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Orlando Cuevas fue uno de los lanzadores zurdos más respetados del país.

Orlando Cuevas, uno de los mejores zurdos que ha desfilado por los montículos nacionales

A pesar de tener una carrera en la que a menudo batalló contra lesiones, Cuevas se convirtió en un tremendo lanzador y logró cifras respetables

León ha sido desde siempre un gran productor de talento para el beisbol nacional. Sus jugadores han brillado en todas las posiciones, pero especialmente lanzadores han sido los que más han surgido en la cueva.

Así que ya era casi natural que cada año los Leones presentaran al menos un chavalo que brillaba desde el montículo. En 1988, el turno fue para el zurdo Orlando Cuevas, captado en La Paz Centro, León.

Cayetano Barreto, Vidal Osorio, Epifanio Pérez, Donald Calderón, Daniel Miranda y Yáder Soto son algunos nombres que llegaron antes o después de Cuevas a los melenudos de aquel momento.

Cuando Cuevas debutó en Primera División, parecía un lanzador construido. Tenía dos pitcheos: recta y curva, pero los utilizaba como un veterano y ese año (1988) su balance fue de 12-4 y 2.27.

Junto a Martín Polanco de los Dantos, quien arrancó con 11-5 y 3.19 aquel mismo año, fueron los novatos más destacados. Pero mientras Polanco crecía, Cuevas sufría por lesiones en el brazo.

Polanco fue a la Selección Nacional en el Mundial de Edmonton en 1990, mientras Cuevas se marchitaba con balances discretos, aunque efectivo, como el 2-9 y 2.82 en 1989 y luego con 3-5 y 2.62 en 1990, afectado por la falta de apoyo.

Sin embargo, una vez que se recuperó, todo cambió para el tirador paceño, captado por el profesor Ramiro Baldizón Carvajal y evaluado por Cayetano Barreto y Julio Juárez en su inicio con los Leones.

Cuevas subió a 11-4 y 1.49 en 1991, con 132 ponches en 126.2 innings, para dejar en claro su calidad, mientras integraba la Selección en la Copa Intercontinental de Italia y los Juegos Panamericanos de La Habana, Cuba, ese año.

En la Copa de Italia registró 1-2 y 2.75, mientras que en La Habana acumulaba 1-0 y 1.32 con 14 ponches en 13.2 episodios. Su éxito siguió en 1992, con récord a nivel local de 15-7 y 2.40, con 173 ponches en 176.1 entradas, en su mejor temporada.

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Justo en ese momento, el zurdo Cuevas era sino el mejor, uno de los mejores brazos del país. Sale del León y los equipos se lo disputan. El Bóer cree que lo tiene, pero el San Fernando lo intercepta en el camino, en una jugada de Omar Cisneros.

Ese año, el Bóer de don Miguel Castillo había conseguido al veloz Marvin Zelaya desde Chinandega y contaba con Cuevas para unirlos a Barney Baltodano (ganador de 20 en ese 1993) en la rotación de la tribu, pero Omar Cisneros se lo llevó a Masaya.

Orlando no brilla como se esperaba con 13-11 y 5.11 en el San Fernando y tras mejorar en 1995 a 12-5 y 2.24, la salud se le afecta de nuevo en 1996 sale de las Fieras y se pasa al Granada en 1997, donde consigue 9-2 y 2,69 en una clara recuperación.

Sin embargo, un año después vuelve a lastimarse y su carrera concluye en 1998 con marca de 89-59 y 3.05 en 1,157.2 innings, con 905 ponches y 68 juegos completos. Dos veces fue líder en efectividad: 1.49 en 1991 y 2.69 en 1997 y una vez en ponches con 173 en 1992.

Con la Selección tuvo éxito. En el Mundial de 1994 en Nicaragua tuvo 2-0 y 4.63, al derrotar 9-7 a Colombia y 14-6 a Italia, antes de caer 13-1 con Cuba, pero en el duelo de la muerte súbita.

Le ganó a Canadá dos veces, incluyendo una blanqueada 8-0 con 12 ponches en La Habana y en una ocasión a China en 1991 y Puerto Rico, lo mismo a Colombia, entre otras muy buenas actuaciones.

Deportes Beisbol archivo

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