Por mucho que Ortega anuncie supuestos proyectos de inversión de China en Nicaragua y de la puesta en marcha de un Tratado de Libre Comercio con Pekín en enero del próximo, el vínculo económico de la economía con la unión americana no será fácil de reemplazar con el gigante asiático, según un análisis de Fitch Solutions, que forma parte del grupo empresarial de la calificadora de riesgo Fitch Ratings.
El régimen de Daniel Ortega está acelerando su vínculo económico con China, en un intento por desprender la dependencia de la economía nicaragüense de Estados Unidos, su fuente principal de ingreso de exportaciones, remesas e inversión extranjera, en un intento por hacer frente también a la presión que Washington ha impuesto sobre la dictadura para forzar un retorno a la democracia.
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Sin embargo, Fitch Solutions en su análisis indica que “mantenemos nuestro índice de riesgo político a corto plazo en 76.7 sobre 100, ya que el aumento de los vínculos comerciales con China no reemplazará la profunda dependencia de Nicaragua de la inversión, el comercio y las remesas estadounidenses en el corto plazo”.
De hecho este año, el régimen de Ortega espera una cifra récord en las remesas, que podrían acercarse a los 5,000 millones de dólares; Estados Unidos aporta más del 50 por ciento de los ingresos por exportaciones globales (incluyendo zona franca) y es origen de gran parte de la inversión extranjera.
En el contexto de las sanciones del Gobierno de EE. UU. a la dictadura de Ortega, más de 850 funcionarios públicos han perdido su visa además del bloqueo de activos pertenecientes a estos. Además, la administración Joe Biden firmó un Orden ejecutiva de octubre de 2022 que permite sanciones sectoriales contra la industria del oro de Nicaragua, la exportación más valiosa del país.
“Es probable que nuevas restricciones o sanciones a las exportaciones provoquen un aumento del desempleo. Aunque la cifra de desempleo de agosto fue del 3.2 por ciento, casi el 25 por ciento de la población vive por debajo del umbral de pobreza. Si se materializaran más restricciones, esperaríamos que la producción económica cayera, mientras que aumentaran tanto el desempleo como los riesgos para la estabilidad social”, indica el reporte.
Para aliviar la presión de Estados Unidos contra el Gobierno de Nicaragua, Ortega decidió unirse el año pasado a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, lo que le ha permitido anunciar al menos 10 proyectos de inversión con fondos chinos, así como la firma del TLC con Pekín, que permitirá en enero el ingreso del 60 por ciento de los bienes de ambos mercados libre de impuestos, apertura que alcanzará el 95 por ciento de la cesta exportable libre de arancel a medida que este se ponga en marcha.
Entre los supuestos proyectos de inversión de China en Nicaragua se menciona un desarrollo inmobiliario residencial de 60 millones de dólares que consta de aproximadamente 12,000 unidades, una renovación de un aeropuerto de 492 millones de dólares, dos proyectos de minería de oro (la Dirección General de Minas de Nicaragua está sancionada por Estados Unidos) y dos proyectos de energía hidroeléctrica, Tumarín y Mojolka, que representan una inversión combinada de aproximadamente mil millones de dólares, según fuentes locales.
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“A pesar de estos proyectos y de los intentos de reducir la dependencia de Estados Unidos, esperamos que el gobierno de Nicaragua se vea limitado en su capacidad para liberarse de la presión estadounidense”, enfatiza Fitch.
Al respecto, recuerda que solo en 2022 el comercio bilateral entre Estados Unidos y Nicaragua estaba valorado en alrededor de 8,400 millones de dólares, mientras que el comercio bilateral entre China continental y Nicaragua fue de 760 millones de dólares.
Además, Estados Unidos y Nicaragua son signatarios del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica, que entró en vigor en 2006, y durante los últimos tres años aproximadamente el 50 por ciento de las exportaciones de Nicaragua tuvieron como destino Estados Unidos.
Y pese a las tensiones políticas entre Estados Unidos y Nicaragua por las violaciones de derechos humanos, el comercio entre ambos mercados no se ha desacelerado en los últimos años. De hecho, en 2022 el comercio bilateral aumentó más del 23 por ciento interanual, resalta.
Pero además la estrategia de Ortega de enviar migrantes a Estados Unidos para vivir de sus remesas está siendo más efectiva que su esfuerzo por vincularse a China. “Estos migrantes envían habitualmente remesas a sus familias, cuyo valor representa alrededor del 60 por ciento del PIB de Nicaragua. No esperamos que ningún acuerdo bilateral con China compense estos fuertes vínculos económicos”, reafirma.
“Si bien esperamos que el comercio y la inversión chinos aumenten en el largo plazo, China no podrá mejorar la dependencia de Nicaragua de Estados Unidos tan rápido como el gobierno nicaragüense quisiera”, indica.