Desde hace varias semanas los países vecinos anuncian rebajas en el precio de los combustibles, pero en Nicaragua desde abril de 2022 están congelados y se mantienen como los más caros de la región. El régimen Ortega Murillo congeló estos precios en medio de una ola alcista que elevó por encima de cien dólares el precio del barril de petróleo, sin embargo, desde finales de ese año el crudo comenzó a bajar y ahora vale menos de 80 dólares. Pero en lugar de trasladar el beneficio, el régimen se ha quedado con unos 236 millones de dólares generados del margen entre el precio de compra y el de venta.
Inicialmente se especuló que este “margen” se utilizaría para pagar el préstamo de 200 millones de dólares que en 2022 el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) le otorgó para cubrir el subsidio que se otorgó a los combustibles cuando el precio del West Texas Intermediate (WTI) que es el de referencia para Nicaragua se disparó.
Pero con el abaratamiento del crudo no fue necesario usar todo el crédito, solo se usaron 85.80 millones de dólares, y aunque con el margen ya se habría cancelado tres veces ese monto, a la fecha solo se han pagado 20 millones de dólares.
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Nicaragua con los combustibles más caros
Y mientras ese margen que genera la diferencia entre el precio de compra del petróleo y combustibles terminados y el que pagan los consumidores sigue creciendo, Nicaragua sigue vendiendo los combustibles más caros de la región. Los boletines de precios al consumidor final que emite cada semana el Comité de Cooperación de Hidrocarburos de América Central (CCHAC), del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), reflejan que antes de aplicar los impuestos Nicaragua tiene los combustibles más caros de la región.
Con el impuesto incluido, Nicaragua vende el diésel más caro y en el caso de las gasolinas en algunas semanas compite con los precios de Costa Rica, que es el país con los impuestos más altos para los combustibles. Esta tendencia es irreversible desde hace varios años.
De manera especial la carestía del diésel provoca un efecto cascada en varios sectores de la economía, ya que es el combustibles que se utiliza en el transporte de carga y de pasajeros, y ha obligado a los transportistas a ajustas las tarifas, y en el caso de la carga, estos ajustes se trasladan al precio que pagan los consumidores por los productos.
No obstante, a criterio de algunos especialistas no es que ahora los combustibles sean más caros en Costa Rica, sino que la apreciación del dólar que enfrenta el colón costarricense encarece los precios al trasladarlos a esa moneda. Por ejemplo, en la primera semana de septiembre el litro de gasolina súper costaba 720 colones, que actualmente equivalen 1.38 dólares, pero hace dos años esos 720 colones equivalían a 1.02 dólares.
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Boletines de precio ahora se retrasan
Según el más reciente boletín de CCHAC, que ahora que Nicaragua está ejerciendo durante este semestre la presidencia pro tempore del SICA, se publican con más retraso, en la primera semana de septiembre todos los países, excepto Nicaragua, aplicaron reducciones y el precio de venta de la gasolina súper promedió 4.57 dólares por galón, el de la gasolina regular 4.31 dólares y el diésel 3.88 dólares por galón.
En esa misma semana Nicaragua vendió la gasolina súper a 5.06 dólares por galón, es decir 49 centavos de dólar por encima del promedio regional; la gasolina regular la vendió en 4.94 dólares por galón, 63 centavos de dólar más caro que el promedio de la región y el diésel en 4.46 dólares por galón, es decir 58 centavos más caro que el promedio regional.
Para la semana de referencia de septiembre, según el boletín del CCHAC, la gasolina súper, regular y el diésel más barato los vendió Panamá en 3.91, 3.66 y 3.32 dólares por galón respectivamente.
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Combustibles más caros para beneficiar a las familias
Pero mientras los consumidores siguen pagando los precios más caros de la región, desde inicios de abril de 2022 cada viernes un funcionario del Instituto Nicaragüense de Energía (INE) comparece ante los medios oficialistas para asegurar que por orden de Daniel Ortega para beneficiar a las familias nicaragüenses “los ajustes que se requieren” en relación con los precios internacionales del petróleo y sus derivados, “no aplicarán” los ajustes requeridos.
Lo que esos funcionarios del INE ni ningún otro ha mencionado nunca es cómo se reparte ese millonario margen que se genera por la diferencia entre el precio de compra del petróleo y productos terminados y el de venta de los combustibles al consumidor final.
Según cálculos de especialistas, desde que el precio del petróleo comenzó a bajar y el precio de los combustibles se mantiene congelado el “impuesto solapado” que se aplica al precio final que pagan los consumidores solo este año generó un margen de unos 158 millones de dólares, ya que el precio del petróleo se ha mantenido por debajo de 80 dólares por barril y el consumo de combustibles creció en casi 6 por ciento. Dicho monto se suma a los 78 millones que habría generado el margen durante el 2023 para un acumulado total de 236 millones de dólares.
¿Cómo se reparte ese margen?
A criterio de los especialistas, esos 236 millones de dólares generado por el margen de los precio de compra y venta de los combustibles se reparte entre el régimen Ortega Murillo y las empresas petroleras, sin importar que afecta el poder adquisitivo de los consumidores y eleva los costos de los sectores productivos, lo que a su vez tiene efecto en la inflación, ya que el precio de los productos se eleva, especialmente el de los alimentos.
Además, ni siquiera se está utilizando, como se especuló inicialmente, para saldar la deuda que se adquirió con el BCIE para otorgar el subsidio a los combustibles durante los meses del 2022 en que el precio del petróleo estuvo por encima de los cien dólares por barril.
El BCIE le confirmó a LA PRENSA que Nicaragua solo utilizó 85.80 millones de dólares, de los 200 millones que el banco le aprobó como parte del Programa Temporal de Apoyo a la Crisis de los Combustibles. El crédito se vence en enero de 2029 y no contemplaba periodo de gracia para comenzar a pagar. Y aunque el margen que el régimen ha obtenido con su estrategia de mantener congelado el precio de los combustibles ha generado suficientes recursos para pagar esa deuda, a la fecha han pagado alrededor del 25 por ciento del total.
“La República de Nicaragua sobre el préstamo número 2298, Programa Temporal de Apoyo ante la Crisis de los Combustibles en Nicaragua, ha amortizado a la fecha un monto de 20,072,773 dólares”, confirmó el BCIE esta semana a una consulta de LA PRENSA.