Nicaragua pondrá fin el próximo año al deslizamiento diario del córdoba frente al dólar, luego que las autoridades del Banco Central (BCN) anunciaran que a partir del 1 de enero del 2024, la tasa de deslizamiento anual será de cero por ciento, es decir quedará invariable.
De esta manera, el córdoba frente al dólar quedará con una tasa de cambio de 36.6243 córdobas por cada dólar, que será el último cambio que sufrirá la moneda nacional el próximo 31 de diciembre de este año, según la tabla del Tipo de Cambio Oficial diario que está publicada en la página web del BCN.
“Esta decisión se adopta con antelación de cuatro meses para dar mayor previsibilidad cambiaria, así como para facilitar la formulación presupuestaria del Estado, la programación monetaria del BCN y la planificación de los negocios”, informó el BCN.
Se establece el tipo de cambio fijo
“Esto significa el abandono de la política de deslizamiento, lo cual era previsible, porque la tasa de deslizamiento vino bajando desde el 12, al 10, al 8 al 5, al 2 por ciento. Todos los economistas siempre comentamos que el interés de Daniel Ortega era bajarla al cero, es decir, un tipo de cambio fijo como será a partir del 1 de enero del 2024”, dice el economista y exreo político desterrado, Juan Sebastián Chamorro.
“Nicaragua era uno de los pocos países que tenía tasa de deslizamiento, ya que este es un régimen cambiario muy extraño. El tipo de cambio fijo que tendrá Nicaragua a partir de 2024 es usado por economías pequeñas, sobre todo en el Caribe, donde amarran su moneda con el dólar estadounidense principalmente… Economías pequeñas cuya economía depende de una fuente de divisas bastante importante como el turismo. Y precisamente por esa relación que tienen con capitales del exterior es que fijan su moneda en relación al dólar generalmente”, explica Chamorro.
Para Chamorro, el objetivo de la reducción a cero de la tasa de deslizamiento es reducir la inflación. Y desde el punto de vista de las finanzas públicas es ahorrarse el pago del mantenimiento de valor que incluía en todas sus obligaciones, incluidos todos los contratos público, instrumentos financiero y bonos del tesoro. Pero también el pago de las pensiones del Instituto Nicaragüense del Seguro Social (INSS) tampoco recibirán el ajuste anual equivalente a la tasa de deslizamiento.
El temor a la devaluación
Debido al nivel récord de las reservas y del ingreso de remesas y el buen desempeño de las exportaciones, Chamorro descarta que al menos en el corto plazo el Estado no pueda mantener el tipo de cambio fijo.
Además, explica que para los defensores del tipo de cambio fijo sus bondades son las reglas claras y fáciles de entender sin las fluctuaciones diarias que impone el tipo de cambio flexible que utilizan las economías grandes como la de Chile, Colombia y México y que en Nicaragua habría generado mucha incertidumbre, porque se rige por la oferta y la demanda.
No obstante, Chamorro aclara que el problema del tipo fijo que utilizará Nicaragua a partir del 1 de enero del 2024, es que arbitrario. “Se define un monto específico, será 36.6243 córdobas y el Gobierno se compromete a mantener ese monto por un tiempo determinado, pero no está obligado y esa es la incertidumbre de puede generar”, dice Chamorro
Y añade que “si las condiciones cambian y hay un problema de afluencia de divisas a la economía nicaragüense podría entrar en dificultades en sostener ese tipo de cambio fijo y tendría que devaluar, tal como le pasó a Anastasio Somoza en 1978 o 1979 cuando tuvo que devaluar de 7 a 10 córdobas por dólar. Esa fue una devaluación fuerte”.
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Las razones que argumenta el BCN
Y aunque la economía está en franca desaceleración, el régimen de Ortega aduce que dicha medida se adoptó en un “marco de políticas macroeconómicas e indicadores macrofinancieros adecuados y porque la evolución económica reciente presenta los siguientes resultados: (I) actividad económica creciendo, (II) finanzas públicas consolidadas, (III) balanza de pagos financiada, (IV) sistema financiero estable, (V) reservas internacionales creciendo y (VI) estabilidad monetaria y cambiaria”.
Según el comunicado, desde agosto del 2020, o sea, desde hace tres años, la máxima autoridad bancaria “no interviene en el mercado de venta de divisas, las que se transan libremente en ese mercado. Desde esa fecha, el BCN, al Tipo de Cambio Oficial, únicamente ha comprado divisas que los bancos y sociedades financieras venden libremente al BCN para satisfacer la mayor demanda de córdobas por parte del público”.
El BCN espera que esta “reducción del deslizamiento contribuirá al fortalecimiento de la moneda nacional y a compensar los efectos de la elevada inflación internacional en la economía nacional, para favorecer de esta manera el poder adquisitivo de la población”.