Pablo Fletes [email protected]
Los Pumas de la Unival por fin despertaron de su letargo contra los Tiburones-Bancentro, al imponerse anoche 81-79 para acercarse 2-1 en la serie final, programada al mejor de siete encuentros, del torneo superior de baloncesto de la ACB.
Pero no fue un fácil triunfo.
La tropa universitaria estuvo a punto de quedar tendida en los últimos minutos, cuando Anthony Gayle logró dos triples consecutivos que permitió a los escualos acercarse 77-80, diferencia que fue reducida aún más cuando Troy Watson logró un doble con menos de 30 segundos para el pitazo final.
La Unival enfrentó muchas dificultades para preservar esa ventaja, misma que fue construida frente a unos Tiburones que enfrentaron muchos problemas internos y se vieron debilitados por la ausencia de los refuerzos Iván Jaén de Panamá y Herold Gardener, de Costa Rica.
Jaen no vino a este tercer duelo por compromisos familiares, mientras que Gardener no se ha hecho presente a ninguno de los tres partidos de la final.
Este triunfo de los Pumas se lo deben en gran medida al desempeño de Edwin Watters, quien se lució con 34 puntos.
Watters estuvo incontenible desde media distancia, superando en salto a todos los defensas que trataron de contenerlo. Su trabajo fue desestabilizador y sin él, los universitarios difícilmente hubieran contado con un mejor soporte.
La diferencia del rendimiento de Watters con sus compañeros se nota fácilmente porque César Estling fue el segundo mejor encestador con 17 y Martín Amador logró 9.
Por los escualos, Elijah Allen se lució con 29 puntos y Noel McKenzie aportó 20. Gayle produjo 15, de los cuales seis llegaron para presionar a unos Pumas que estuvieron a punto de caer por tercera vez seguida.
Con la serie 2-1 a favor de los escualos, la final de la ACB continuará el lunes en el Poli.
RESULTADOS
Noel McKenzie y Elijah Allen, ambos jugadores estelares de los Tiburones, protagonizaron un hecho antideportivo una vez que culminó el encuentro.
McKenzie reclamó fuertemente a Allen por no entenderse en la cancha y luego de una nueva discusión, llegaron a los golpes.
La frustración por la derrota fue la causa de este problema, pero no hay justificación sobre todo porque sus problemas internos fueron presenciados por aficionados y periodistas que aún se encontraban en el Poli.