- Contreras en un rápido aterrizaje
Edgard Rodríguez [email protected]
José Ariel Contreras, quien tiene un sobrenombre (Titán de Bronce) tan impactante como sus disparos, aterrizó ayer en nuestro país, para completar trámites de orden migratorio, que le permitirán ahora concentrarse exclusivamente en el béisbol.
Contreras viajó hace algunas semanas a EE.UU. con visa de turista. Sin embargo, ahora que se ha completado todo lo concerniente a su contrato con los Yanquis, éstos le han asignado una visa de trabajo que se obtiene a través de la embajada de ese país.
“Estoy muy contento por la forma como ha marchado todo. He sido tratado con especial esmero por los Yanquis y ahora sólo me falta entrenarme bien para trabajar de la forma en que se espera que lo haga”, dijo el espigado tirador en diálogo con LA PRENSA.
Contreras, quien firmó un contrato de 32 millones de dólares por cuatro años la mañana del 24 de diciembre con los Yanquis, voló en el avión del dueño del equipo, George Steinbrenner, de Florida a Nueva York, donde fue presentado a los medios de prensa.
“Estaba en el avión y hasta allá subió el señor Steinbrenner a saludarme y dijo: ´Oye Gordon (Blakeley, el vicepresidente del equipo y quien lo firmó aquí), tú no me habías dicho que este tipo era tan grande y fuerte que parece un jugador de fútbol americano”.
Y luego de la conferencia en Nueva York, en la que Contreras agradeció a los Yanquis la oportunidad de ser parte de ellos, mientras prometía su mejor esfuerzo y a la vez, su disposición para trabajar en rol que éstos le encomienden, regresó a Tampa, Florida.
“Ahí (en Tampa) estaba de nuevo Steinbrenner y me recibió con toda su familia y me entregó un videocasete que contenía la conferencia grabada. Y cuando Jaime Torres (su agente) y yo nos disponíamos a ir a tomar otro avión que nos llevara a Miami, ordenó al piloto que nos llevará de nuevo en su avión”, dice un sonriente Contreras.
José Ariel cuenta que en el vuelo de Tampa a Miami, en Florida, Torres le comentó que quién iba a pensar, que un par de guajiros como ellos, se la pasarían volando tanto en un avión privado como efectivamente les sucedió.