Los críticos y opositores nicaragüenses no manifestaron sorpresa por la ausencia de condena de la dictadura de Daniel Ortega a la organización palestina Hamás, y más bien recordaron su cercanía con Irán, el estado islámico detrás de ese grupo criminal.
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El régimen de Ortega emitió un comunicado este mismo sábado que se dio la invasión de Hamás a Israel, en el que condenó “enérgicamente el agravamiento del terrible conflicto Israelí-Palestino”, culpó a la comunidad internacional y se mostró solidario con la “causa palestina”.
“El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, y el pueblo de Nicaragua, siempre solidarios con la causa palestina, siempre fraternos, siempre cercanos, al condenar la barbarie desatada nuevamente entre dos pueblos hermanos, desde nuestras propias experiencias de guerras impuestas”, expresa parte del comunicado del régimen de Ortega.
Declaración ambigua e hipócrita
El politólogo y opositor desterrado, Félix Maradiaga, manifestó que frente a un acto de violencia en el que está claro quién es el agresor, “toda declaración ambigua, lejos de ser positiva, debe ser tomada como doble moral”. En el caso del comunicado de Ortega, Maradiaga señaló que hace “una llamada a la paz sin una sola palabra de condena a los actos terroristas de los militantes palestinos”.
“El comunicado de la dictadura sandinista de los Ortega-Murillo expresa la hipocresía de una dictadura que descaradamente se ha declarado aliada de Irán, el estado islámico que abiertamente ha admitido estar detrás de los ataques terroristas de Hamás contra la población civil de Israel”, expresó Maradiaga.
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El politólogo destacó “la íntima vinculación” del régimen orteguista con Irán, país que apoya los actos terroristas de Hamás, e hizo un recuento del historial antisraelí del partido gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que encabeza el dictador Ortega.
Recordó que antes de 1979, en Nicaragua existía una pequeña y muy activa comunidad judía de aproximadamente 250 familias, pero durante la revolución sandinista esas familias fueron prácticamente expulsadas del país y sus bienes fueron expropiados, incluyendo la Sinagoga en Managua.
“Con Ortega en el poder, se han roto relaciones con Israel en varias ocasiones, primero en los años ochenta y luego en el año 2010. Esas relaciones se restablecieron formalmente en 2017, pero ha existido una distante relación con Israel”, manifestó el politólogo.
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Vínculo con terroristas
Ortega además no esconde que su régimen es pro-Palestina y aliado de grupos terroristas anti-Israel, lo que fue confirmado por el gobierno de Estados Unidos.
Las acusaciones de miembros del Congreso de los Estados Unidos en una audiencia que se llevó a cabo el 14 de julio de 1993, llevaron a una investigación detallada de los nexos del FSLN con el terrorismo, particularmente con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
“Para 1996, esa indagación concluyó que el sandinismo había entregado más de 1,000 pasaportes a ciudadanos árabes, pero que además había 50 mil pasaportes desaparecidos. Uno de esos pasaportes fue encontrado en una de las personas vinculadas al primer atentado a las Torres Gemelas del World Trade Center en 1993”, aseguró Maradiaga.
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El politólogo agregó que el régimen de Ortega es parte de una red de tiranías que se ha declarado abiertamente antioccidental y particularmente anti Estados Unidos, lo que coloca a Nicaragua en la facción de China, Irán, Corea del Norte, Bielorrusia y Rusia, “que apuntan contra el modelo de las democracias liberales” y “en el lado equivocado de la historia”.
Ortega siempre está del lado del agresor
El exembajador de Nicaragua, Arturo McFields, manifestó que Ortega tiene una posición bien claramente definida a favor del agresor y nunca estará a favor de Israel.
“No importa lo que esté sufriendo Israel, él siempre va a optar por irse por el lado del agresor. Hay que recordar que en el pasado rompió relaciones con Israel y se fue del lado de Palestina. Siempre ha optado por apoyar a la línea palestina, ya sea la línea moderada o la línea radical”, aseveró McFields
El exembajador confirmó que las relaciones entre Nicaragua e Israel se restablecieron formalmente en 2017, aunque no existe una embajada israelí en Managua. Sin embargo, a McFields no le sorprendería que Ortega rompiera las relaciones con Israel nuevamente.
Posición equidistante
Un experto en relaciones internacionales, que habló con LA PRENSA bajo condición de anonimato, valoró que el comunicado de Ortega “deja de lado la alianza con Irán y en este tema regional mantiene una posición más equidistante, en la línea de apoyo a las conversaciones de paz y el reconocimiento de ambos estados”.
La fuente interpretó que está posición de Ortega es porque un apoyo unilateral a Hamás “comprometería las relaciones de Nicaragua con el mundo árabe, sobre todo en unas circunstancias en que está muy claro quién empezó el ataque”.
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Aún así, a la fuente no le parece muy acertado “culpabilizar a Naciones Unidas, cuando lo que hace o no hace la organización es responsabilidad de sus miembros y, en particular, de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad”.
¿Cuál es la posición de los otros países de Latinoamérica?
La mayoría de los países de la región latinoamericana han cerrado filas en apoyo y solidaridad con Israel y condena al grupo extremista Hamás.
El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, manifestó sus “condolencias” y “apoyo” a Israel ante los ataques “sin justificación” en su contra, orquestados por el movimiento islamista Hamás.
Los gobiernos de Costa Rica, Honduras y Panamá también emitieron comunicados de condena a los actos terroristas contra Israel.
El Gobierno de México condenó “los ataques sufridos por el pueblo de Israel” por parte del grupo islamista Hamás desde Gaza y exigió “el cese de la violencia inconducente”.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, manifestó a través de las redes sociales que “Brasil no escatimará esfuerzos para evitar la escalada del conflicto, incluso en el ejercicio de la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU”.
El Gobierno de Argentina, a través de un comunicado de la Cancillería, expresó que “condena” y “deplora” el ataque múltiple de Hamás contra Israel.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, condenó “con vehemencia el terrorismo y los ataques contra civiles” en Israel. Además hizo un llamado a “un diálogo de paz donde se reconozca de manera integral el estado palestino”.
El Gobierno de Chile, donde según los medios locales reside la mayor comunidad de origen palestino fuera de Oriente Medio, también manifestó su “absoluta condena” a los ataques contra una serie de pueblos y ciudades de Israel y expresó sus “condolencias a las familias de las víctimas, y su solidaridad con el pueblo de Israel”.
El presidente de Paraguay, Santiago Peña, se refirió a los “cobardes ataques terroristas” en contra de Israel: “Todo nuestro apoyo a la hermana nación de Israel ante los cobardes ataques terroristas que ha sufrido”, expresó el mandatario paraguayo.
El Gobierno de Bolivia expresó su “profunda preocupación” por los “eventos violentos” ocurridos en la Franja de Gaza entre Israel y Palestina, y criticó la “inacción” de las Naciones Unidas y el Consejo de seguridad ante estos acontecimientos.
El Gobierno de Perú condenó “enérgicamente los ataques terroristas perpetrados por el grupo Hamás contra el Estado de Israel”.
Uruguay deploró “las acciones terroristas en curso contra Israel y su población” y expresó “su solidaridad con el Estado de Israel y las víctimas de estos ataques”.
El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, advirtió que “esta escalada de violencia impide las soluciones de paz que deseamos todos”.
Venezuela y Cuba aún no han expresado una reacción oficial.