Maria Antonia López M [email protected]
Roman, Times, serif”>
Productos nacionales sin respaldo
Maria Antonia López M
[email protected]
La ronda de negociación del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos que se realizará en Managua en la semana del 15 de septiembre, debería contemplar como punto de agenda la definición de mecanismos que permitan proteger los productos nacionales.
La séptima ronda, que estará acompañada de protestas por grupos de la sociedad civil que se oponen a la forma en que se está llevando la negociación, podría tener como exigencia de estos grupos la definición de mecanismos (salvaguardas), para proteger productos sensibles que garantizan la seguridad alimentaria en Nicaragua.
Din García, miembro del equipo negociador de Nicaragua en las rondas, aseguró que hasta la fecha no se ha definido ninguna salvaguarda, aunque como gobierno están dispuestos a presentar posiciones fuertes a fin de garantizar que el país no pierda en la negociación.
García indicó que Estados Unidos ha dado señales de flexibilizar algunas posiciones sobre productos sensibles, que en el caso de Nicaragua están ligados a la producción agropecuaria.
AMENAZA
En tanto, Néstor Avendaño, economista independiente, consideró que de no tomarse las medidas necesarias para proteger la producción nacional, en el país se podría generar un problema social, por lo que abogó por una ampliación para la aprobación del TLC, a fin de que Nicaragua pueda tener la oportunidad de elaborar una estrategia agroindustrial.
Por su parte, Alejandro Mansell, quien representa al sector privado en las negociaciones, dijo que no se debe esperar la aprobación total de mecanismos en la ronda de Managua, sino que éstos deben llevarse hasta el final.
Además indicó que ya sentaron su posición sobre los productos sensibles que deben protegerse en tanto Estados Unidos no replantee su política de subsidios agrícolas en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
En tanto los productos que no son afectados por los subsidios agrícolas deben ingresar a una canasta en la cual se apliquen períodos de desgravación con los plazos más largos, para permitir la reconversión productiva en el país.