cocinados que no se ven a menudo porque los acabados son o demasiado salados, muy picantes, exageradamente fritos o recalentados.
La actuación de De Niro y Pfeiffer se roba el show pero tampoco es de obviar el trabajo de Charlie Cox como Tristán, quien llega a un mundo encantado en el que conocerá la aventura y el amor que busca.
Igual es de resaltar la breve pero presente actuación de un agonizante Peter O’Toole con siete hijos capaces de matar a quien se les ponga enfrente para heredar la corona, incluyendo a ellos mismos.
Es una cinta de riesgo y fantasía, de corazones enamorados y rotos, de horrible temor a envejecer, de conservar el poder, de extender la dominación habitada con seres leales, honestos, ambiciosos, inquisidores e insistentes en el derroche de adrenalina que se muestra a cada segundo. Esta vez todos contribuyeron y quedó un maravilloso y excelente producto digno de ser llamado a los Oscar.
Por eso, aprovechemos estas semanas y disfrutemos el respiro que nos dan los estrenos, porque lo que viene es de miedo.