Las elecciones presidenciales en Estados Unidos están a la vuelta de la esquina. Una transición de un gobierno demócrata a uno republicano o la continuidad del partido de gobierno actual en el poder el próximo 5 de noviembre tendrá un impacto en América Latina y el Caribe en materia migratoria, comercio y energía limpia, según un análisis divulgado esta semana por Moody’s.
En general, la agencia calificadora de riesgo considera que tanto Donald Trump (republicano) como Kamala Harris (demócrata) mantendrán políticas comerciales más estrictas y prioridades en materia de inmigración, independientemente de quién gane las elecciones el 5 de noviembre. Eso sí, consideran que la capacidad de implementar sus propuestas en materia comercial, migratoria y energía dependerá de la cuota de poder que puedan conseguir en el Congreso.
En materia comercial, Moody’s considera que ambos probablemente mantendrán una postura proteccionista, ya que el país buscará contrarrestar el creciente dominio de China en sectores estratégicos y las cadenas de suministro globales.
Pueden crecer las tensiones
“El creciente comercio de China en América Latina y la inversión en infraestructura para fabricación y energía renovable podrían aumentar aún más las tensiones con Estados Unidos, independientemente de quién asuma la Presidencia. La agenda comercial de Harris conservaría los aranceles selectivos del presidente Joe Biden y buscaría fortalecer las relaciones con los aliados, mientras que un nuevo gobierno de Trump sería más propenso a promulgar políticas comerciales generales, lo que podría generar represalias, poner en riesgo el crecimiento global y acelerar la inflación, lo que reduciría la demanda externa de exportaciones de América Latina”, explica.
También se teme que en un gobierno de Trump los aranceles se conviertan en una herramienta de negociación, como lo hizo en 2019, cuando siendo presidente amenazó con aplicar un arancel del 5 por ciento a todas las importaciones mexicanas, a menos que México tomara las medidas necesarias para detener el aumento de la inmigración centroamericana.
Sobre China y América Latina, a criterio de Moody’s el aumento en el intercambio comercial entre ambos bloques, así como en la inversión en infraestructura de energía renovable y tecnología de punta podrían aumentar las tensiones con Estados Unidos, independientemente de quién asuma la Presidencia.
“El gobierno estadounidense intentaría que América Latina no profundice aún más sus lazos con China y buscaría promover el comercio y la inversión con Estados Unidos. Sin embargo, los países latinoamericanos en general no quieren elegir entre Estados Unidos y China, sino que preferirían mantener relaciones comerciales con ambos, más aún si Estados Unidos no ofrece alternativas de inversión y financiamiento que contrarresten las ofertas de China”, indica.
¿Qué pasará con América Latina?
Si gana Harris, Moody’s piensa que esta haría un esfuerzo más deliberado que un gobierno de Trump para ofrecerle a América Latina acceso al mercado estadounidense y aumentar las oportunidades de financiamiento e inversión en infraestructura. Estados Unidos aún no ha aprobado planes detallados para fomentar la inversión manufacturera estadounidense en América, ni los gobiernos de México o Centroamérica han puesto en marcha iniciativas para promocionar sus economías de cara a la inversión estadounidense.
Hasta ahora, Estados Unidos sigue siendo, marcadamente, el principal inversionista extranjero de América Latina, pero la presencia comercial de China ha crecido a paso firme. La inversión extranjera directa (IED) de EE. UU. en América Latina alcanzó los 1.6 billones de dólares en 2023, en comparación con unos 10 mil millones de dólares de China.
Sin embargo, el comercio entre América Latina y China ha crecido fortísimo en las últimas décadas. Moody’s resalta que pasó de 30 mil millones de dólares en 2003 a 469 mil millones de dólares en 2023. “China es ahora el principal socio comercial de Sudamérica y una fuente importante de préstamos, particularmente en energía e infraestructura. Sudamérica exporta principalmente a China soja, cobre, petróleo y otras materias primas que China necesita para su desarrollo industrial, e importa cada vez más maquinaria, equipos de transporte y otros productos manufacturados chinos”, resalta.
No obstante, Nicaragua tiene vigente un acuerdo comercial con China desde enero de este año, pero pese al discurso oficial, lo cierto es que el gigante asiático solo participa con el uno por ciento del total de las exportaciones en valores en el 2024, mientras Estados Unidos con más del 40 por ciento.