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La líder opositora venezolana María Corina Machado (centro) y el candidato presidencial opositor Edmundo González Urrutia (segundo por la derecha) saludan a sus partidarios durante una manifestación frente a la sede de las Naciones Unidas en Caracas el 30 de julio de 2024.

¿En que se diferencia el reconocimiento que está recibiendo Edmundo González al que recibió Juan Guaidó en 2019?

En 2019 Juan Guaidó fue reconocido por más de 50 países como el presidente interino de Venezuela. La situación ahora es diferente porque hay hechos más allá de las interpretaciones

Varios países, entre ellos los Estados Unidos, han decido reconocer a Edmundo González como ganador de las elecciones presidenciales en Venezuela, tras las pruebas aportadas por la oposición sobre el fraude electoral perpetrado por las autoridades chavistas del Consejo Nacional Electoral (CNE) que le dieron la victoria a Nicolás Maduro. Este reconocimiento, y al que se espera que se sumen más países, trae a la memoria lo sucedido en enero del 2019, cuando más de 50 naciones reconocieron a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.

Hasta ahora además de Estados Unidos los gobiernos latinoamericanos que se han sumado al reconocimiento son Argentina, Uruguay, Perú, Costa Rica, Ecuador y Panamá. Se espera, de acuerdo a los pronunciamientos de otros gobiernos que exigen al régimen que presente las actas y respete la voluntad del pueblo venezolano, que otras naciones se sumen al reconocimiento.

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Por el escenario que se vislumbra surgen interrogantes sobre qué diferencia el reconocimiento que está recibiendo González al recibido por Guaidó y qué deben hacer los países para que esta vez no sea un esfuerzo estéril.

Primera diferencia radica en el hecho y no en la interpretación

El exasesor de la OEA, Guillermo Belt, aseguró a LA PRENSA que hay una gran diferencia, debido a que en 2019 Guaidó, quien era diputado del partido Voluntad Popular, fue elegido como presidente de la Asamblea y al poco tiempo por medio de una disposición basada en el artículo 233 de la Constitución de Venezuela, asumió formalmente el papel de presidente interino.

“En aquel tiempo las elecciones para miembros de la Asamblea no habían sido objetadas, y Guaidó había sido elegido presidente de la Asamblea, y la comunidad internacional lo reconoció como presidente ya, no presidente electo, sino presidente por sustitución constitucional”, afirmó.

Actualmente, a González Urrutia se le reconoce como presidente electo “por una votación abrumadoramente mayoritaria del pueblo venezolano. Aquí no hay interpretación legal, interpretación de la Constitución, nada de eso de por medio”, explicó Belt.

Los siete países que han reconocido la victoria del opositor se han basado en las pruebas recopiladas por la oposición que hacen irrefutable la abrumadora victoria del candidato González; también en informes de observadores internacionales, como el Centro Carter, que aseguró que los resultados de las elecciones que da el CNE no pueden considerarse democráticos.

“Simplemente el resultado de un ejercicio electoral que pudo ser observado, aunque solo por una o dos entidades, porque, entre otras cosas, el régimen de Maduro impidió el acceso de un alto número de observadores internacionales a los cuales no les permitió ingresar al país. Pero a pesar de todo eso, hubo suficientes elementos de juicio y hay suficientes elementos de juicio para demostrar que el ganador de esas elecciones sin lugar a discusión alguna, por el peso de las cifras que se conocen, es González Urrutia. Esa es la diferencia fundamental entre una situación y la otra”, sostuvo Belt.

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El peso de la voluntad popular

El embajador de Uruguay en la Organización de Estados Americanos (OEA), Washington Abdalá, aseveró a este Diario que los países que han reconocido la victoria del opositor –incluido el suyo–, se basan en el resultado electoral que demuestra la voluntad de la mayoría de los venezolanos para cambiar el rumbo de su país.

El embajador y representante permanente de Uruguay ante la OEA, Washington Abdala. LA PRENSA/Tomado de Internet

“El hecho de que Uruguay reconozca como ganador de las elecciones en Venezuela a Edmundo González y le pida a toda la comunidad internacional y a Venezuela que respeten los resultados es una declaración obvia sobre quien obtuvo la mayoría de los votos. No hay mucho debate sobre este asunto, en función de la evidencia abrumadora para Uruguay es realmente obvio que González obtuvo la mayoría de votos, y por eso exigimos que se respete la voluntad del pueblo”.

El experto en relaciones internacionales y catedrático en la Universidad de Costa Rica (UCR), Carlos Murillo Zamora, coincidió con lo anterior y mencionó que “hay una diferencia significativa porque toda evidencia, toda prueba de las elecciones del 28 de julio, demuestra que González ganó, esto muestra que la oposición está consolidada y que la población ya no está contenta con el régimen, excepto una pequeña minoría. Eso no era tan evidente con Guaidó”.

Analista internacional Carlos Murillo Zamora. LA PRENSA / CORTESÍA
Analista internacional Carlos Murillo Zamora. LA PRENSA / CORTESÍA

Para Murillo Zamora no hay punto de comparación, ya que con Guaidó la oposición no estaba unida, a diferencia de ahora, que al unísono piden el respeto los resultados que muestran a González Urrutia como el candidato electo.

La exembajadora de Argentina ante la OEA, Paula María Bertol, explicó que “con el tema de Guaidó fue una estrategia que tuvo que ver con la Asamblea Nacional, fue una cuestión de una decisión jurídica, de una votación, (y en la actualidad) creo que lo que aquí está pasando es que los resultados los están ocultando, que hay un fraude en la contabilidad de los votos. Acá no hay un presidente encargado fruto de la Asamblea”.

Paula María Bertol, ex embajadora de Argentina en la OEA.

Bertol destacó que “lo que hoy pesa es la voluntad popular en la calle, y allí es donde se ve también una gran diferencia”.

El rol de la comunidad internacional

Un exdiplomático nicaragüense, bajo la estricta condición de anonimato por temor a represalias, recordó que con Guaidó en 2019, hubo una mayoría en la OEA que desconoció a Maduro y en este caso, esa mayoría no se da aún.

Sobre qué puede hacer la comunidad internacional para que el reconocimiento de González dé frutos, y no suceda lo que ocurrió con Guaidó, los consultados perciben diferentes acciones.

El embajador uruguayo enfatizó que “hay que aprender de los errores del pasado” y detalló que la más reciente resolución de la OEA sobre las elecciones en Venezuela, que no logró ser aprobada, “muestra lo difícil que es hacerle entender a los países sobre el mismo hecho, les cuesta ver la necesidad de pedir una revisión internacional sobre las actas, les parece que da para debate algo tan obvio”.

Por lo anterior, Abdalá señaló que lo que puede hacer la comunidad internacional es “tener un espíritu de mayor consideración y entendimiento (…) a muchos países demócratas nos resulta incomprensible y el único camino es seguir insistiendo, demostrar evidencias empíricas, tratar de que la gente capte que cuando se violan los derechos humanos no importa si es de ideología de derecha o izquierda, es una violación, y tratar de que eso vaya generando una reflexión y de alguna forma un cierto ejercicio de ir presionando para el camino de la democracia”.

La líder opositora venezolana María Corina Machado (centro) y el candidato presidencial opositor Edmundo González Urrutia (segundo por la derecha) saludan a sus partidarios durante una manifestación frente a la sede de las Naciones Unidas en Caracas el 30 de julio de 2024.

El exasesor de la OEA es más directo al mencionar que lo único que puede hacer la comunidad internacional “es asegurarse, y hay una serie de maneras de tratar de lograrlo, de que el régimen de Maduro entregue el poder a González Urrutia en la fecha en que la ley electoral lo establece, es decir, en el mes de enero de 2025”.

Belt reconoce que conseguir que el régimen de Maduro, que dice falsamente que ganó las elecciones y que se rehúsa aceptar la derrota, entregue el poder. “La única forma que concibo que podría lograrse ese objetivo, y afortunadamente hay tiempo de por medio para intentarlo en estos meses de ahora hasta enero, es una serie de acciones, que va desde la presión internacional con ruptura de relaciones diplomáticas, la limitación o suspensión total de la ayuda económica bilateral y multinacional, es decir, los países que quisieran aplicar esas medidas pueden interrumpir toda relación comercial, toda relación económica con el régimen de Maduro, de manera individual o colectiva, también aplicar sanciones económicas como las que hemos visto aplicar”.

El exdiplomático es tajante en señalar que las declaraciones, los llamamientos “y mucho menos sentarse a dialogar” no aportan nada. “El único diálogo que podría llevarse a cabo es sobre la forma en que se va a llevar a cabo la transición del poder, pero el diálogo no puede ser sobre si va a haber transición o no. Entrega del poder tiene que haber, porque las elecciones las ganó González Urrutia, hay que entregarle el poder, esa es una obligación, eso no es negociable, eso no es dialogable”.

Guillermo Belt, exasesor de la OEA. Foto: Cortesía.

Por su parte, Murillo Zamora se muestra escéptico sobre lo que puede hacer la comunidad internacional con el reconocimiento de González y para él es poco probable que haya un cambio.

“No va a cambiar nada el que reconozcan esos países o el doble de países a González como presidente electo, porque el poder no lo va ceder. No tanto Maduro, sino el Ejército, Vladimir Padrino y Diosdado Cabello no van a permitir que Maduro abandone el poder porque perderían sus negocios. Estoy convencido que quien sostiene a Maduro es la cúpula del Ejército y gente que tiene negocios con el crimen organizado, en realidad no va a cambiar nada”, apuntó.

Las fuentes consultadas para este artículo insistieron en que otro mecanismo es insistir a la Corte Penal Internacional (CPI) que existe el caso Venezuela, donde Maduro es señalado de cometer delitos de lesa humanidad.

Iniciativa fracasada

En 2007, una serie de países formaron el Grupo de Lima con la misión de seguir de cerca la crisis venezolana. Los entrevistados lamentan que la iniciativa no haya dado frutos.

Bertol opinó que el Grupo de Lima recayó “porque hubo cambios de gobierno en los países y se trató de una cuestión ideológica. Lamento mucho que haya fracasado el Grupo de Lima porque creo que durante mucho tiempo trabajó y trabajó muy bien para vencer a las dictaduras del continente”.

El Grupo de Lima estaba integrado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana, Santa Lucía y Bolivia, con el apoyo de Barbados, Estados Unidos, Granada y Jamaica, así como de la OEA y de la Unión Europea (UE).

Grupo de Lima, Venezuela
Reunión preparatoria del Grupo De Lima, en Brasil, en noviembre de 2019. Voz de América/Twitter

Mientras que el experto costarricense, Murillo Zamora, asestó que “el Grupo de Lima ya no tiene ningún peso porque estamos en un momento donde América Latina está fracturada entre un bloque es iliberal, encabezado por China, Irán, Rusia, Corea del Norte, al que pertenecen Cuba, Nicaragua y Venezuela y a los que se unen países como Bolivia y Honduras. Y el otro identificado como grupo liberal internacional encabezado por EE.UU. y las potencias europeas, donde hay países latinoamericanos. Hay una división en América Latina en términos nacionalistas en donde ven los negocios y relaciones comerciales por un lado, y las relaciones políticas por otro lado”.

Por su parte, el exasesor de la OEA mencionó que a su criterio en términos generales todas las negociaciones que ha habido con el régimen venezolano han sido aprovechadas abiertamente por Maduro simplemente para ganar tiempo.

“Todas las negociaciones que han habido, incluyendo las del Grupo de Lima, que han tenido lugar en diferentes países, la más reciente la negociación que vimos en Barbados, todas esas negociaciones en definitiva han representado ventajas para la dictadura de Nicolás Maduro y ninguna ventaja para los intereses del pueblo venezolano”, dijo Belt.

Por su parte, el exdiplomático nicaragüense, señaló que el Grupo de Lima fracasó “porque habían miembros que llevaban un diálogo con Maduro por debajo de la mesa”.

Actualmente son tres países los que abogan para un diálogo como solución. Los mandatarios de México, Brasil y Colombia sostuvieron una reunión en la que pidieron a Maduro mostrar las actas electorales para que se despejen las dudas sobre el resultado electoral. Mientras el tiempo avanza, los venezolanos siguen en las calles demandando el respeto a su voluntad demostrada en las urnas.

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