Aunque el sector privado es clave para el desarrollo de cualquier economía y por tanto el apoyo financiero es clave para que este contribuya al crecimiento, en Nicaragua está ocurriendo todo lo contrario. El sector además de recibir menos financiamiento externo, está acelerado pagando deudas, por lo que su saldo de deuda externa el año pasado cerró en 6,665.1 millones de dólares, 735.1 millones menos con respecto a diciembre de 2022.
La disminución de 9.9 por ciento del saldo se debió principalmente al pago acelerado de las deudas. El año pasado el servicio pagado de la deuda externa privada fue de 3,573.2 millones de dólares, 501.2 millones más que en el 2022, cuyo monto ascendió a 3,072 millones de dólares.
De ese total, 3,465.4 millones de dólares fueron para amortizaciones y 107.8 millones de dólares para intereses y comisiones. El 51.9 por ciento del servicio fue por deuda de corto plazo (1,853.7 millones de dólares) y el servicio de deuda de mediano y largo plazo sumó 1,719.5 millones de dólares.
Un economista que prefiere el anonimato explica que el aumento fuerte del pago de deuda en el sector privado estaría explicado por el vencimiento de varios préstamos y también a que el empresariado estaría acelerando pago de estos empréstitos en el contexto de tasas de interés aún elevadas en los mercados internacionales.
La Reserva Federal de Estados Unidos mantuvo intacta hace dos semanas las tasas de interés, pese a que se prevé que para este año las mismas empiecen a ser recortadas, tras 11 incrementos consecutivos en los últimos dos años en un esfuerzo por combatir la aún elevada inflación. Esta medida ha encarecido los préstamos en los mercados financieros.
Aceleran pago de deuda
El especialista indica que la situación para el sector privado de Nicaragua empeora por el clima de hostigamiento e incertidumbre al que está sometido por parte de la dictadura de Daniel Ortega, aumenta el riesgo país y por tanto sus tasas se miran impactadas. “Los acreedores internacionales ven con mucho riesgo poner su dinero en Nicaragua, entonces prefieren restringir sus aprobaciones. Es un doble golpe al sector privado, por un lado la volatilidad de los mercados externos y segundo la incertidumbre política combinada con riesgos de confiscaciones por parte del Estado”, indicó.
Según el reporte del Banco Central de Nicaragua (BCN), el año pasado la tasa de interés promedio ponderada de la deuda externa del sector privado es de 5.33 por ciento (8.22 por ciento para la deuda del sector no financiero y 2.54 por ciento para la deuda del sector financiero). Las mayores tasas de interés corresponden a deuda con acreedores privados (bancos comerciales, proveedores y otros) que promedian 8.16 por ciento, seguido de acreedores oficiales con una tasa promedio de 4.36 por ciento.
Los números oficiales muestran que desde el 2019 el sector privado ha acelerado drásticamente el pago de su deuda a los acreedores internacionales. En ese año, por ejemplo, el servicio de la deuda del sector privado fue de 2,738.3 millones de dólares, luego estos pagos se vieron afectados por la pandemia en el 2020 y 2021, por los que los montos bajaron, pero ya en el 2022 el saldo rebasó los 3,000 millones de dólares.
Los saldos de los préstamos
De hecho, los desembolsos al sector privado el año pasado totalizaron 2,708.5 millones de dólares, reflejando una disminución de 148.4 millones de dólares (-5.2 por ciento) respecto a 2022, cuando el monto sumó 2,856.9 millones.
Según el BCN, del saldo de deuda externa privada, el sector financiero concentró el 52.3 por ciento, equivalente a 3,486.3 millones de dólares, la cual experimentó aun disminución de 47.2 millones de dólares (-1.3 por ciento) respecto al saldo del 2022 (3,533.5 millones).
Asimismo, el saldo del sector no financiero de 3,178.8 millones, mostró una disminución de 687.9 millones de dólares (-17.8 por ciento) respecto al año anterior (3,866.7 millones). La disminución de la deuda externa privada se concentró principalmente en la deuda de corto plazo, contratada con acreedores privados (banca comercial, proveedores y otros).
La mala racha del financiamiento externo al sector privado impacta directamente el desarrollo, insiste el economista, al recordar que gran parte de estos recursos suele financiar la actividad productiva.
Al respecto, el reporte del BCN indica que el 98.7 por ciento de los desembolsos provinieron de acreedores privados, con 2,672.8 millones de dólares. El resto de los desembolsos provino de acreedores oficiales.
Los principales destinos de los desembolsos recibidos por el sector privado fueron las actividades de industria manufacturera (36.4 por ciento), comercio (26.9 por ciento), intermediación financiera (23 por ciento), minería (8.1 por ciento) y demás sectores (5.6 por ciento).