Putin vs. Putin
Este mes Vladímir Putin aseguró su sexto mandato presidencial en Rusia. Las elecciones generales en el país más vasto del planeta se realizaron a lo largo de tres días, del viernes 15 de marzo al domingo 17 de marzo de 2024; aunque las votaciones anticipadas empezaron en la última semana de febrero, en regiones remotas rusas y zonas ocupadas de Ucrania. Todo esto bajo fuertes cuestionamientos de la comunidad internacional sobre la falta de transparencia y legitimidad de estos comicios.
Con las candidaturas controladas por la Comisión Electoral Central (CEC), Putin no tuvo competencia. Ningún candidato opositor o crítico de la guerra en Ucrania pudo inscribirse en la contienda.
El pacifista Boris Nadezhdin fue vedado a principios de febrero, porque según la CEC no recibió suficientes firmas legítimas para respaldar su candidatura. Antes, en diciembre, la CEC rechazó a la candidata Yekaterina Duntsova, debido a supuestos errores en los documentos de registro de su grupo de campaña.
Al final Putin ganó con un récord del 87 por ciento de los votos. El comunista Nikolai Kharitonov quedó en segundo lugar, con menos del 4 por ciento, mientras el exportavoz parlamentario Vladislav Davankov y el nacionalista Leonid Slutsky ocuparon el tercero y cuarto puestos. “Todos ellos son políticos afines a Putin”, destacó la BBC.
El martes 19 de marzo, Antony Blinken, secretario de Estado de los Estados Unidos, se pronunció sobre los comicios de Putin. “Las elecciones presidenciales de Rusia ocurrieron en un entorno de intensa represión de las voces independientes y del encarcelamiento, la muerte o el exilio de prácticamente toda la oposición política. El Kremlin ha marginado sistemáticamente a los grupos que defienden el respeto de procesos democráticos y del Estado de derecho, incluyendo a los observadores electorales”, expresó en un comunicado.
Justo un mes antes de las elecciones, Alexéi Navalni, el más prominente de los disidentes rusos, murió a los 47 años en una prisión del círculo polar ártico, donde se registran temperaturas de varias decenas de grados bajo cero.
Laureano Ortega Murillo, heredero político de los dictadores nicaragüenses Daniel Ortega y Rosario Murillo, participó como “acompañante” en estos comicios rusos.
El sistema cubano
Cuba no elige presidente ni vicepresidente. Eso es tarea de la Asamblea Nacional del Poder Popular. A la ciudadanía cubana únicamente le corresponde escoger delegados para las asambleas municipales (gobiernos locales) cada dos años y medio y aprobar diputados de la Asamblea Nacional cada cinco años.
La isla se rige por un sistema socialista donde solo existe el Partido Comunista Cubano. Oficialmente este partido no postula a ningún candidato, sin embargo, “las organizaciones que nominan a los aspirantes a un asiento en la Asamblea Nacional suelen tener miembros cercanos a esa fuerza política”, explica un reportaje de la agencia AP.
En noviembre de 2022 los cubanos eligieron delegados locales a partir de propuestas salidas de los barrios y comunidades del país. Hubo 26,746 candidatos para ocupar 12,427 puestos como concejales.
En marzo de 2023 se realizaron elecciones para aprobar a los diputados de la Asamblea Nacional, con una lista de 470 aspirantes para igual número de escaños. Muchos de ellos fueron nominados por organizaciones subordinadas al partido.
Entre los candidatos a diputado se hallaban al actual presidente Miguel Díaz-Canel y el líder en teoría retirado Raúl Castro, de 91 años, quien además conserva el título de general del Ejército y se considera que ejerce una gran influencia en los asuntos de Estado.
Una vez confirmada, la Asamblea Nacional elige al presidente de la República de entre sus diputados para un mandato de cinco años, con posibilidad de extenderse por otros cinco. Para nadie fue una sorpresa la reelección de Díaz-Canel y Salvador Valdés Mesa, su vicepresidente.
En las elecciones cubanas no hay campañas electorales, solo circula una biografía con la foto del candidato. El sufragio no es obligatorio y las urnas son custodiadas por niños de primaria.
En las últimas dos votaciones la abstención ha sido la nueva protagonista, en medio de una grave crisis económica y migratoria. En las elecciones de 2023 uno de cada cuatro cubanos no fue a votar.
Elecciones estilo Corea del Norte
En el reino de Kim Jong-un, el tercero de la dinastía de los Kim, no existe la abstención, así como no existe la democracia y mucho menos la oposición política.
En la República Popular y Democrática de Corea, más conocida como Corea del Norte o Norcorea, gobierna una alianza que funciona como partido único: el Frente Democrático para la Reunificación de la Patria. Y el nombre no es la única semejanza que guarda con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que ha dinamitado la pluralidad política en Nicaragua.
La alianza norcoreana aglutina a los tres principales partidos políticos del país más totalitario del planeta, además de organizaciones como la Unión de Niños de Corea y la Liga Democrática de Mujeres Coreana, también subordinadas al Gobierno.
Cada cinco años se realizan elecciones que más bien son una puesta en escena, un formalismo y un censo no oficial, pues la participación casi siempre ronda el 100 por ciento.
Los ciudadanos están obligados a votar y la vigilancia en los barrios garantiza que así sea. Una vez en las urnas, solo pueden marcar “sí” o “no” por cada candidato único propuesto por el partido dominante para las asambleas locales y la Asamblea Suprema del Pueblo. Pero votar “no” es un acto de traición que supone un alto riesgo, pues debe hacerse en urnas dispuestas para los votos negativos.
“Negarse a votar, o votar por alguien que no sea el candidato aprobado, se toma como un desafío activo al sistema de orientación del líder supremo, ya que uno está rechazando la opción que le ofrecieron”, explicó en 2015 Roger Cavazos, teniente coronel retirado del ejército estadounidense y experto en Corea del Norte, a la cadena árabe Al Jazeera.
“Como mínimo, la lealtad de una persona se considera inmediatamente insuficiente, lo que lleva a medidas de vigilancia adicionales y sanciones, como el despido del trabajo. Dado que el apartamento y el espacio vital de uno están vinculados al lugar de trabajo, perder el trabajo casi siempre implica también perder la vivienda”, dijo.
Este año Corea del Norte va de nuevo a las urnas. El 10 de abril se elegirá a los 687 miembros de la decimoquinta Asamblea Suprema del Pueblo. Los parlamentarios son quienes designan al presidente, que invariablemente es un Kim. Desde 1948 el país ha sido gobernado por Kim Il-sung, Kim Jong-il y Kim Jong-un: abuelo, padre y nieto.
Maduro sin oposición
Venezuela se prepara para las elecciones presidenciales del 28 de julio con la principal candidata de oposición, María Corina Machado, inhabilitada para participar.
En octubre de 2023 el presidente Nicolás Maduro firmó un acuerdo con la oposición venezolana, comprometiéndose a trabajar por unas elecciones presidenciales libres y justas y a celebrarlas antes de que finalizara 2024. A cambio, Estados Unidos levantó temporalmente algunas sanciones económicas como muestra de buena voluntad, destacó el diario The New York Times.
Sin embargo, pocos días después Machado ganó con más del 90 por ciento de los votos en las elecciones primarias organizadas por la oposición y se planteó seriamente la posibilidad de que pudiera derrotar a Maduro en unas elecciones generales libres y justas. Por eso la inhabilitaron.
Desde enero el gobierno de Maduro, en el poder desde 2013, ha arrestado a más de 30 ciudadanos opositores, incluidos nueve que trabajaban en la campaña de Machado, acusándolos de participar en conspiraciones contra el presidente y su círculo íntimo.
Bajo las circunstancias actuales, es imposible que Venezuela se abra camino hacia la democracia y se espera que el presidente Joe Biden vuelva a imponer las sanciones retiradas.
Elecciones a “lo Ortega”
Daniel Ortega ha pulverizado las elecciones en Nicaragua y las ha convertido en una caricatura de lo que alguna vez quisieron ser. Instituyó el fraude como método electoral. Primero, manipulando los resultados. El presidente del Consejo Supremo Electoral, controlado por el régimen, atribuye la cantidad de votos que tenga a bien asignarle a cada grupo, sin tener que demostrar de dónde salió esa votación. Se eliminó la publicación de los resultados, tanto en línea como en actas físicas y se organizó una fuerza de choque, llamados “comandos electorales” para apaciguar cualquier descontento con los resultados.
Ya en las elecciones del 2016 se eliminó a la principal fuerza de oposición, cuando los sellos del PLI se entregaron a un político desconocido. En las elecciones del 2021, el régimen de Ortega canceló a tres partidos opositores y encarceló a siete candidatos de la oposición que quisieron competir contra Ortega, quien resultó victorioso sin competencia y con un tribunal electoral totalmente controlado por él. Este modelo es replicado, en algunas de sus partes, por otros regímenes autoritarios.