- No hay comida para hambrientos de C. A.
ACAN-EFE
TEGUCIGALPA.- El Programa Mundial de Alimentos (PMA) gestiona ante la comunidad internacional unas 16,500 toneladas de alimentos para poder cubrir la demanda de los países de Centroamérica donde la sequía echó a perder las cosechas.
“Ya casi no tenemos alimentos, hay mucha preocupación” porque se teme que haya que cubrir la emergencia durante dos o tres meses, y sólo hay reservas para unos 40 días, dijo ayer una fuente del PMA en Tegucigalpa.
Los alimentos que el PMA distribuye desde hace más de una semana, principalmente en el sur de Honduras, son los que ha mantenido en sus bodegas para los programas de comida por trabajo ya planificados con agencias gubernamentales, explicó.
De las 16,500 toneladas que el PMA pidió con urgencia a países donantes, el 50 por ciento serán para atender las necesidades de unos 185,000 campesinos hondureños, dijo a la prensa en Honduras el portavoz del organismo para América Latina, Jordan Day.
La otra fuente subrayó que “este ‘SOS’ es muy importante”, porque las investigaciones apuntan a que “va a ser más” la población perjudicada, y “se requiere solidaridad” internacional para afrontar la crisis.
Honduras y Nicaragua, que en 1998 fueron los más devastados por el huracán “Mitch”, ahora son los que más sufren las consecuencias de la sequía, que, también afecta a El Salvador y Guatemala, y amenaza a Costa Rica.
Al menos seis personas han muerto de hambre en Nicaragua, según autoridades de ese país, mientras que el representante saliente del PMA en Honduras, Giuseppe Lubatti, ha advertido de que allí también podrían fallecer personas en las zonas más vulnerables.
El Gobierno nicaragüense ha descartado declarar emergencia, y desarrolla programas de alimentos por trabajo para campesinos que perdieron sus cultivos o han quedado desempleados.
Organizaciones sociales han acusado al presidente de Nicaragua, Arnoldo Alemán, de “minimizar” el problema alimentario.
El PMA teme que en Honduras aumente el número de pobladores pobres que necesitarán comida tras la pérdida de sus cosechas. En Centroamérica, alrededor de un millón de personas está en esta situación.
Day subrayó que el PMA, con su reserva actual, sólo tiene capacidad para cubrir el siete por ciento de la población hondureña agobiada por el hambre.
El PMA trabaja con donaciones de alimentos que recibe de varios países industrializados, el principal de ellos, Estados Unidos, además de Canadá, Alemania, Francia, Japón y otros.
El Gobierno de Honduras, que declaró emergencia alimentaria en 104 de los 298 municipios del país, ha elevado de 4,000 a 8,500 toneladas su solicitud de ayuda al PMA, cuyas reservas locales son de unas 2,000 toneladas.
La Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) también ha emprendido la entrega de raciones de alimentos en aldeas de la región central de Honduras, con financiación de fondos de emergencia del Gobierno, que suman 3.5 millones de lempiras (225,000 dólares).
ESPERANZA: LA TEMPORADA DE HURACANES
En la zona sur, donde se encuentran los 57 municipios en peor situación por la pérdida de cultivos, la sequía ha sido cíclica en las últimas décadas, pero autoridades y campesinos coinciden en que cada vez es más grave.
“Desde hace cinco semanas estamos comiendo mangos maduros”, relataron a la prensa local campesinos hondureños que perdieron sus pequeñas plantaciones de maíz.
Otros afectados tienen que comer raíces, hierbas u otros vegetales silvestres.
Una fuente del Servicio Meteorológico Nacional dijo ayer a ACAN-EFE que, tras el “desfase” producido en junio, ya se están registrando lluvias, aunque pocas, en el este, norte y oeste de Honduras, e incluso en Tegucigalpa y el sur.
Estos aguaceros son producidos por las primeras ondas tropicales que preceden el período más intenso de la temporada de huracanes en Centroamérica, entre septiembre y octubre, para cuando se espera la normalización de la época lluviosa.
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