Antes del regreso de Daniel Ortega al poder, las universidades se levantaron en contra de los gobiernos de turno por diferentes causas, como la asignación del seis por ciento que la Constitución establecía para diez recintos del Consejo Nacional de Universidades. En 2018 los universitarios se levantaron a favor de demandas sociales, como las denuncias del incendio en la Reserva Indio Maíz y las reformas al Seguro Social y luego de un proceso de control de las almas maters el régimen las usa para castigar a los opositores anulando sus diplomas o negándoles sus registros académicos.
Ortega, al entregar la presidencia a Violeta Barrios de Chamorro indicó que gobernarían “desde abajo”, esto implicó un control de grupos sindicales, entre ellos la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), que protagonizó un sin número de protestas.
Luego del regreso del Frente Sandinista en 2007 con Ortega liderando, la UNEN se volvió pieza fundamental para el control dentro de las diferentes universidades, asumiendo votos en las decisiones de los recintos. En un reportaje realizado por la Revista Domingo de LA PRENSA, un exdecano bajo anonimato aseguró que desde 2007 se instaló un nuevo sistema de premiación a los altos rangos de UNEN. El Frente Sandinista les asegura un puesto como funcionarios públicos con jugosos beneficios.
Lea además: Periodistas en el exilio demandan la liberación de Víctor Ticay
Entre mayo y junio de 2018, cuatro de los principales recintos universitarios fueron símbolo de resistencia ciudadana. En estos, los jóvenes atrincherados libraron fuertes enfrentamientos contra los aparatos represivos del régimen.
Ortega con línea clara en contra de las universidades
Recientemente, el catedrático Ernesto Medina declaró a LA PRENSA que “el régimen Ortega-Murillo desde 2018 tiene una línea de acción muy clara en contra de las universidades, de la autonomía universitaria, en contra de la libertad académica, y en realidad es una línea de acción en contra de todo lo que signifique promoción de un pensamiento crítico, libre”.
Además, especialistas declararon a LA PRENSA que el actuar del régimen Ortega Murillo también podría afectar la educación superior a nivel centroamericano. Esto debido a la negación del paso por el territorio nacional al grupo de universitarios de la Universidad Autónoma de Honduras (UAH).
Símbolo de resistencia
Como parte de los procesos sociales de rebelión ciudadana, los centros de pensamientos de educación superior se convierten en el bastión de lucha. En 2018, los recintos fueron protagonistas al enfrentar al régimen.
La Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), la antigua Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), Universidad de Ingeniería de Nicaragua (UNI) y Universidad Nacional Agraria (UNA) fueron tomadas por los estudiantes en 2018. La principal demanda de los jóvenes era recuperar la autonomía universitaria, que estaban ligadas a uno de los principales brazos políticos del régimen, la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN).
Entre los meses de mayo, junio y julio de 2018, estas universidades sufrieron diversos ataques que tuvieron como consecuencia múltiples heridos de gravedad y diversos muertos. Además, los jóvenes que participaron en la toma de estas universidades fueron expulsados de las universidades; les fueron borrados sus expedientes universitarios, a muchos de estos les hacía falta un par de meses para terminar la carrera universitaria.
Lea también: Redesca preocupado por el cierre de los espacios cívicos en Nicaragua
UNEN, brazo del Frente Sandinista
El régimen retomó el control de las universidades. Primero con ataques en 2018, luego con el retiro de las personerías jurídicas de los recintos y luego fortaleciendo la UNEN. Muestra de la simpatía de esta organización estudiantil por el régimen es que muchos de sus dirigentes ocuparon luego cargos públicos El exdirigente de UNEN, Isaac Lenin Bravo, fue recientemente removido del cargo de embajador en Irán, y el expresidente de esta organización Jasser Martínez se mantuvo por mucho tiempo en un puesto como diputado de la Asamblea Nacional.
UCA expulsada del CNU
La Universidad Centroamericana (UCA) ha representado una incomodidad al régimen porque se ha caracterizado por fomentar la crítica en la comunidad universitaria, además ha adoptado una postura crítica contra los crímenes de lesa humanidad que ha cometido la dictadura.
A consecuencia de esto, el Consejo Nacional de Universidades (CNU) manejado por el régimen, expulsó a la universidad de este. Las autoridades no ahondaron en detalles sobre el hecho, sino que fue a través de un breve comunicado la decisión de la dictadura.
Además, anteriormente el CNU había venido reduciendo poco a poco el presupuesto que le tocaba a esta universidad. La universidad tuvo que reducir las becas en un veinte por ciento, desde el segundo semestre de 2022.
Recientemente el mapa de las universidades ha cambiado, el régimen ha retomado el control, cambiado nombre a los recintos. Estudiantes que participaron en las protestas de 2018 perdieron sus registros académicos, se vieron obligados al exilio o fueron víctimas de la anulación de sus títulos.
Atentar contra la libertad académica
Las violaciones a la libertad académica han afectado además a escuelas, el ataque más reciente ha sido contra colegios vinculados a la Iglesia católica.
Braulio Abarca, del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca +, explica que las violaciones a los derechos humanos, a la libertad académica, a la autonomía universitaria y al derecho a la educación siguen perpetuandose en Nicaragua.
“Evidencia que prácticamente están adiestrando con una forma de lavado de cerebros, de poder tener control absoluto de la educación del país”, remarcó.