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LAPRENSA/ARCHIVO

Régimen no convence a Fitch con sus estadísticas y le mantiene la calificación crediticia en grado basura

Fitch "actualmente no espera que una votación reciente para cambiar el liderazgo en el BCIE restrinja en gran medida sus préstamos a Nicaragua"

Pese a que el régimen de Daniel Ortega ha reportado estadísticas económicas sobresalientes, las mismas siguen sin convencer a las calificadoras de riesgo a nivel internacional. La agencia Fitch Ratings decidió mantenerle el grado crediticio en moneda extranjera en B-, la nota más baja de su clasificación crediticia, aunque le cambió la perspectiva de estable a positiva, especialmente por el impacto de las remesas en los indicadores económicos.

En una revisión del estado de la economía, Fitch reconoció mejoras en materia fiscal, pero resaltó que las remesas han sido un motor clave en la nueva posición económica, la cual también ha exhibido ser resistente a las sanciones internacionales.

No obstante, hay riesgos a la baja en las perspectivas de crecimiento, situación que empeora por menores opciones de financiamiento externo para el Gobierno, que ha profundizado su dependencia en el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

A propósito del BCIE, Fitch “actualmente no espera que una votación reciente para cambiar el liderazgo en el BCIE restrinja en gran medida sus préstamos a Nicaragua, aunque ve cierto riesgo dado que el financiamiento del país por parte del banco supuestamente fue un ímpetu para este cambio”.

Hasta el 2017, Nicaragua tenía su nota en B positiva, pero tras el estallido de la crisis política en el 2018, que derivó en una recesión de tres años, la economía empezó a crecer nuevamente en el 2021 y hasta el 2022, según cifras del Gobierno, que sin embargo, no han convencido a la calificadora de riesgo para retornar a una mejor posición la nota de deuda soberana del país.

Si bien la nota de B positiva está dentro del grado de basura, por la alta probabilidad de que el Gobierno incumpla sus compromisos financieros con los agentes financieros, lo cierto es que esa posición es mejor que la B negativa, que es el peldaño más bajo de la clasificación.

En los últimos tres años la dictadura ha reporta de fuertes tasas de crecimiento, especialmente en el 2021, cuando se dio un efecto rebote, que ocasionó que el Producto Interno Bruto reportara una expansión de 10.3 por ciento; luego en el 2022 indicó que creció 3.8 por ciento; y para este año proyecta un crecimiento de entre 2.5 y 3.5 por ciento. En ese sentido, Fitch estima que el PIB crezca este año 3.2 por ciento.

Menores grados de inversión

La agencia dice que “hasta ahora, la economía ha demostrado ser ampliamente resistente a estas tensiones políticas y las sanciones económicas resultantes, aunque continúan presentando riesgos a la baja para las perspectivas de crecimiento y limitan las opciones de financiamiento externo del soberano, lo que lo hace cada vez más dependiente de un prestamista multilateral regional”, en referencia al BCIE.

Sobre las tensiones políticas, dijo que estas siguen siendo altas bajo la administración de Daniel Ortega, que recientemente implicó la supresión de la sociedad civil a través del cierre de numerosas organizaciones benéficas y cívicas. Por eso, desde el 2021 pesan sobre el país la ley Renacer de Estados Unidos, endureciendo las sanciones contra personas e instituciones específicas, y en 2022 amplió su conjunto de herramientas y tomó medidas que afectan a sectores específicos (azúcar, minería). “Un mayor endurecimiento de las sanciones sigue siendo un riesgo a la baja”, advirtió.

A criterio de la calificadora, estas decisiones políticas probablemente van a ocasionar menores grados de inversión, incluso más bajos de lo observado hasta ahora. No obstante, reconoce que “las políticas macro prudentes han ayudado al soberano a navegar estos desarrollos políticos. Un aumento en la migración hacia el exterior, aunque una tendencia negativa probablemente impulsada por estos problemas sociales y políticos, también ha significado un fuerte aumento en las entradas de remesas que están impulsando el crecimiento y la acumulación de amortiguadores externos”.

Remesas, juegan papel clave

De hecho, Fitch menciona que las remesas han sido fundamentales para mejorar la posición externa del país. Muestra de ello, es que el déficit de cuenta corriente mejoró pasó de 3.1 por ciento del PIB en 2021 a 1.4 por ciento en el 2022.

“La migración hacia el exterior y un mercado laboral sólido en EE. UU. impulsaron un fuerte aumento del 50 por ciento en las remesas en 2022 a 3,200 millones de dólares (o el 21 por ciento del PIB, frente al 10 por ciento en 2017)”, mencionó, al tiempo que señaló que esa tendencia se mantiene este año, luego que estos envíos crecieran un 60 por ciento en el primer trimestre. Esta situación ha sido apoyada por menores precios del petróleo a nivel internacional.

En ese contexto, las remesas han sido fundamentales para mantener el crecimiento del consumo privado, así como el crédito, el cual está en recuperación, el cual crece 21 por ciento en el primer trimestre de este año. No obstante menciona que la inversión privada ha tardado más en recuperarse y se mantiene muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis de 2017.

Pero además menciona que si bien la Inversión Extranjera Directa alcanzó un récord en el 2022, mucho de este capital fue reinversión de utilidades en comparación con recursos frescos en el pasado. “Grandes “errores y omisiones” (6 por ciento del PIB en 2022) significan que la fortaleza de la posición externa puede estar sobreestimada”, advierte.

Fuerte aumento de las reservas

Asimismo, la calificadora señaló el fuerte aumento de las reservas internacionales, que hasta abril de este año alcanzaron los 4,900 millones de dólares. Estas “cubren el 74 por ciento del dinero en sentido amplio… y alrededor de 4.6 meses de pagos externos actuales…. La deuda externa neta cayó al 36 por ciento del PIB en 2022 desde un máximo del 55 por ciento en 2018”.

Y aunque se espera que el régimen de Ortega enfrente restricciones de financiamiento externo en los próximos años, a criterio de Fitch el Gobierno “está mejor posicionado para sortearlas a la luz de la sólida posición fiscal”.

Un punto a favor del régimen es que la deuda pública sigue siendo sostenible. Esta pasó de representar un 53 por ciento del PIB en el 2020 a 49 por ciento en el 2022. Fitch espera que la deuda siga cayendo en los próximos años por debajo del nivel del 40 por ciento anterior a la crisis de 2017.

La deuda neta/PIB en torno al 37 por ciento del PIB en 2022 ha tenido una tendencia aún más favorable a la luz de la importante acumulación de depósitos públicos. “La relación interés/ingresos de solo 4.5% es una de las mejores en la categoría ‘B’. Prácticamente toda la deuda interna (excluyendo los valores emitidos para capitalizar el BCN) está denominada o vinculada al dólar estadounidense, lo que destaca la insignificante flexibilidad financiera en moneda local. Nicaragua no tiene ningún bono externo en circulación”, resaltó.

Sobre la inflación, Fitch dijo que esta en abril se moderó a un 9.5 por ciento en el promedio de los últimos 12 meses, desde el 11.6 por ciento observado en diciembre del 2022. “Nicaragua ha experimentado el mayor shock inflacionario de América Central, a pesar del congelamiento de los precios internos de los combustibles, en parte debido al aumento de los precios de los alimentos y su peso particularmente grande en el IPC (Índice de Precio al Consumidor)”.

Los riesgos y oportunidades

Y pese a que colocó la perspectiva de Nicaragua en positiva, aunque le mantuvo en la categoría de basura la nota soberana, indicó que esta calificación podría desmejorarse si “ocurren acontecimientos políticos que perjudican severamente los flujos comerciales y de inversión, el financiamiento externo y las perspectivas de crecimiento; por ejemplo, debido a un endurecimiento de las sanciones internacionales”.

O bien si hay una desviación de la política que resulta en el agotamiento de las reservas financieras y aumenta las vulnerabilidades macroeconómicas.

Pero si el régimen de Ortega quiere que se le mejore la nota, deberá demostrar que “la combinación de políticas de Nicaragua seguirá siendo prudente y generará un crecimiento económico continuo, afianzará la estabilidad macroeconómica y reducirá la inflación, así como una mayor acumulación de amortiguadores fiscales y reducción de la deuda/PIB”.

Además deberá conseguir “mayor mejora en las métricas de liquidez y solvencia externa, y/o diversificación de fuentes de financiamiento externo, así como mejora el clima de negocios y reducción de los riesgos políticos a la baja; por ejemplo, debido a la reducción de las tensiones internacionales y el desmantelamiento de las sanciones”.

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