La dictadura de Nicaragua continúa abriendo embajadas en países donde la presencia de ciudadanos nicaragüenses es prácticamente nula. Este martes, la cogobernante Rosario Murillo anunció la inauguración de una sede diplomática en Zimbabue, país situado en el sudeste de África.
“Estamos con alegría por instalar en Zimbabue, donde Dios nos dio la oportunidad de visitar varias veces, ahí estará nuestra próxima embajada”, dijo Murillo en su alocución diaria.
Además, anunció que el miércoles 7 de febrero harán publico quién será el embajador nicaragüense en ese país.
“El día de mañana vamos a estar comunicando quién va a representar al pueblo de Darío, de Zeledón, Andrés, de José Dolores, de Nicarao, pueblo de Carlos, de Tomás y de Daniel en esa tierra y pueblo luchador de Zimbabue”, celebró la vocera de la dictadura.
La dictadura ha puesto en el radar a Zimbabue —país donde la oposición denuncia poca libertad de expresión, falta de independencia del poder judicial, etc.— participando en foros con partidos políticos de ese país, como en noviembre de 2023, la “reunión del Foro contra las Prácticas del Neocolonialismo en Moscú”, etc.
Asimismo, el canciller del régimen, Denis Moncada, se ha reunido con su homólogo zimbabuense en varias ocasiones.
Más nombramientos
El régimen de Ortega y Murillo se ha dedicado a nombrar a embajadores y crear sedes diplomáticas en países lejanos, mientras que ha decidido cerrar consulados en países donde la población nicaragüense migrante es grande.
El 1 de febrero de 2024 nombró como embajador de Nicaragua en la República Árabe Saharaui Democrática a Carlos Eduardo Díaz, un férreo defensor de Ortega en las filas de la Juventud Sandinista. A inicios de enero nombró a Alí Waters y Martha Abella, como embajador y ministra consejera en Etiopía y la Unión Africana, respectivamente.
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Contrario a los nombramientos y creaciones de sedes, el régimen ha ordenado el cierre de al menos tres consulados de Nicaragua en Estados Unidos y uno en México, sin previo aviso ni justificación.
