Dentro de las agresiones que el régimen Ortega Murillo ha cometido contra la Iglesia católica, todavía conserva a tres religiosos en sus mazmorras de manera arbitraria. De 2018 a 2022 se contabilizaron 396 agresiones, de acuerdo con la segunda entrega del informe Nicaragua: ¿Una iglesia perseguida?, de la abogada Martha Patricia Molina.
Sacerdotes, obispos y creyentes se convirtieron en uno de los blancos de Daniel Ortega y Rosario Murillo, debido a que estos ocuparon su voz dentro de la ciudadanía para denunciar las violaciones de derechos humanos que estaba cometiendo el régimen.
Desde entonces, ha tomado diversas acciones para tratar de frenar las acciones opositoras de la Iglesia católica. Religiosos han sufrido acoso, hostigamiento, exilio forzado y encarcelamiento.
El obispo del pueblo
El pasado 25 de marzo, la dictadura mostró a través de los medios oficialistas las primeras fotos de monseñor Rolando Álvarez, desde su audiencia en enero de este año.
La dictadura condenó al obispo a 26 años de cárcel y lo despojó de su nacionalidad nicaragüense un día después que este se negó a abordar el avión que llevó a Estados Unidos a 222 reos políticos. Los delitos que le imputan son “ser autor de los delitos de menoscabo a la integridad nacional, propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación, obstrucción de las funciones, agravada desobediencia o desacato a la autoridad”.
“Ahora que llegó a La Modelo, llegó energúmeno, no tiene el coraje de Cristo que aguantó los azotes y soportó la crucifixión, no acepta que lo metan en una celda donde hay centenares de presos. Yo conozco esas celdas, viví siete años en esas celdas”, dijo Ortega pocas horas después que los ex presos fueran desterrados.
Desde su adolescencia, monseñor Álvarez demostró ser un fuerte opositor a las posturas arbitrarias de los gobiernos. A sus 16 años se opuso abiertamente al Servicio Militar Obligatorio, fue perseguido y se exilió en Guatemala.
El régimen Ortega Murillo lo mantuvo detenido 15 días en la Curia de Matagalpa. Fue secuestrado el viernes 19 de agosto por agentes de la Policía y trasladado a su casa de habitación para permanecer bajo el régimen carcelario casa por cárcel hasta el jueves 9 de febrero.
El exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos, Arturo McFields, afirmó recientemente que Ortega y Murillo cometieron un grave error al tratar de quebrantar a monseñor Álvarez porque “lo que han hecho es darle rostro a la persecución religiosa en Nicaragua. El obispo luce gigante y ellos son cada vez más pequeños. Ante esta realidad que golpea la cara del dictador y su esposa, los medios oficiales han dejado de llamar al obispo ‘tranquero’ y ‘traidor’ y han vuelto a reconocerlo como lo que siempre ha sido: Monseñor Rolando José Álvarez Lagos, el Obispo del Pueblo”, indicó en un artículo de opinión publicado en este medio.
Padre Manuel
A mediados del año, durante una escalada de hostigamiento de parte de los Ortega Murillo contra la Iglesia católica, el régimen había mandado a clausurar el Canal Católico algunos días antes de la detención del padre Manuel Salvador García Rodríguez.
El 1 de junio de 2022, la Policía del régimen detuvo con lujo de violencia al sacerdote Manuel García, después de una campaña de difamación en su contra en los medios oficialistas y redes sociales. Fue el primer sacerdote detenido por la dictadura.
El sacerdote de 57 años, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno, también conocida como El Calvario, en el municipio de Nandaime, departamento de Granada, fue condenado a dos años de prisión y 200 días multa, por el supuesto delito de amenaza con arma contra cinco personas.
La noche del 30 de mayo al sacerdote fue grabado sosteniendo un machete, mientras retaba a las personas que lo cuestionaban por supuestamente haber golpeado a una mujer. En el video también se escucha cómo la población lo acusa y lo insulta.
Su familia relató que luego de llevarlo a su casa de habitación, posteriormente el sacerdote fue trasladado a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocido como el Chipote.
La supuesta víctima que presentaron los medios oficialistas, dos días después de que los hechos violentos ocurrieran, fue la actual presa política Martha Candelaria Rivas Hernández, quien fue condenada a 5 años de cárcel por el supuesto delito de falso testimonio en perjuicio de la administración de justicia.
Ella se negó a firmar la denuncia contra el sacerdote de violencia, además de negar que ella y el sacerdote mantenían una relación de pareja, a como había especificado la Fiscalía manejada por el orteguismo.
El sacerdote de la iglesia El Calvario es un fuerte crítico de la dictadura desde el inicio de la crisis sociopolítica del país. Se afirma que sus críticas al régimen fueron los que causaron al traslado del padre de Diriá a Nandaime.
Monseñor Urbina
José Leonardo Urbina Rodríguez era el párroco de la iglesia Perpetuo Socorro de Boaco. Fue detenido el 13 de julio de 2022, cuando una patrulla llegó a la parroquia por una denuncia en su contra por el supuesto delito de abuso sexual.
La supuesta víctima era una menor de 14 años. Durante la audiencia inicial, los medios oficialistas presentaron a la madre de la menor, revictimizándola, según lo estipulado en el Código de la Niñez y Adolescencia en este tipo de casos.
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La madre de monseñor Urbina comentó al medio digital Confidencial: “No conozco a quienes lo señalan, solo los he oído mentar en Boaco. Como madre, yo me encuentro triste. Vivo bien enferma, estoy peor de la tristeza, soy una viejita”, dijo. Fue declarado culpable el 26 de agosto en un juicio secreto y a puertas cerradas, a como acostumbra el régimen.
Urbina es conocido porque desde 2018 en sus homilías pedía la liberación de los presos políticos, la libertad de Nicaragua y se solidarizaba con los ciudadanos que alzaban su voz contra los atroces crímenes de Ortega y Murillo.
Antes de la deportación y despojo de la nacionalidad de 222 presos políticos el régimen mantenía a más de 11 religiosos o laicos que apoyaban a la iglesia católica en diferentes sistemas penitenciarios.