La poeta nicaragüense Gioconda Belli ha sido honrada con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, uno de los más prestigiosos galardones internacionales en el ámbito cultural y literario de la poesía. Y con ella, la poeta laureada, su país Nicaragua ha sido también honrado.
Gioconda Belli es la tercera nicaragüense que obtiene este premio. Antes de ella les fue concedido a Ernesto Cardenal, en 2013, y Claribel Alegría (quien también era salvadoreña) en 2017.
Además, Nicaragua es uno de los tres países iberoamericanos que han sido honrados con este premio, desde que fue instituido en 1992. Los otros dos son Chile y Portugal. España ha sido premiada 14 veces, lo cual es comprensible no solo porque ese país europeo es el que lo otorga, pero sobre todo por el reconocido liderazgo español en las letras iberoamericanas.
Según expresó Ana de la Cueva, presidenta del Patrimonio Nacional de España que junto con la Universidad de Salamanca son las instituciones que otorgan el premio mencionado, no fue fácil escoger a Gioconda Belli, entre los 49 candidatos que en sus obras “reflejan la variedad de nuestras letras y el prestigio del galardón”. En este sentido, el jurado calificador razonó que Belli fue la escogida por “su significación en la cultura contemporánea de Nicaragua reforzando el prestigio de uno de los grandes países de la lírica hispanoamericana”. Así lo reportó Público, un periódico español en línea.
Público añadió que el rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, destacó que “la escritora nicaragüense se suma a un elenco de maravillosos poetas que reivindican los valores que defienden las instituciones y las universidades, y luchan contra la tiranía”.
Pero no ha sido por su posición política y su ideología de izquierda, sino por el valor literario de su obra poética que le ha sido otorgado el Premio Reina Sofía. Como también Ernesto Cardenal y Claribel Alegría lo obtuvieron por la calidad de sus creaciones literarias, no por sus definiciones ideológicas que eran igualmente de izquierda.
Por supuesto que no deja de llamar la atención que las únicas tres personas poetas de Nicaragua galardonadas con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana han sido de esa ideología. Como también el único escritor nicaragüense que ha recibido el gran Premio Cervantes de Literatura, es Sergio Ramírez, antiguo dirigente sandinista ahora retirado de la política militante, pero severo crítico intelectual del régimen actual de Nicaragua, desde posiciones claramente democráticas.
A la gente de derecha —y sobre todo a la de extrema derecha— le molesta que esos creadores de cultura que son o fueron de izquierda, sean reconocidos internacionalmente. Pero está claro, como ya se ha dicho, que no es por razones políticas e ideológicas que los premian, sino por la calidad superior de sus obras literarias.
Es conocido que en general y en todo el mundo, la mayor parte de los intelectuales se posicionan en la izquierda ideológica y política. Son muy pocos los literatos de derecha y liberales reconocidos internacionalmente, como por ejemplo Mario Vargas Llosa. Hay muchos estudios sobre este fenómeno sociocultural que lo explican —o tratan de explicarlo— de distintas maneras, pero el hecho es que se trata de una realidad.
Se considera que los intelectuales son particularmente sensibles a los problemas sociales y sufrimientos humanos y por eso se identifican con doctrinas y regímenes que ofrecen un reino de justicia, igualdad y libertad, pero que en la práctica hacen lo contrario.
Sin embargo, los poetas y escritores degradan sus obras cuando las politizan, hacen de ellas medios de apología de regímenes autoritarios y se ponen a su servicio. Por eso no son los intelectuales del autoritarismo y el totalitarismo los que reciben los premios literarios internacionales de gran valor, sino los disidentes, como Borís Pasternak y Alexander Solzhenitsin en la extinta Unión Soviética, para mencionar dos casos muy representativos.