Hace un mes la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo condenó a 26 años y cuatro meses de prisión al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, por sus posturas críticas a las violaciones de derechos humanos que ha perpetrado el régimen desde el 2018.
El jerarca católico también cumplió un mes de haber sido trasladado de su residencia, en Managua, donde guardaba prisión domiciliaria desde agosto pasado, al Sistema Penitenciario Nacional Jorge Navarro en Tipitapa, conocido como La Modelo, tras negarse a salir del país junto con otros 222 presos políticos que fueron desterrados y enviados a Estados Unidos, el pasado 9 de febrero.
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Sin embargo, nadie sabe exactamente dónde lo mantiene recluido la dictadura y las condiciones en las que se encuentra.
“Ni una palabra, es un misterio. No sabemos dónde está, no sabemos cómo lo tienen, no sabemos si le dan de comer, no sabemos nada”, dijo a LA PRENSA una fuente eclesiástica, bajo condición de anonimato.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh) denunció que las “autoridades penitenciarias y judiciales incumplen la obligación de informar sobre su suerte y paradero, y de permitirle comunicarse con el exterior”.
La fuente expresó que la situación de Álvarez se ha vuelto más “preocupante”, ya que mientras guardaba prisión domiciliaria en Managua, el cardenal Leopoldo Brenes lo visitaba en la residencia de sus familiares, “pero ahora no, después que se negó a irse (del país) hay una total pared ahí, y ahora va a estar peor con las declaraciones del papa (Francisco)”, dijo.
El papa Francisco habló este viernes en una entrevista concedida al medio argentino Infobae sobre la situación de Nicaragua, la cual comparó con la “dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35”, y por primera vez se refirió a Ortega. Dijo que sus acciones dan a entender que tiene algún “desequilibrio”.
El sumo pontífice se refirió también al encarcelamiento de monseñor Rolando Álvarez, y confirmó que purga dicha condena porque “no aceptó el exilio”.
“Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Daniel Ortega). Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio. Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas… Son un tipo de dictaduras groseras. O, para usar una distinción linda de Argentina, guarangas. Guarangas”, dijo el papa Francisco, al ser consultado sobre los ataques del régimen orteguista a la Iglesia católica.