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¡Es Navidad!

Carlos De León

Cerca de belén habían unos pastores que pasaban la noche en el campo cuidando sus ovejas. De pronto se les apareció un ángel del Señor, y la Gloria del Señor brilló alrededor de ellos; y tuvieron mucho miedo. Pero el ángel les dijo:

“No tengan miedo, porque les traigo una buena noticia, que será motivo de alegría para todos: “Hoy les ha nacido en el pueblo de David un Salvador, que es El Mesías, El Salvador. Como señal encontrarán ustedes al Niño envuelto en pañales y acostado en un establo”.

En aquel momento aparecieron, junto al ángel, muchos otros ángeles del Cielo, que alaban a Dios y decían: “Gloria a Dios en las alturas! Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”.

El relato evangélico contiene la tradición cristiana de aquella jornada histórica, desaparecida entonces para la mayoría, en la que la alianza sellada por Dios con la humanidad y vivida por el pueblo elegido a través de los siglos logra su punto culminante. “La Palabra se hizo carne”. “Dios con nosotros”.

En esta Navidad conmemoramos aquel acontecimiento que, por generaciones, ha aviado los sentimientos más íntimos, traducidos en expresiones de saludo: ¡Paz y Felicidad! Como un deseo largamente acariciado y no logrado por la humanidad. “La paz”. Anhelo de los pueblos, que retumbó en los cielos de Belén ante la mirada atónita de quienes aquella noche cuidaban sus rebaños en el campo abierto.

Aunque la fiebre de compras y consumismo a invadido gran parte del espacio de estas fiestas entrañablemente familiares, todavía hay oportunidad de rescatarlas, de dotarlas del auténtico sentido primigenio, alegría y solidaridad, por la presencia entre los hombres del Verbo encarnado, muestra de hombre, a imagen y semejanza de su creador, y que culminara en la gran comunidad de todos en Cristo.

Pero mientras llega la culminación de la redención, el mensaje cristiano ha de ser portador de esperanza, para un mundo en el que el espíritu de la Navidad sufre el acoso permanente de la ambición, el odio, la guerra y la división.

Navidad, del vocablo latino “Nativitas”, significa nacimiento, vida. Y la sonrisa de un niño es Navidad, porque en ella refleja el mundo de la inocencia, la realidad transparente. Es Navidad la mirada nostálgica de quienes observan su vida laboriosa y fecunda de años. Es Navidad la mirada de amor entre familias, a cuyo alrededor el hogar se ha convertido en familia unida.

Hoy me uno a la festividad gloriosa de estos días con el anhelo de que todos los nicaragüenses podamos disfrutar de la paz creadora de justicia y libertad, como lo anunciara en aquella jornada las voces desde lo alto: “Nos ha nacido el Mesías.  

Editorial
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