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A las seis de la tarde, la brigada operativa se apresta a salir para otra noche más en la que con limitados recursos se enfretarán al crimen en Managua.

Detrás del auricular del 118

“A veces llaman y cuelgan, o ponen música. En ocasiones me han hecho propuestas amorosas por la línea. A mis compañeros les han salido hasta homosexuales diciendo que los quieren conocer”, relató una policía. El turno de un operador es de 24 horas. Entran a las siete de la mañana y salen a esa misma […]

  • “A veces llaman y cuelgan, o ponen música. En ocasiones me han hecho propuestas amorosas por la línea. A mis compañeros les han salido hasta homosexuales diciendo que los quieren conocer”, relató una policía.
  • El turno de un operador es de 24 horas. Entran a las siete de la mañana y salen a esa misma hora del día siguiente.

Moisés Martínez [email protected]

“¡Aló! Policía Nacional. Operador 23, ¿en qué le puedo atender?” Son frases repetidas hasta el cansancio en el puesto de mando policial del Complejo “Ajax Delgado”. Lo único que varía es el número del operador. Seis recepcionistas se encargan de atender ocho teléfonos en los que se recogen todos los delitos y tragedias que asolan Managua, desde accidentes de tránsito, pasando por pleitos entre pandillas rivales, hasta información sobre cadáveres encontrados en algún punto de la capital.

Guillermina del Carmen Jirón es una de las seis voces que escuchamos cuando llamamos al 118, el número de emergencia de la Policía, un servicio que recoge casi dos mil llamadas diario. Compartió que ha escuchado “de todo” en el año que tiene de laborar en el puesto de mando.

“La mayoría de la gente llama por ‘fregar’, no tiene conciencia de que el 118 es un número sólo para emergencias. A veces llaman y cuelgan, o ponen música. En ocasiones me han hecho propuestas amorosas por la línea. A mis compañeros les han salido hasta homosexuales diciendo que los quieren conocer. A veces hasta nos ofenden”, relató.

OFICIAL SOLTERA

Soltera. Afirma que este trabajo en ocasiones es bastante angustioso y sofocante por las constantes llamadas que recibe, además del tiempo que dura su turno. “Si estuviese casada, creo que consultaría con mi esposo, ya que paso un día completo metida aquí”, dijo sonriendo.

El turno de un operador es de 24 horas. Entran a las siete y salen a esa misma hora del día siguiente. Sus descansos son de dos días completos. Son tres turnos de seis operadores cada uno.

Según el capitán Tomás Velásquez, jefe del Puesto de Mando de Managua, es en los fines de semana cuando este trabajo se pone “agitadísimo”, debido a que la actividad delictiva se incrementa en ese punto de la semana. “De las seis de la tarde a las doce de la noche, esta central se satura de llamadas porque a esa hora la cosa se pone más caliente”, explicó.

EL TEMOR DE LA GENTE

Velásquez comentó que en muchas ocasiones, la gente se niega a dar su nombre y su número de teléfono por temor a que se sepa quién es el denunciante. “La gente no tiene por qué preocuparse. Esa información no sale del puesto de mando. Si nos da su teléfono podemos llamarlo de nuevo y confirmar la dirección de donde se está dando el hecho y así ubicar la patrulla”, comentó.

Según Velásquez, una patrulla tarda 15 minutos máximo para llegar a un punto donde se está dando el hecho, aunque, en ocasiones, está bastante lejos del lugar. “Por eso es que tenemos muchos problemas con las llamadas hostigosas, porque nos mandan a las patrullas a puntos en donde no se están dando problemas”.

Confirmó que la mayoría de las llamadas recibidas son innecesarias. “La gente a veces mucho molesta. Pero cuando son llamadas de problemas serios, siempre tratamos de estar presentes”, anotó.  

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