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El embajador de Nicaragua en Washington, Salvador Stadthagen, dijo a los nicaragüenses que viven en Estados Unidos que el poder electoral de su país de origen está obstruyéndoles el derecho al voto en el exterior. A su lado un alto funcionario del Departamento de Estado de EE.UU., Dan Fisk.

Migrantes discuten el DR-Cafta en EE.UU.

Las audiencias en el Congreso de Estados Unidos, para revisar el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta), comenzarán esta semana; pero días antes los principales funcionarios del Departamento de Estado se reunieron con líderes de los inmigrantes nicaragüenses y de los otros países de esa región, a los que pidieron hablar […]

  • Las audiencias en el Congreso de Estados Unidos, para revisar el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta), comenzarán esta semana; pero días antes los principales funcionarios del Departamento de Estado se reunieron con líderes de los inmigrantes nicaragüenses y de los otros países de esa región, a los que pidieron hablar con los congresistas, en especial con los de origen hispano, para que el acuerdo comercial sea aprobado pronto en Washington

Douglas CarcacheWASHINGTON, DC

Wes López, un nicaragüense que trabaja para un congresista republicano en Nevada, Estados Unidos, llegó la semana pasada al Departamento de Estado, en Washington, para discutir sobre el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta), pero esta vez en su carácter de inmigrante, ya que con él estaban otros 20 nicaragüenses que residen en diferentes Estados de la unión.

Después de escuchar al subsecretario de Estado, Robert Zoellick, López preguntó si el DR-Cafta no propiciaría de nuevo la idea de la dependencia económica de una región pequeña a una potencia. Zoellick respondió que con el DR-Cafta, a diferencia de otros tratados comerciales, el Gobierno estadounidense está “combinando el comercio y la ayuda”.

Para Estados Unidos, explicó, este acuerdo comercial con Centroamérica y Dominicana “trata de fortalecer el imperio del derecho y luchar contra la corrupción”, porque la administración de George W. Bush considera que “el futuro depende de la democracia, la seguridad y el mercado libre”.

Sin embargo, las oportunidades para la población dependerán de los gobiernos de cada país, advirtió Zoellick. “Mira el caso de Nicaragua —le dijo a López—, la corrupción arraigada en los partidos políticos nicaragüenses nos pueden llevar a un retroceso, si nos descuidamos”.

PROMETEN ASISTENCIA

Claudia Bermúdez, nicaragüense residente en California, fue candidata a congresista por el Partido Republicano el año pasado. “No gané, pero ahora todos saben quién es Claudia Bermúdez”, bromea. Es empresaria y dedica buena parte de su tiempo a las actividades culturales y otros eventos de la comunidad nicaragüense en San Francisco y Los Ángeles.

Lamenta sí que en el ambiente político de Estados Unidos “el nicaragüense no se ha desarrollado”, lo que le ha impedido a esta comunidad tener más influencia.

Mientras hizo su campaña para ser representante ante el Congreso estadounidense, Bermúdez recibió poco respaldo de sus compatriotas inmigrantes. “No vi participación de los nicaragüenses como yo esperaba; claro que recibí apoyo moral, pero en la política uno no puede basarse sólo en apoyo moral”, comentó.

Ella también asistió a la reunión de las comunidades inmigrantes de Centroamérica y Dominicana (Cendrusa), donde el subsecretario de Estado, Robert Zoellick, pidió a los líderes de las diásporas de los países de esa región que hagan oír sus voces para que los congresistas estadounidenses, que aún tienen dudas sobre el DR-Cafta, lo aprueben pronto.

Wes López se declaró convencido de que los inmigrantes nicaragüenses, como él, deben interesarse por ser ciudadanos de Estados Unidos, participar en política y votar, para mejorar su situación a través de la influencia en la legislación de esta nación.

El Departamento de Estado ya está necesitando esa influencia de la comunidad nicaragüense, formada por más de 700 mil personas, y de los inmigrantes originarios del resto de Centroamérica y Dominicana, para que persuadan a los congresistas de sus Estados, sobre todo a los de origen hispano, como les plantearon la semana pasada.

El asistente del Secretario de Estado para asuntos del Hemisferio Occidental, Roger Noriega, dijo que el gobierno de Washington trata de convencer a la mayoría de congresistas para que voten a favor del DR-Cafta, con los argumentos de que “no podemos vivir en aislamiento económico” y que el acuerdo comercial será “una reforma económica y política entre nuestros socios”, porque “si hay inversiones sostenidas en salud y educación, más la lucha contra la corrupción, van a magnificar los beneficios del libre comercio”.

Las audiencias en el Congreso estadounidense, para discutir el DR-Cafta, comenzarán esta semana.

La asistencia económica de Estados Unidos hacia Centroamérica y Dominicana, en el contexto de la negociación del DR-Cafta, ha aumentado de 66 millones de dólares en el año 2003, a más de 80 millones de dólares en el 2004, y a 231 millones para el 2005, además de 20 millones de dólares que otorgó el Congreso para fortalecer los programas laborales en estos países.

“Reconocemos que nuestros socios comerciales necesitan ayuda y vamos a darles asistencia”, afirmó Noriega.

NO ES DINERO, ES GENTE

Uno de los congresistas demócratas de Estados Unidos que apoya el DR-Cafta es Henry Cuéllar, representante de Texas y descendiente de mexicanos, ya que su padre llegó como jornalero a territorio estadounidense hace décadas. “Yo fui el primero de mi familia que no trabajó en el campo —relató—, pero aprendí de ellos a trabajar arduamente y la importancia de la educación… Por eso viví el sueño americano”.

Cuéllar cree que el DR-Cafta fortalecerá a la clase media en los países centroamericanos y en Dominicana, lo que podría mejorar las oportunidades para los ciudadanos, mediante la educación, porque este tratado comercial “no tiene que ver con dinero, tiene que ver con la gente”.

El congresista se imagina el progreso que llevaría el DR-Cafta a la región, similar al que han experimentado miles de inmigrantes centroamericanos en Estados Unidos, que empiezan trabajando en circunstancias duras, luego se educan y mejoran sus condiciones de vida.

AMPLIAR PODER POLÍTICO

Parte del interés del Gobierno de Estados Unidos en el DR-Cafta es ampliar la zona de mercado libre, para elevar su competencia frente a China y Europa, además de reducir la inmigración indocumentada desde los países de Centroamérica y República Dominicana.

Los industriales de Estados Unidos necesitan vender más telas e hilos a los países centroamericanos, para que éstos confeccionen prendas de vestir y las exporten con ventajas al mercado estadounidense, ya que China está dominando el mercado de los productos de algodón y, por eso, algunas empresas que confeccionaban ropa en México, Guatemala y Honduras se han trasladado a la nación asiática.

Para el congresista Cuéllar, el DR-Cafta ayudará “a nivelar el campo de juego para nuestros productores de algodón”.

Además, según Roger Noriega, a medida que se abran las economías de Centroamérica y Dominicana, menos personas de esos países pensarán en emigrar hacia Estados Unidos, donde ya se han instalado al menos dos millones de salvadoreños.

Noriega afirma que el DR-Cafta es algo más que un acuerdo comercial, porque pretende “ampliar el poder político y económico en todos los estratos sociales, extendiendo el poder político a la gente más humilde”.

Centroamérica y República Dominicana ya venden mercancías por un valor de 18 mil millones de dólares a Estados Unidos, por año.

PRESIÓN POR DEMOCRACIA

En Washington nació hace semanas una nueva organización de nicaragüenses, denominada Nicaraguan American Council, que pretende promover desde allí la democracia participativa en Nicaragua y reclamar el derecho al voto de los nicas en el exterior.

Sandra Darío, quien estudió desarrollo económico y social, es una de las personas que está al frente de la Nicaraguan American Council y estima que la comunidad nicaragüense en Estados Unidos tiene que contribuir con las transformaciones políticas de su país de origen.

El voto de los nicaragüenses en el exterior es elemental para mejorar la democracia en Nicaragua, dijo Darío después del diálogo que los líderes de las comunidades inmigrantes sostuvieron con los altos funcionarios del Departamento de Estado estadounidense. “Vivimos afuera y tenemos los mismos derechos y el mismo amor por nuestro país”, enfatizó.

Roger Noriega aseguró que el DR-Cafta permitirá mejorar la vida en las naciones centroamericanas, porque creará nuevos empresarios, pequeños y medianos empresarios, al motivar la innovación y expansión de empresas. “No sólo beneficiará a las grandes compañías”, aclaró.

“A los nicaragüenses en Estados Unidos nos preocupa la falta de oportunidades para que los niños vayan a la escuela en Nicaragua, y también la falta de trabajo para la gente allá”, dijo Sandra Darío.

INVERSIÓN A LA VISTA

Cuando el tratado comercial DR-Cafta sea ratificado por Estados Unidos, los países de Centroamérica y República Dominicana comenzarán otro proceso para que las comunidades inmigrantes en territorio estadounidense puedan invertir más en su país de origen, informó el embajador de Nicaragua en Washington, Salvador Stadthagen.

“De alguna manera ya hemos empezado este proceso, por medio de la organización OPIC, que puede financiar proyectos de los nicaragüenses-americanos o centroamericanos-americanos, en sus países de origen, con montos desde 100 mil dólares hasta 50 millones de dólares”, afirmó el diplomático.

Stadthagen dijo que ha visitado casi dos docenas de ciudades en Estados Unidos explicando a los inmigrantes nicaragüenses las posibilidades económicas que se abrirán para ellos y para sus compatriotas en Nicaragua, con este Tratado de Libre Comercio.

Hace poco se formó la Coalición Hispana en pro del DR-Cafta en Los Ángeles, por iniciativa de la Cámara de Comercio Nicaragüense Americana de California, presidida por Tito Lagos.

“En el proceso de ratificación del DR-Cafta hemos pedido el apoyo de las comunidades y éstas nos han respondido favorablemente”, afirmó Stadthagen.

La Embajada de Nicaragua en Estados Unidos, a través de sus consulados, ha realizado seminarios en San Francisco, Los Ángeles y Miami, para promover los préstamos que están disponibles para proyectos productivos.

Sin embargo, a los nicaragüenses migrantes les preocupa el atraso de la aprobación del voto en el exterior, porque ellos remiten al año un mínimo de 850 millones de dólares a sus familiares en Nicaragua y, aún así, les niegan el derecho de votar.

“Está entre los mejores intereses de la Patria el integrarles plenamente a toda la vida nacional; reforzar los lazos culturales, sociales y políticos —comentó Stadthagen—. Qué mejor manera de mantener ese cordón umbilical, que permitirles que ejerzan el derecho al voto, que no es un regalo, es un derecho consignado en nuestra Constitución y nuestras leyes, que intereses oscuros han robado a nuestros compatriotas, a nuestros hermanos en el exterior”.

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