Lucía Vargas C. – [email protected]
JINOTEPE.- La furia de la naturaleza que hace nueve años provocó que una enorme ola se levantara y arrasara con su brazo devastador las costas del Pacífico de Nicaragua, viene a la memoria de los habitantes de Huehuete, La Boquita, Casares y Tupilapa, cada primero de septiembre, fecha que marcó el destino de muchas familias que perdieron a sus seres queridos y lo poco que tenían.
Hoy martes regresa a Jinotepe la imagen de Santiago, luego de hacer un recorrido entre alboradas y velas, en más de cincuenta hogares, en los que le dan gracias por la vida y piden su protección.
El programa de testimonio con la imagen de “Chago” inicio el recién pasado sábado en la zona. La feligresía se congregó el domingo en la capilla de Huehuete para participar de la homilía por el alma de los difuntos.
RECUERDOS TRISTES
El dolor, el miedo y el desconsuelo que se vivió en ese entonces, ahora es recordado con oraciones en acción de gracia por la vida de los que quedaron y por los muertos que enlutaron los hogares de muchos pescadores.
Las gestiones de la entonces alcaldesa de Jinotepe, Aura Lila Aguilar, consolidaron la construcción de 46 viviendas con el financiamiento de la Organización “Ernest Thelman” de Alemania, que aún son habitadas por los maremoteados.
UN PACTO DE FE
Estas constituyen el Barrio Lomas de Santiago y es ahí donde se inició la tradición, un año después del maremoto, con la inauguración de las casas y con la llegada de Santiago Apóstol, patrono de los jinotepinos, recordó doña Lila Aguilar.
Aura Lila Aguilar, quien recorrió junto a cruzrojistas y familiares cada palmo de la costa en busca de los cuerpos que el mar arrebató, dijo que la desgracia que causó el maremoto esa noche del primero de septiembre del año 1992, aún está presente en los habitantes. Desde entonces quedó sellado el pacto de fe para con Santiago.
Según dijo, el dolor encaminó a la gente a un encuentro espiritual que año tras año crece en esas costas y anida esperanzas en sus habitantes.