En lo que parece un intento por apoderarse de parte del “lucrativo” mercado de las telecomunicaciones -tal como ya lo hizo con la distribuidora eléctrica- el dictador Daniel Ortega criticó la privatización de la Empresa Nicaragüense de Telecomunicaciones (Enitel), realizada hace dos décadas. Y aseguró que las compañías que brindan estos servicios, aunque pagan impuestos, no tienen una relación “justa”. Por lo que amenazó con elevarles los impuestos.
“Esas empresas tienen ingresos multimillonarios, es cierto que tienen que pagar un impuesto, pero no es una relación justa la que tenemos. Ahí habrá que ver con ellos cómo se habla para que puedan aportar más. Tanto ganan más, tanto más deben aportar por la vía de los impuestos”, dijo Ortega durante la clausura del Congreso Nacional de la Juventud Sandinista.
Según Ortega en estos tiempo de los celulares y el internet este es un tremendo negocio en el que nunca se deja de ganar. “Incluso cuando la pandemia, ganaron mucho más, porque como la gente no podía salir tenía que vivir nada más comunicándose”, aseguró Ortega durante el evento realizado la noche del martes 8 de noviembre.
De acuerdo a las estadísticas del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor) actualmente el mercado de las comunicaciones incluye 6.70 millones de líneas celulares activas; 207,844 líneas de teléfonos fijos; 4.64 millones de conexiones de internet, entre móviles y fijas; y 330,815 clientes del servicio de televisión por cable.
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Dice que se quejaron por las reformas fiscales
Nicaragua aprobó reformas fiscales en 2014 y 2019 y en su momento el sector privado reportó las afectaciones que estas provocaron en algunos sectores. Especialmente las de 2019 que entraron en vigencia mientras la economía atravesaba un proceso de recesión que inició en 2018 tras el estallido de la crisis sociopolítica que aún afecta al país.
Pero Ortega ignoró estos detalles y se limitó a decir que estas grandes empresas obtienen ganancias millonarias y aún así protestaron cuando se aplicaron estas reformas. Y aunque no aclaró si el alza en los impuestos al sector se realizará a través de otra reforma fiscal o se hará como el lo dijo “hablando con ellas” para llegar a un acuerdo.
Independiente del mecanismo que el régimen utilice, ese sería un nuevo intento por hacerse de parte del lucrativo mercado de las telecomunicaciones. Cabe recordar que hace varios años, a través de sus hijos y testaferros, Ortega se abrió espacio en este mercado en el que no ha tenido mucho éxito.
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Desde 2009 anda tras el negocio de las telecomunicaciones
Reportes periodísticos documentaron que desde septiembre de 2009 a través de sus operadores Ortega incursionó al negocio de la telefonía. Lo hizo a través de José María Enríquez Moncada y José Mojica Mejía que fungieron como socios fundadores accionistas de la empresa rusa Yota. A esta empresa el Instituto de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), le entregó una concesión para operar el servicio de telefonía básica. Yota eran una sociedad inscrita en Nicaragua como Telecomunicaciones de Nicaragua, S. A. (Telnicsa).
Actualmente Yota ofrece servicio de internet fijo en algunas zonas del país. Entre ellas, algunos municipios de Managua, Masaya, Carazo, Matagalpa, Jinotega, Madriz, Estelí, Nueva Segovia, Chontales, León, Chinandega y la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur (RACCS).
En 2013 apareció la empresa de telecomunicaciones Xinwei propiedad del empresario chino Wang Jing, cercano a Laureano Ortega, hijo del dictador que estuvo involucrado en la entrega de la concesión que le otorgaron a Jing para construir un canal interoceánico, que a la fecha sigue siendo una promesa.
Dicha empresa recibió una concesión para operar en el mercado de las telecomunicaciones y en 2014 Telcor le otorgó un licencia para brindar servicio de telefonía básica local y larga distancia nacional e internacional. En este negocio también estaba involucrado Enríquez Moncada y en 2016 luego de una supuesta inversión de 200 millones de dólares comenzó a ofrecer servicio de internet bajo la marca Cootel. Actualmente tiene cobertura en Managua, Chinandega, León, Estelí, Masaya y Puerto Cabezas
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La privatización de las telecomunicaciones
Enitel se privatizó a inicios de la década del dos mil. Casi diez años después del inicio del proceso de transferencia de la empresa estatal de telecomunicaciones al sector privado. En diciembre de 2001 el Consorcio sueco-hondureño Telia Swedtel Ab-Megatel EMCE pagó 83 millones de dólares por el 40 por ciento de las acciones de la telefónica estatal. En los años siguientes dicha empresa adquirió parte del 11 por ciento de acciones que el Estado le donó a los trabajadores de Enitel.
Luego, en febrero de 2004 el consorcio América Móvil, filial de la empresa Teléfonos de México (Telmex), pagó 49.6 millones de dólares por el 49 por ciento restante de las acciones de Enitel. Con esta operación se convirtió en el segundo principal socio de Enitel después de Megatel que en ese momento se calculaba era dueño del 50. 5 por ciento de las acciones de la compañía.
A marzo de 2022 América Móvil es dueña del 99.6 por ciento de las acciones de la antigua Enitel y opera bajo la empresa Claro que ofrece telefonía fija, celular, internet y televisión por cable. Un segundo operador que entró al mercado es Millicom que posee el 100 por ciento de las acciones de Telefonía Celular de Nicaragua S.A. (Tigo), que dominaría el 53 por ciento del mercado de la telefonía celular y ofrece también internet y televisión por cable.
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¿Ortega apoyó la privatización de Enitel?
Según sus reportes, el Estado de Nicaragua no tiene participación en ninguna de estas empresas. Y no se descarta que a Ortega le interese obtener parte de ellas. Tal como en su momento lo hizo con la Distribuidora Eléctrica hasta quedarse totalmente con ella.
La venta del primer paquetes de acciones se concretó durante los últimos días de la presidencia de Arnoldo Alemán, exlíder del Partido Liberal Constitucionalista (PLC). El segundo paquete de acciones se vendió durante la administración del fallecido expresidente Enrique Bolaños.
Sin embargo, sectores que se oponían acusaron a Daniel Ortega de haber “pactado” con Alemán y Bolaños para privatizar las telecomunicaciones. En aquel momento Ortega lideraba la oposición y cocinaba el pacto que le permitió recobrar el poder luego de tres derrotas electorales consecutivas.
Mientras se negociaba la privatización de las telecomunicaciones, Alemán y Ortega firmaron un pacto. Entre otras cosas por este se reformó la Constitución para bajar de 45 a 35 por ciento el porcentaje de votos para ganar la presidencia. Estableció la diputación “regalada” al presidente saliente y convirtió en cuotas de poder para liberales y sandinistas, los principales cargos del aparato estatal.
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