1- Cultivar cualquier tipo de planta en un mismo lugar
Existe una gran cantidad de tipos de plantas para incorporar en el jardín, cuando vamos a un vivero nos enamoramos de varias plantas; decidimos comprarlas y sembrarlas en casa, sin embargo, escogerlas solo por su porte estético puede llegar a ser un error, ya que no todas las plantas tienen los mismos requerimientos: riego, iluminación, sustrato, fertilización etc.
Una diferencia considerable entre los requerimientos de cuido puede conllevar a la supervivencia de algunas plantas y la muerte de las demás.
Recomendación
Cada tipo de planta tiene sus parámetros en cuanto a luminosidad, suelo y riego. Se recomienda escoger grupos de plantas de las mismas zonas geográficas, con similitudes en sus necesidades. También puedes estudiar o consultar a un experto, antes de experimentar.
2- No conocer la incidencia solar de tu jardín
El sol es imprescindible para el crecimiento de todas las plantas, sin embargo, su incidencia, ya sea directa o indirecta, puede llegar a provocar un crecimiento vigoroso o serias quemaduras, en dependencia del tipo de planta. Es por esta razón que es necesario conocer la incidencia solar y la duración a la hora de planear un jardín.
Recomendación
Es recomendable elaborar un pequeño gráfico que muestre las zonas de sol y sombra de su vivienda para ayudar a la planeación del jardín. Es importante mencionar que la incidencia del sol cambia a lo largo del año.
3- Utilizar cualquier sustrato
El sustrato es la base mas importante del jardín, ya que esta es la principal fuente de nutrientes de las plantas. El empleo de sustratos erróneos puede afectar gravemente el sistema radical de la planta, e incluso llegar a la muerte de la misma.
Recomendación
Se recomienda identificar qué tipo de sustrato tiene en su vivienda, para poder saber cómo mejorarlo. En general se recomienda usar compost para mejorar los suelos arenosos. En cambio, un sustrato combinado con virutas de maderas y recortes de grama ayudan a mejorar los suelos limosos. Finalmente, los suelos arcillosos necesitan ayuda de material orgánico para mejorarlos.
4- No tener conocimientos sobre plagas y enfermedades
Las plantas pueden llegar a sufrir de infecciones de plagas e incluso hongos, que si no se controlan a tiempo pueden llegar a causar la muerte de la misma.
Recomendación
Investigar y consultar qué tipo de plagas afectan las plantas elegidas para el jardín. Establecer un plan de fumigación con métodos orgánicos (como por ejemplo aceite de neem y jabón potásico). Mantener de reserva productos químicos en caso de que se sufra de infestaciones no controlables por la vía orgánica. La utilización de productos químicos debería ser la última instancia con el fin de proteger el ambiente.
5-No tener un plan de riego
El agua es un elemento imprescindible para las plantas, gracias a ella la planta absorbe mejor los nutrientes y se mantiene hidratada. Sin embargo, cada planta tiene sus necesidades especificas de riego. Por ejemplo, un cactus no requiere las mismas cantidades de agua que las begonias.
Recomendación
Es importante conocer las necesidades de riego de las plantas a cultivar para evitar excesos y carencias y recordar que ante la duda de regar es mejor no hacerlo; las plantas generalmente toleran más la falta de agua que el exceso.