- Aunque prometió hablar sólo hasta después del 10 de enero, no resistió la tentación de contestar algunas preguntas
María Antonia López M. [email protected]
Una comitiva por demás extensa, mezclada entre una cantidad de escoltas, policías, miembros del Ejército, y con él algunos de sus infaltables cercanos: Marta McCoy, Eduardo Mena, Martín Aguado y en la colada Pedro Joaquín Chamorro.
Desde tempranas horas del sábado, el presidente Arnoldo Alemán abordó el tan polémico helicóptero rojo, del que aún persisten dudas sobre el propietario real.
Llegamos hasta El Castillo, Río San Juan. No pudimos verle el rostro. Pero sí sabíamos que el Presidente navegaría por espacio de cinco horas en una panga, hasta San Juan del Norte.
La velocidad del bote en que viajaba el mandatario no permitió que pudiéramos verle a su llegada a un hotel ecológico que horas más tarde inauguraría.
La misión nuestra era tratar de entrevistar al Presidente, quien días antes había anunciado que daría declaraciones hasta el 10 de enero. No obstante, el intento había que hacerlo. Comunicamos nuestra intención al secretario de Comunicación Social, quien nos dijo: “Voy a hablar con él, habíamos prometido no dar declaraciones hasta después del 10 de enero, para evitar roces o malas interpretaciones con don Enrique (Bolaños), ustedes saben que tiene un carácter bien fuerte… yo les aviso más tarde”.
Tiempo después nos confirman la entrevista. El Presidente se dispone a abordar el bote para visitar el poblado de San Juan del Norte, le indicamos nuestra intención de entrevistarlo. Entre bromas, acepta y nos invita a subir con él. A su lado, María Fernanda, su esposa, nos mira con cierto recelo. No opina en el momento.
Uno de los actos que demostraban austeridad en el gobierno, fue el corte de las tarjetas de crédito a funcionarios públicos…
No. Hubo mucho más que eso. Eso ha sido el símbolo de muchos medios de comunicación de llamar corrupción. Yo he señalado que no solamente existe en Nicaragua, sino en toda América Latina. Hay un pensamiento de Pedro Joaquín Chamorro que decía que en América no eran necesarias las revoluciones armadas sino revoluciones de honestidad, desgraciadamente, en nuestros países es un proceso que tiene que ser integral. No fue mi primer acto romper tarjetas, esos son simbologías de demostración, y como lo he dicho en el transcurso de mi vida, se necesita transparencia y honestidad para un cambio en este país.
¿Hubo más actos similares a esos?
El acto que nos embargó fue cumplir con una meta, el propósito fundamental de la educación y la salud
¿Qué valoración puede hacer en cuanto a aspectos positivos y negativos de su gestión?
Creo que ustedes mismos lo van a ver en el transcurso del tiempo. Muchos más actos positivos que negativos. Nadie es perfecto para hacer todo positivo. Hay muchos actos que han servido a los sectores marginados, empobrecidos, que nunca se imaginaron ver, por ejemplo, una escuela en el sector rural y ver que tenían derecho a la luz, a la modernidad y no a la oscuridad del candil.
En cuanto a lo que no hemos cumplido, creo que fue no tener una relación más saludable con ustedes. Y eso fue un error mío, llevarme como miembro de mi staff como jefe de Comunicación Social, al dueño de una televisora que creó mucho celo periodístico… después te sigo contando como… (Habíamos llegado a San Juan del Norte. La entrevista se reanuda, hasta subir al bote).
Me estaba hablando del problema que hubo en Comunicación Social.
Mejor retrocedamos, porque ya me regañó María Fernanda, que es mi manager. Hablemos mejor del Hotel.
La esposa asintió, indicando que no íbamos a preguntar nada que no fuera relacionado al proyecto turístico que visitaba ese día. Sin embargo, luego de tratar de convencerlo para continuar la entrevista, el Presidente siguió:
Había un problema con la publicidad, Carlos Briceño fue el que dijo, cero publicidad a los periodistas, porque todos son venaderos, todos los periodistas llegan a que les paguen el agua, la luz, el teléfono y que todo fuera a través de una agencia publicitaria.
¿Usted cree que así es?
Pregunten a él. Yo después del 10 hablo, ahora ya no. Te terminé lo que te había dejado inconcluso.
Pero sigamos… estábamos hablando de las cosas positivas… (Estamos llegando a un lugar que le denominan la Laguna Azul, por respuesta a nuestra petición Alemán grita al panguero:
¡Pajarito!, ¿no podemos entrar a la Laguna? Yo creía que era aquí (se respondió solo).
(Insistimos). ¿Qué cosas positivas hizo su gobierno?
Del hotel, del hotel, del hotel… es una cosa positiva, buena, ya dije que les voy a hablar el 10 de enero todo lo que ustedes quieran, saben que no le niego a la prensa nada. Hasta allí estamos bien.
Sigamos, con la entrevista Presidente…
Ya te quedaste con tu primera entrega… (risas)… Vas a conocer qué linda es la Laguna Azul…
Me llama la atención que usted diga que el turismo podría ser el futuro. Usted es productor cafetalero, y ese es el principal rubro de exportación del país…
Te voy a contestar con un refrán. No me hablés de cosas tristes, porque no he comido, ni me hablés de amores porque he sido sultán. No me mencionés el café que no le veo solución, aunque mi padre que era un hombre de gran fe, decía: ‘Cuando los precios están malos hay que invertir en café, hay que comprar propiedades y renovar cafetales…’, pero ahora con esta crisis, no de precios internacionales, sino de superproducción… Cuando un país como Vietnam produce casi a la par de Brasil, ¿por qué dar coces contra el aguijón? ¡Me duele muchísimo porque es mi principal rubro y del país! Hoy por hoy no se le ven buenos ojos de mejorar precios, por eso creo que con esta belleza, el turismo va a ser un rubro importante.
Usted se ha caracterizado por discursos y conversaciones llenas de refranes… ¿se dedicó a leer un libro?
No. Los he vivido, yo vivo los sentimientos de mi pueblo, desde muy chiquito
¿Eso le ha servido para aplicarlos en su forma de dirección?
En mi discurso de la vida diaria, yo le hablo al pueblo, por lo que yo siento. Yo no miento. Muchas veces, por eso caigo mal, por ser demasiado francote, no diplomático, demasiado pesado, pero hagamos camino al andar…
Usted ha viajado por todo el país…
Hasta los nuevos municipios. Los he visitado dos días a la semana, durante cinco años he salido. A veces venía a dormir hasta Managua, por cualquier cosa de la familia. Hay municipios pobrísimos como Santa María, delante de Macuelizo, San José de Cusmapa y éste (San Juan del Norte)…
¿Qué alternativa tienen los municipios pobres?
Yo que fui alcalde, les he dicho que no hay municipio pobre, ahora cuando tienen autonomía. Hay que capacitar a los alcaldes para que retomen el catastro fiscal para beneficio de los municipios. Si un alcalde sabe cobrar bienes inmuebles puede sobrevivir para cubrir sus gastos corrientes, y el gobierno a través del financiamiento de las multilaterales ha ayudado. No hay un solo municipio que no haya recibido siete obras.
¿Deberían los municipios esperar una parte del presupuesto o ser autosuficientes?
Necesitan de eso, pero también de un gobierno que los apoye como lo vamos a hacer nosotros en la construcción de escuelas, centros de salud, hospitales, electrificación, y salir poco a poco. Es duro lo que nos dejó la década de los ochenta, mucha pobreza, y además una enorme desconfianza del sector rico de este país porque no quieren invertir por temor al sandinismo, las confiscaciones…
¿Cómo quedamos a nivel de educación? ¿Se redujo el analfabetismo?
Según datos que tenemos, el analfabetismo anda en un 14 a 16 por ciento. Hay muchos estudios, uno de esos fue pagado al que va a ser ministro de Educación, y señala avances. Es allí donde se debe invertir. Con satisfacción digo que invertimos tres veces más que lo que se da para la seguridad y defensa del país, sin incluir el 6 por ciento de las universidades.
¿Debería orientarse hacia la educación primaria o técnica?
No hay que separar mucho, pero te digo que no quiero hablar antes del 10 de enero… te fijás, ya mi manager (María Fernanda), me está siendo señas…
¿La Costa Atlántica tiene perspectivas de desarrollo? Hay mucha pobreza…
Eso lo voy a hablar después del 10 de enero…
A la mañana siguiente, antes de salir del Hotel preguntamos:
¿Vamos a seguir la entrevista?
Ya te la di ayer, y mi manager ya se fue, me dejó con el pico cerrado (haciendo señal de candado en su boca).