Aunque oficialmente han transcurrido solo cinco días desde la toma de posesión del presidente Donald Trump y la consecuente designación de Marco Rubio como secretario de Estado, ya son visibles algunas acciones que, según especialistas consultados, subrayan la postura de la nueva administración estadounidense frente a Centroamérica y los regímenes autoritarios de la región.
Rubio anunció visitas a Centroamérica, excluyendo a Nicaragua y Honduras. En el caso de Costa Rica, sostuvo una reunión virtual con el canciller Arnoldo André Tinoco para tratar temas de seguridad.
Según el analista político Sergio Araya, dos temas dominan la agenda centroamericana: la migración irregular y el crimen organizado, particularmente el narcotráfico.
«Para América Central, desde Costa Rica hacia el norte, se prevé que estos países enfrenten presiones para convertirse en receptores de migrantes que no puedan ingresar a Estados Unidos ni retornar a sus países de origen, especialmente aquellos que atraviesan crisis políticas graves. En este contexto, podría retomarse la propuesta del ‘tercer país seguro’, una estrategia planteada durante la primera administración Trump y continuada por Biden, que busca establecer mecanismos de cooperación más efectivos», señaló Araya.
En cuanto a Panamá, el Canal figura como un tema especialmente polémico. La administración Trump ha señalado una supuesta injerencia china en su manejo, además de acusar un trato desfavorable hacia los intereses estadounidenses, lo que, desde su perspectiva, contradice el espíritu de los tratados Torrijos-Carter.
Denuncias contra Ortega y regímenes autoritarios
El senador Marco Rubio, afirmó el 15 de enero que el régimen de Nicaragua, encabezado por Daniel Ortega y Rosario Murillo, representa una amenaza a la seguridad nacional de ese país por promover la migración irregular hacia el territorio estadounidense y además permitir la instalación de fuerzas militares rusas en el territorio nicaragüense.
“Nuestros intereses nacionales son los más afectados. Número uno, por presión migratoria; número dos, porque el régimen nicaragüense está permitiendo que las personas vuelen a Nicaragua y sin visa desde cualquier parte del mundo y luego transiten a los Estados Unidos”, indicó Rubio al comparecer ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado que revisa su nominación a la Secretaría de Estado.
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Además, señaló que Nicaragua se “ha convertido en el punto de entrada para personas de todo el mundo porque entras sin ninguna visa, te cobran mil dólares, o lo que sea que esté vigente hoy, y de ahí entras en la ruta migratoria y entras a los Estados Unidos”.
Según el politólogo estadounidense Evan Ellis, las declaraciones de Rubio son coherentes con su trayectoria de denuncia contra los regímenes autoritarios en América Latina, como el de Nicaragua.
«El secretario Rubio ha luchado durante toda su carrera en el Senado, y antes de ello, contra las dictaduras izquierdistas de América Latina, incluidos los Ortega», afirmó Ellis.
«Reconoce que Nicaragua forma parte del problema en el desafío migratorio, algo crucial para el presidente Trump. Asimismo, entiende la importancia de trabajar con nuestros socios en la región para abordar este y otros desafíos», añadió el politólogo.
Una oportunidad para ejercer presión
Ellis considera que el nombramiento de Marco Rubio como secretario de Estado representa una oportunidad para presionar a regímenes como el de Nicaragua, además de otros como Cuba y Venezuela.
«Con mi experiencia previa en el Departamento de Estado, puedo afirmar que es una ventaja contar con alguien como Marco Rubio, quien comprende profundamente la importancia de la región y los desafíos que plantean dictaduras como la de Ortega», señaló Ellis.
Por su parte, Sergio Araya considera que la estrategia de Rubio podría incluir un enfoque más agresivo por parte de la administración Trump, incrementando la presión mediante diversos mecanismos disponibles. Según Araya, el objetivo podría no ser la salida inmediata de estos regímenes, pero sí propiciar una transición o un debilitamiento significativo de sus estructuras autocráticas.
«Nicaragua, debido a su alineación con el eje Caracas-La Habana y, en términos globales con Moscú, emerge como uno de los principales puntos de preocupación para esta Administración», apuntó Araya.
Cambios significativos en la política exterior
El especialista en relaciones internacionales, Carlos Murillo, prevé cambios importantes en la política exterior de Trump frente a los regímenes autoritarios.
“Esta vez, Trump llega más empoderado, con posibles iniciativas de venganza en el plano interno que podrían influir en las relaciones exteriores. Por ello, creo que veremos cambios importantes, especialmente en América Latina, donde las relaciones podrían variar con Rubio en el Departamento de Estado”, comentó Murillo.
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Asimismo, destacó que Rubio enfrentará el reto de gestionar la crisis humanitaria en Venezuela. Con base en Florida, Rubio está familiarizado con la situación de la comunidad venezolana en el estado y entiende que una presión excesiva podría agravar la crisis.
Confirmación de Rubio por el Senado
El Senado de Estados Unidos confirmó este lunes por unanimidad al senador de Florida, Marco Rubio, como secretario de Estado, convirtiéndose en el primer hispano en liderar la diplomacia estadounidense.
Rubio, de 53 años e hijo de inmigrantes cubanos, fue el primer confirmado del gabinete de la nueva administración Trump. Su trayectoria como senador desde 2010 le ha valido el respeto de sus compañeros, lo que facilitó una rápida confirmación, en contraste con otros nominados más polémicos.