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Economía digital productividad y desempleo

Israel Benavides La nueva economía conocida también como economía digital es el resultado del desarrollo tecnológico sobre todo de la aplicación de técnicas computacionales en la producción, el comercio y los servicios de post-venta. El protagonismo de Internet en los procesos económicos no tiene precedentes en la historia de la humanidad, los nuevos hardware- software- […]

Israel Benavides

La nueva economía conocida también como economía digital es el resultado del desarrollo tecnológico sobre todo de la aplicación de técnicas computacionales en la producción, el comercio y los servicios de post-venta. El protagonismo de Internet en los procesos económicos no tiene precedentes en la historia de la humanidad, los nuevos hardware- software- telecomunicaciones e información predominan sobre los factores industriales tierra, capital y trabajo.

Estos factores concomitantes a la economía convencional sin dejar de ser importantes en el marco de la nueva economía, han “doblado el rey” ante los embates de la tecnología y han dado paso al renacimiento de nuevos factores productivos que por su naturaleza impregnan a los procesos de producción mayor productividad pues todo se hace increíblemente más rápido simplificando extraordinariamente el tiempo.

Las empresas del mundo desarrollado están combinando poder computacional barato, con software y con redes de comunicaciones confiables, para crear eficiencia extraordinaria, e incrementar la productividad y reducir los costos de operación. Si la tecnología incrementa la productividad es de suponer que se reducen los costos marginales y se incrementa la utilidad marginal dando paso ha una reducción de los precios de los bienes y servicios incrementando de esta forma el nivel de vida de la sociedad.

Si efectivamente parte de la utilidad marginal generada por la productividad se traduce en precios bajos, esto sugiere, que habrá un incremento de la demanda agregada sobre todo del consumo y la inversión la que por efectos multiplicadores generara una cadena de negocios adicionales absorbentes de trabajo productivo, por lo cual desde una dimensión eminentemente teórica desmontaría cualquier intento de relacionar el desarrollo tecnológico sobre todo de la tecnología digital con el desempleo crónico que sufren el sistema de libre mercado.

No obstante, es necesario advertir que la introducción de tecnología de información en los procesos de producción y el control no incrementa la productividad sino está precedida de un cambio en los procesos de trabajo, acorde a las nuevas capacidades de la tecnología. Por otro lado, la tecnología necesita de recursos humanos capacitados sin el binomio tecnología más capacitación la productividad se convierte en un objetivo inalcanzable.

Ahora bien, si la tecnología no crea productividad resultado de que las empresas no han realizado procesos de cambios organizacionales que les permita mejorar los sistemas de producción y ventas, y adicionalmente no existen programas de entrenamiento para los recursos humanos, podría generarse cierta propensión a que las personas menos capacitadas pierdan sus empleos, naturalmente los episodios de desempleo son más prolongados en los países pobres que en los países ricos.

El hecho que los episodios de desempleo sean más prolongados en los países pobres, que en los países desarrollados, está relacionado con el nivel de instrucción de la población, por ejemplo; un ejecutivo que trabaja en puesto de control de calidad de una empresa japonesa, de pronto puede pasar a formar parte del fondo de desempleados, por la simple razón que con los nuevos sistemas de administración de la calidad en particular, el mejoramiento continuo a través de los famosos “círculos de calidad” el puesto de contralor de calidad no sea necesario. No obstante si este trabajador ha sido entrenado en diversas áreas de conocimiento como suele suceder en países desarrollados, lo más probable es que su episodio de desempleo no sea prolongado.

La carencia de una formación multifacética de los recursos humanos en los países pobres, prolonga los episodios de desempleo e inclusive en muchas ocasiones perpetua tal situación como es típico en América Latina y particularmente en Nicaragua.

El autor es director de Economía, Marketing y Comercio exterior de la UCC.  

Economía

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