- Llega la hora del esperado combate de revancha
Edgard Tijerino M. [email protected]
A los 32 años, Shane Mosley está desesperado por una ruidosa resurrección que lo haga regresar a las esferas de la grandeza, y como en el 2000, necesita vencer a Oscar De la Hoya.
“Volveré a desajustarlo con mi velocidad. Me verá, pero no podrá fijarme porque me estaré moviendo siempre. Sólo me voy a detener para aguijonearlo”, ha dicho el nuevo “Sugar”, cuya reputación fue drásticamente recortada por sus dos derrotas inobjetables ante Vernon Forrest.
Pequeño para pelear en Mediano Junior, Mosley ha sido sano permaneciendo sin lesiones, excepto algunos espasmos en la espalda. Da la impresión de estar siempre en forma para pelear 12 rounds y su mandíbula se ve fuerte.
Aunque las imágenes de su sometimiento ante un acertado, frío y destructivo Forrest, no pueden borrarse, Mosley no se siente perturbado y asegura disponer de la necesaria dureza mental que requiere la pelea de mañana.
Es un boxeador con explosivas combinaciones y sabe golpear con las dos manos. Se ha diagnosticado que su mano derecha es la más fuerte, o mejor dicho, más sorprendente porque es muy cubierta por el agitado accionar de la izquierda.
El ¿qué tan fuerte se verá en las 154 libras contra el más fiero rival imaginable?, es una de las grandes intrigas que estarán girando a su alrededor durante el desarrollo del combate.
Agreguemos estas preguntas: ¿Qué tanto habrán agrietado su confianza las dos derrotas ante Forrest? ¿Podrá volver a ser el mismo? ¿Se estará desvaneciendo? ¿Tratará de evitar que Oscar se instale lo más pronto posible, algo que ocurrió en Los Ángeles y lo complicó?
Su última presentación no fue consistente… Se suponía que no tendría problemas para resolver a Raúl Márquez, pero en una pelea inconclusa por cabezazos que provocaron cortes en Márquez, impidieron llegar a algo claro.
Como Ligero, Mosley acabó con la colección de retadores, incluyendo Manuel Gómez (KO11), Demetrio Ceballos (KO8), John John Molina (KO8), Jesse James Leija (KO9), Goleen Jonson (KO7) y John Brown (KO8). La victoria sobre De la Hoya en el 2000, ha sido el momento culminante en su carrera
Sus piernas son prodigiosas. Le permiten escapar a tiempo y ensayar arremetidas deslumbrantes sacándole el máximo provecho a las combinaciones de manos. Cuando se establece en la distancia, es incontrolable, y eso debe intentar evitar Oscar.
Es entrenado por su padre Jack Mosley, y por vez primera, desde que fue azotado por Forrest, enfrentará a un adversario tan consistente, repleto de destreza y altamente ofensivo.
Mosley-De la Hoya hoy en el MGM de Las Vegas. Paren amigos y chequeen los sismógrafos, el planeta boxeo va a temblar.