- Personal de salud trabajó sin transporte y pocos viáticos
Amalia Morales [email protected]
La vacunación, en estos días, se hace en las casas. Entre el lunes y el martes la enfermera Nohelia Alvarado y su asistente, Marlene Obando, golpearon con sus “buenos días” las puertas de muchas casas del barrio San Judas.
A la de Rita Blanco llegaron ayer a eso de las 10:30 de la mañana. Donde Blanco vacunaron a cuatro personas: tres adultos y un niño de dos años. A los grandes les pincharon el brazo con una dosis DT, que los protege contra el tétanos y la difteria. Mientras que al menor le dieron un par de gotas contra la polio.
Alvarado y Obando pasaron luego a la casa de Alexander Córdoba, un adolescente de 14 años, que también recibió en casa su dosis contra el tétanos. Con Córdoba estaba su papá y su abuela, quienes rehuyeron a la inyección. Como es voluntario, el dúo Alvarado-Obando no insistió y continuó con su tarea que iniciara seis manzanas atrás.
La enfermera contó que salen a vacunar desde las siete o siete y media de la mañana y terminan hasta casi las tres de la tarde.
El Centro de Salud de San Judas tiene 11 equipos que trabajan la vacunación “casa a casa”.
Mauricio Paniagua, médico supervisor de la jornada en el sector, reconoció que así es como responde más la población.
Las otras modalidades de vacunación son las escuelas y el propio Centro de Salud, los que se ven pocos concurridos.
Alvarado valoró que en los dos primeros días de sus visitas domiciliares la gente se ha portado bien. La renuencia a la vacuna es mínima.
Tanto donde Rita Blanco como donde Alexander Córdoba el equipo de inmunizadoras entró sin contratiempo, y en cuestión de cinco minutos cumplió su cometido.
En el thermo que carga Obando hay de todos los tipos de vacunas inmuno-prevenibles, excepto la de la rubéola para adultos, que sólo se aplica en los 30 municipios más pobres del país.
SIN CARRO
Lo que resulta cómodo para la población es a veces incómodo para el personal de salud, que visita casa por casa. Paniagua dijo que para el traslado de los 11 equipos sólo disponen de una camioneta, en la que también transportan las vacunas.
Paniagua explica que hay momentos en que las vacunas en algún sector se acaban y es preciso ir y volver para que la jornada no se detenga.
Carlos Jarquín, director del Silais-Managua, reconoció que el transporte es una de las limitantes de la jornada, sin embargo, advirtió que instituciones como el Ejército de Nicaragua ha puesto a disposición de la jornada en Managua 20 vehículos.
Algunos de esos carros están distribuidos en los distintos puestos del departamento.
En el Centro de Salud de San Judas esperan ese apoyo para el domingo, día en que la vacunación se concentra en las instalaciones del centro.
Para el fin de semana el Silais Managua espera contar con vehículos de otras instituciones.
Otra limitante de la que no se quejan ni Alvarado ni Obando es del viático de 12 córdobas, que por día entrega el Ministerio de Salud (Minsa). Conscientes de que esa cantidad no compra un plato de comida en la calle, ambas esperan llegar al centro de salud o a sus casas para almorzar.
Aun con tales limitaciones el Silais de Managua proyecta inyectar 306,291 personas contra unas 10 enfermedades.
Los días centrales de la jornada serán el próximo sábado y domingo.
Es probable que para entonces, Nohelia Alvarado y Marlene Obando se queden vacunando en el Centro de Salud.