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El régimen de Daniel Ortega ha convertido a Nicaragua en una plataforma para migrantes de distintas partes del mundo que van de manera irregular hacia Estados Unidos. Una fuente incluso revela que las autoridades de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) ni siquiera están sellando los pasaportes de estas personas, de manera que no queda rastro de que pasaron por el país.
Cuando los migrantes llegan al aeropuerto, los agentes de Migración en lugar de sellar el pasaporte, les cobran entre 150 y 200 dólares. Este pago es en efectivo y sin recibos, ni sellos, ni constancias de que se haya efectuado. “Esa es la orden para que cuando lleguen a Estados Unidos no puedan ver que pasaron por Nicaragua. Nicaragua es el único país que no les pide visa, solo les hacen ese cobro en efectivo y sin recibo”, dijo una fuente conocedora de la situación.
LA PRENSA ha comprobado que a través del aeropuerto de Managua están llegando migrantes haitianos, cubanos, africanos e incluso desde algunos países de Asia y Europa del Este. Según una fuente migratoria, estas personas llegan tanto en vuelos comerciales como vuelos chárter, algunos procedentes de Aruba, Haití o República Dominicana, y otros han llegado incluso desde Bulgaria.
“Al menos han llegado cinco vuelos de Bulgaria, pero no sé cuántas personas llegan en cada vuelo”, dijo la fuente.
Los africanos, por su parte, llegan en vuelos comerciales desde Madrid, con escala en San Salvador y luego arriban Managua, desde donde empiezan su travesía por tierra hacia Estados Unidos. El fin de semana pasado, la aerolínea Avianca incluso tuvo que restringir la venta de pasajes hacia Managua porque existe una sobredemanda por parte de pasajeros africanos con destino a Managua.
“El 70 u 80 por ciento de las personas en cada vuelo comercial de Avianca con ruta San Salvador-Managua está ocupado por personas de África. En El Salvador han puesto los vuelos hacia Managua en mangas consecutivas para concentrarlos a todos en un solo lugar y evitar que deambulen por todo el aeropuerto”, dijo la fuente. Por esa razón, el gobierno salvadoreño también ha impuesto un cobro de mil dólares para las personas provenientes de África que pasen por el aeropuerto de ese país.
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En el caso de Nicaragua, los ingresos que está recibiendo la dictadura al fomentar la migración irregular hacia Estados Unidos “son astronómicos”, señala la fuente. “Si en vuelos comerciales tenés 600 sillas disponibles al día, que es más o menos el promedio y el 70 por ciento de ellos son migrantes, son 420 personas. A un mínimo de 150 dólares por persona, son 63,000 dólares al día, más los vuelos chárter que sabemos que ha habido días de hasta 28 vuelos. La cantidad de dinero que le está entrando al régimen en efectivo es astronómica, y no es para Tesorería de la República porque no dan ni recibo”.
La fuente aseguró que el cobro puede ser de 150 y en algunos casos hasta 200 dólares, pues queda a discreción del agente de Migración. “Como es efectivo y sin recibo, los 50 dólares extra puede ser vinagre (negocio) del oficial de Migración. Ahí la corrupción está desatada”.
La migración como arma de Ortega
A criterio de algunos analistas, Daniel Ortega está utilizando la migración irregular como arma política contra Estados Unidos, y a su vez, saca provecho de ello al hacer cobros a los migrantes.
El economista Juan Sebastián Chamorro explica que esta medida es “una política muy típica de Daniel Ortega. Hacer cualquier cosa que afecte a Estados Unidos. Definitivamente está encaminado en crear una presión o politizarlo en contra de Estados Unidos porque es un tema sumamente controversial y delicado para los norteamericanos”.
Por su parte, el analista político Eliseo Núñez dice que esto es conocido como “weaponaiser” y explica que esto sucede cuando un régimen como el de Nicaragua utiliza problemas del ámbito civil o político para convertirlo en un arma política.
“Está convirtiendo la migración en un arma geopolítica y lo mismo hizo Bielorrusia antes de la guerra en Ucrania. Estuvo poniendo migrantes que venían de Medio Oriente como Afganistán y otros países y los ocupó como arma política para perforar las fronteras europeas y crearle un problema a Polonia principalmente. Ortega es de esta escuela”, menciona Núñez.
Un exdiplomático que solicita no ser citado también señala que Ortega se aprovecha de la necesidad de los migrantes para sacarles dinero. “150 dólares por migrante es un montón de plata y eso también se cobra a los que vienen del sur, de Costa Rica, y que entran por tierra. No es solo a los del aeropuerto”, indica.
Este cobro de 150 dólares que hace Migración fue oficializado el 4 de agosto de 2020, cuando la Asamblea Nacional controlada por Ortega aprobó una reforma a la Ley 761, Ley General de Migración y Extranjería, en la cual se establece una multa de 150 dólares por “ingreso y salida por puesto fronterizo no habilitado”. Sin embargo, quienes entran por el aeropuerto no están entrando por un puesto fronterizo no habilitado, pero aún así están aplicándoles el cobro en el Aeropuerto Augusto C. Sandino.
El exdiplomático señala que ya hay algunas consecuencias por la migración irregular que Nicaragua fomenta. “El encargado de negocios de Estados Unidos en Haití les dijo a los migrantes que pensaran bien antes de hacer su viaje por Nicaragua y la medida de El Salvador, de cobrar mil dólares a persona con esas caracterías que pase por su aeropuerto aunque se en tránsito, más que para buscar un beneficio a como lo hace Ortega, parece más una manera de poner un obstáculo”, señala
Juan Sebastián Chamorro menciona que en Estados Unidos hay mucha preocupación alrededor de este tema. “El problema es que ahí va de todo y hay bastante preocupación de que ahí puedan ir elementos radicales, islamistas por ejemplo, que puedan entrar a Estados Unidos afectando la seguridad nacional”, manifiesta, y considera que de seguir esta práctica, las relaciones entre el gobierno de Joe Biden y la dictadura de Ortega podrían deteriorarse mucho más.
Ahora también es plataforma para personas de países ex Unión Soviética
De hecho, la fuente conocedora de cómo está operando este cruce de migrantes, explicó que el nuevo flujo de migrantes son las personas de Asia central, de los países “tan”, o sea Uzbequistán, Kazakstán, etc. “Todos ex Unión Soviética predominantemente musulmanes”, dijo la fuente, al tiempo que señaló que estos han llegado en vuelos chárter que se originan en Bulgaria, pero tiene el mismo modus operandi, pagan al menos 150 dólares en efectivo al llegar y no les sellan el pasaporte. “Al menos han llegado cinco vuelos de Bulgaria, pero no sé cuántas personas llegan en cada vuelo”, dijo la fuente.
“Ortega lo hace con el propósito de atacar y crear malestar en los norteamericanos”, insiste Chamorro, mientras que Eliseo Núñez recuerda que antes Ortega solía perseguir a los migrantes y de hecho, entre 2015 y 2016, generó una crisis migratoria en Centroamérica precisamente por quedar bien con Estados Unidos.
“Mientras Estados Unidos no se metía con él, Ortega le daba los servicios de detener la migración, el narcotráfico y los temas que tienen que ver con terrorismo”, detalla. Para noviembre de 2015, Daniel Ortega no dejó a avanzar a un grupo de casi 2,000 cubanos que cruzaron la frontera de manera irregular, e incluso envió al Ejército a resguardar la zona.
Esto provocó que los migrantes que seguían llegando desde el sur, sobre todo cubanos, africanos y haitianos que empezaban su travesía en Ecuador, se aglomeraran en la frontera con Costa Rica. Según reportes periodísticos, llegó a haber hasta 8,000 migrantes varados.
La crisis se resolvió hasta mediados de 2016 cuando los países de Centroamérica acordaron que destinarían recursos para trasladar por avión a los migrantes desde Costa Rica hasta Guatemala y de ahí que siguieran su camino hacia Estados Unidos. De esta manera, evitaban Nicaragua.
La Policía incluso montó operativos en la Carretera Panamericana para que los migrantes que se escabulleran en la frontera y siguieran con su viaje, fueran regresados hacia Costa Rica. Esto provocó que un grupo de ocho migrantes se ahogara en el lago Cocibolca al tratar de cruzarlo sorteando los retenes policiales.
Otro caso bien conocido fue el de la maestra Nilamar Alemán, quien ayudó a una migrante haitiana y su pequeña hija, dándoles posada en su casa porque la niña estaba enferma y luego la acompañó hasta la frontera con Honduras. Las mujeres fueron detenidas en Jalapa. A la migrante la expulsaron del país y la maestra nicaragüense quedó detenida y acusada de tráfico de personas.
Chamorro señala que el cambio de Ortega con respecto a los migrantes ha ido siendo de manera gradual y que después de negarles el paso, se ha hecho de la vista gorda y ahora fomenta la migración irregular. “Desde que se dieron aquellas famosas marchas desde Honduras hacia Estados Unidos, él vio esto como una forma de presión política”, indica el economista.
Por su parte, Núñez señala que después del estallido social a Ortega no le interesa más quedar bien con Estados Unidos, por el contrario, quiere golpear a ese país y “esa es la razón principal” por la cual permite la migración irregular.