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Carlos García en dominicana, rodeado de técnicos de la Selección Nacional durante los Juegos Panamericanos.

Carlos se levantó otra vez de la lona

Edgard Tijerino M. Hay una frase de Carlos García que me quedó grabada durante una de las visitas que le hice en la cárcel de Tipitapa, cuando cumplía una condena de 30 años en el inicio de la década de los ochenta, acusado de organizar un movimiento contrarrevolucionario: “Estoy aquí injustamente, pero nunca me den […]

Edgard Tijerino M.

Hay una frase de Carlos García que me quedó grabada durante una de las visitas que le hice en la cárcel de Tipitapa, cuando cumplía una condena de 30 años en el inicio de la década de los ochenta, acusado de organizar un movimiento contrarrevolucionario: “Estoy aquí injustamente, pero nunca me den por muerto. Siempre pienso que voy a sobrevivir”.

Y lo hizo, pese a una salud terriblemente quebrantada. Y salió, y —como diría el poeta— anduvo, anduvo, anduvo, y vio la luz del día, y regresó al deporte como viceministro de Sucre Frech, y recuperó la mas alta butaca del beisbol casero, y tuvo tiempo de organizar un Mundial en 1994, quizá el último que veamos por aquí.

“Nunca me des por muerto” me repitió aquel mediodía mientras almorzábamos en el hotel Convention Inn en Edmonton, en 1985, cuatro años y medio después de haber sido apresado.

Ayer estuve hablando con ese mismo Carlos, golpeado incluso por una serie de problemas personales, naturalmente envejecido, pero inagotable, batallando por evitar que su espíritu de lucha sea carcomido.

“Aquí estoy en una nueva resurrección”, me dice, disfrutando de esa aproximación al milagro que fueron los dos triunfos de un “equipo fantasma” en el cual nadie creía, y que regresó de Colombia con el boleto para el Mundial de Holanda en el bolsillo.

Pienso que ni vos creías en este equipo.

Aquí hay suficientes jugadores buenos para creer, y por eso me empeñé en ir a Colombia. Se trataba de otro reto. ¿Por qué no ir?

Pero, sin billetes, ¿cómo trazar planes contrarreloj?

De diferentes maneras siempre he tenido la ayuda de Dios para conseguir el soporte económico requerido. Todos preguntaban ¿de dónde va a conseguir? y eso te estimula a esforzarte más.

¿Quiénes te ayudaron para sacar a flote el proyecto?

Don Alfredo Pellas fue clave. Él me ofreció y brindó un apoyo decisivo. Conté con Denis Martínez que hizo varios llamados por TV, prensa y radio para contribuir con la Selección y me puso a la orden la gente de su Academia, y por supuesto, con el respaldo de Roberto Urroz, el director del Injude, quien nos facilitó sitio para entrenar, uniformes y estuvo atento para ser útil en otros aspectos, respondiendo plenamente. El remate fue de Edén Pastora quien hizo un aporte que aseguró el viaje. Le estoy profundamente agradecido”.

Sin embargo, nunca antes te vi tan desarmado al momento de viajar. No tenías a ninguno de los mejores jugadores de Nicaragua. Tuviste que recurrir a los que no alcanzaron en los rosters de los cuatro equipos de la Liga Profesional.

Reuní una tropa de jugadores valientes, con algo que se había perdido, mística, capaces de entregarse pensando en la Patria. Esos dos triunfos sobre Brasil y Puerto Rico, tuvieron un gran significado. Fue como una restauración de valores, como volver a los tiempos del más genuino amateurismo.

Las circunstancias fueron favorables. Con sólo siete equipos y clasificando seis, se trataba de tener un gran chance ganando sólo un juego, y eso, sin Estados Unidos y Canadá entre los rivales.

La valoración va más allá de los dos triunfos, porque le peleamos a Cuba que llevó a 12 peloteros olímpicos, tuvimos chance de vencer a Panamá, y hay que agregar la recuperación frente a Aruba.

Esto te ha permitido levantarte de la lona. ¿Te imaginas si has naufragado tan estrepitosamente como sospechábamos?

No, no me lo imagino. Tampoco me sentí en la lona, simplemente en pie de lucha.

¿Lo que se logró en Colombia le da vida a tu proyecto de Liga?

Eso estaba seguro más allá de los resultados. Pero admito que me fortaleció porque las conexiones con Cuba, Colombia y Panamá, nos va a permitir contar con jugadores extranjeros de nivel.

¿Podrás traer gente de Cuba?

Haré un viaje a Cuba con la relación de federación a federación, tengo el apoyo de la IBA y del Comité Olímpico Nacional.

Ahí está Carlos, un hombre sin edad, no en la cima de la montaña como en otras épocas, sino sobreviviendo, intentando salir del mar de las dificultades y lanzarse hacia nuevos y ambiciosos proyectos. Es el púgil tipo Jake LaMotta, que puede ser golpeado y derribado, pero capaz de levantarse y fajarse.

Todavía lo está haciendo, contra viento y marea.

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