Hasta el III trimestre de 2022 (julio-septiembre), los desembolsos de los préstamos de los organismos multilaterales reflejan una fuerte caída respecto al saldo de 2021, de acuerdo a un reciente informe del Banco Central de Nicaragua (BCN).
Entre el 2020 y 2021, el régimen de Daniel Ortega consiguió significativos flujos de financiamientos para atender la pandemia y los huracanes Iota y Eta, lo que le alivió la presión financiera que experimentó en los años posteriores al 2018, por la aplicación de sanciones a nivel internacional.
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La suma de los tres trimestres de 2022 reflejados en el informe de deuda externa (pública y privada) arroja un saldo de 435.8 millones desembolsados por los organismos multilaterales registrados. La gran mayoría de todos estos recursos fueron destinados al sector público.
El total de 2021 fue de 1,258.7 millones de dólares, lo que significa que para superar este saldo deberían haberse desembolsado al menos 823 millones de dólares durante el cuarto trimestre del año que recién concluyó, cuyo resultado se oficializará entre febrero y marzo próximos.
Lo obtenido entre enero y septiembre de este año está muy por debajo, incluso, de los desembolsos observados en el 2020, cuando se consiguieron 927.9 millones de dólares.
Solo el sector público, entre enero y septiembre del año pasado obtuvo en desembolso por parte de las multilaterales 411.7 millones de dólares, lejos de los 1,126 millones observados en todo el 2021 y los 787.5 millones en el 2020.
Es decir que para que el sector público, principalmente el Gobierno central, consiga superar los captado en el 2021, se requería que en el cuarto trimestre del año pasado haya conseguido apalancar 714.3 millones de dólares, lo cual es poco probable tomando en cuenta la tendencia de los tres trimestes anteriores.
BCIE sigue a la cabeza
Pero más allá de eso, el informe enlista a nueve acreedores multilaterales, donde el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), sigue a la cabeza de financiadores del régimen de Daniel Ortega, siguiendo la tendencia que inició en 2016, desplazando al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Hasta el III trimestre de 2022, el BCIE había desembolsado 311.4 millones de dólares, con lo que totaliza casi 2,400 millones de dólares financiados a Nicaragua desde 2016 (ver infografía). En tanto, el BID tiene un saldo de 44.2 millones de dólares hasta septiembre, con un acumulado de 1,218 millones de dólares en los últimos siete años.
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Lo anterior refleja que los desembolsos del BCIE duplican los otorgados por el BID en el período analizado.
Según el sitio web del BCIE, fundado en 1960, las aprobaciones para Nicaragua ascienden a 890.17 millones de dólares con una cartera de proyectos de 1,586 millones de dólares.
El presidente de la entidad, Dante Mossi, ha evitado criticar la violación de los derechos humanos que hace el régimen de Ortega y por el contrario la entidad inauguró en marzo de 2022 un millonario edificio sede en Managua.
Entre los principales acreedores multilaterales de Nicaragua además del BCIE y el BID, se encuentran el Banco Mundial a través de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) y la Corporación Financiera Internacional (IFC por sus siglas en inglés); el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Fondo de la OPEP para el Desarrollo Internacional (OFID).
El informe del BCN señala que los desembolsos de préstamos recibidos en el III trimestre por el sector público fueron de 111.4 millones de dólares, “recursos dirigidos en su totalidad al gobierno general. Del total de desembolsos, el 94.6 por ciento provino de fuentes multilaterales (57.8 por ciento del BCIE, 27.4 por ciento del BID, 4.8 por ciento del Banco Mundial y 4.6 por ciento de otras fuentes multilaterales), el restante 5.4 por ciento provino de fuentes bilaterales”.
Señala que los desembolsos fueron destinados a la ejecución de proyectos del programa de inversión pública, principalmente a las actividades de construcción de infraestructura pública (48.4 por ciento), servicios sociales, salud y educación (28.3 por ciento), electricidad, gas y agua (18.4 por ciento) y administración pública (4.8 por ciento).
Préstamos de largo plazo generan la deuda externa
De esta manera, el saldo de la deuda externa nicaragüense casi se ha duplicado en los últimos 12 años, con datos hasta el III trimestre de 2022. Esta impulsada principalmente por más recursos al sector público, aunque también el sector privado refleja un ligero incremento.
El año 2016 cerró con un saldo 7,285 millones de dólares, a septiembre reciente el saldo era de 14,451.9 millones de dólares, lo que refleja un incremento del 98.4 por ciento. Un aumento del 100 por ciento equivale a un dato que se duplica.
Casi la totalidad del saldo de la deuda es en moneda extranjera, el mínimo saldo en moneda nacional es generado por la deuda del sector privado.
Del total del saldo actual de deuda externa, el 74.9 por ciento son préstamos a largo plazo con acreedores multilaterales, bilaterales (gobiernos y organismos de gobiernos) y sector privado.
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El principal deudor es el gobierno central con el 41.65 por ciento del total del saldo de la deuda externa, le siguen otros sectores (sociedades financieras y no financieras) con el 26.5 por ciento; inversión directa, crédito entre empresas (15 por ciento); el Banco Central (12.6 por ciento) y las sociedades captadoras de depósitos (4.18 por ciento).
El BCN indica que el plazo promedio ponderado de la deuda externa pública es de 22 años, incluidos 11 años de gracia. En el caso del gobierno central, el plazo promedio es de 26 años con 13 años de gracia y del BCN, 10 años de plazo con 2.82 de gracia.