Las encuestas en Venezuela proyectan un escenario muy claro a menos de mes y medio de la elección presidencial: la oposición goza de “una brecha muy grande” a su favor, reina un ambiente de cambio político, el presidente Nicolás Maduro se recupera desde un piso muy bajo, aunque lentamente, y el elector venezolano quiere mayoritariamente ir a votar.
A 6 semanas de distancia de la votación, el candidato opositor Edmundo González Urrutia tiene una amplia ventaja sobre su rival más cercano, el mandatario, pupilo del expresidente Hugo Chávez y candidato a la reelección tras 10 años de gobierno, según los expertos y responsables de firmas privadas de análisis de entorno político y opinión pública.
González Urrutia, impulsado por el liderazgo de María Corina Machado, candidata ganadora de la primaria opositora, pero inhabilitada por el chavismo institucional, tuvo 54.99 % de intención de voto, seguido de Maduro, con 14,42 %, de acuerdo con el último sondeo de la firma ORC Consultores, realizado entre el 16 y el 24 de mayo.
Con base en 1.124 entrevistas, la encuesta también dio cuenta de que un 64,1 % de los electores venezolanos participarían potencialmente en el proceso del 28 de julio, explica a la Voz de América Oswaldo Ramírez, presidente de la empresa y analista político.
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Maduro continúa “lento en la subida”, si bien apenas arranca su campaña y comienza a notarse el gasto público a favor de su reelección, señala, por lo que Ramírez anticipa “un repunte” en su candidatura. Sin embargo, la valoración negativa de su gestión es del 80 %.
“En la mente del elector sólo hay 2 candidatos: ‘cambio’ y ‘continuidad’. El candidato al cambio es un proyecto liderado por Machado, que tiene un candidato en González Urrutia. La gente ha entendido esa dupla y que el liderazgo de Machado está asociado a la posibilidad de que se logren esas transformaciones en el país”, indica.
El país está viviendo “una energía electoral” de gente que observa un liderazgo político capaz de lograr cambios políticos, como ocurrió entre 1997 y 2002, cuando el entonces candidato y luego presidente Hugo Chávez Frías tenía altos picos de popularidad, dice.
Liderazgo transferido
González, de 74 años, fue designado por consenso candidato único de la disidencia, en sustitución de la líder inhabilitada María Corina Machado. Sin embargo, Machado parece haber transferido gran parte de su popularidad a González, tanto que las principales encuestadoras de Venezuela le dan al menos 15 puntos de ventaja sobre Maduro.
El Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) proyecta que González podría obtener unos 7 millones de votos, mientras Maduro no superaría los 4.700.000. Este cálculo se desprende de sondeos elaborados por terceros a los que ha tenido acceso esta institución académica.
“La oposición pareciera estar hoy en su mejor momento político y electoral, mientras el gobierno pareciera estar en su peor momento, con una brecha en lo electoral que es difícil de superar a través de las prácticas tradicionales de fraude y sin deslegitimar el proceso de la elección”, asegura el director del centro, Benigno Alarcón.
A juicio de Alarcón, no funcionó la estrategia de dividir a la oposición inscribiendo otros 8 candidatos. Afirma que estos abanderados no superarán, entre todos, el 10 % de los sufragios el 28 de julio.
El retorno improbable de Maduro
El politólogo y presidente de la firma Poder y Estrategia, Ricardo Ríos, habla de una diferencia de 30 puntos entre Maduro y González Urrutia.
Según sus números, el opositor alcanza el 55 % de intención de voto, mientras el actual jefe de Estado tiene un techo de 30 puntos. “Es una brecha muy grande”, dice Ríos a VOA.
También indica que es “improbable” que el apoyo a Maduro crezca en los siguientes días hasta el punto de que los resultados sean de alguna manera reñidos.
“Podemos hablar de números en frío y el gobierno está electoralmente derrotado. No hay dudas, el tema es cuáles son los escenarios que se van a plantear”, advierte Ríos.
Alarcón, por su parte, opina que el gobierno se enfrenta a un dilema político: permitir que la elección se produzca con los candidatos y tarjetas hoy inscritos, o boicotear el proceso.
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La eventual interrupción del proceso, como han advertido ante el país y la comunidad internacional varios políticos opositores e incluso otros candidatos, como Enrique Márquez, puede ocurrir a través de medidas “descabelladas” del oficialismo, según Alarcón.
Esas decisiones serían “eliminar” la candidatura de quien goza de la mayor intención de voto, González Urrutia, o su tarjeta, la de la Mesa de la Unidad Democrática, detalló.
“Sería una locura hacerlo”, apuntó. “Sería acabar con la elección”, añadió.
El profesor universitario coincide en que Maduro no tiene mayor opción de sumar apoyos a última hora. “Lo que se está formando es un gran movimiento social que busca el cambio del país, porque sienten que están en un sistema que se agotó”, asegura Alarcón.
No en vano, el mandatario ha reconectado con el chavismo duro mediante políticas como el aumento de pensiones o la creación del ministerio del adulto mayor, un segmento que suele respaldar al chavismo, representado en Maduro desde 2013, resalta.
Ramírez, de ORC Consultores, destaca que aún “falta mucho por ver”, pues “las incertidumbres sobre la candidatura opositora y la elección “están a la vuelta de la esquina”.
“Pero la realidad es que la gente desea votar. Hay una visión de que, participando y votando, se va a poder alcanzar esa transformación política. Es el gran deseo de todos: reconciliación, retorno de la gente, reencuentro”, indica.