En Nicaragua, el ciclo agrícola se divide en tres épocas de siembra principales: primera (a partir de mayo), postrera (a partir de agosto) y apante que corresponde entre noviembre y diciembre.
Actualmente el encarecimiento de los fertilizantes e insumos sigue siendo uno de los grandes problemas de los productores, principalmente de los pequeños.
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“El alto precio de los insumos agrícolas continúa siendo una de las principales limitantes en el proceso productivo, los fertilizantes mantienen sus altos costos lo cual es poco accesible para el pequeño productor que se ve obligado a establecer sus áreas de siembra con el mínimo de insumos, principalmente de fertilizantes, en detrimento de la productividad”, señaló un especialista bajo condición de anonimato.
En lo que va del año, los precios de los insumos y fertilizantes han mantenido un alza generalizada, con incrementos que van de cerca del 10 por ciento, hasta casi el 60 por ciento, de acuerdo con un sondeo realizado por LA PRENSA.
Los productores empezaron a enfrentar los altos precios de los insumos agrícolas y fertilizantes desde 2019. Las causas: incremento de la demanda mundial, el aumento de precios de las materias primas para fabricarlos, una reducción de la oferta por asuntos proteccionistas y el encarecimiento en la comercialización (contenedores y fletes).
Pero a pesar de ello, un productor que solicitó la omisión de su nombre, dijo que tomando como referencia el excelente período lluvioso actual se prevé buenos resultados para la postrera, de acuerdo con el comportamiento que están teniendo los principales rubros productivos.
El sorgo rojo, el maíz y el frijol son tres rubros que, de no tener afectaciones climáticas, tendrán resultados positivos en postrera.
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“En sorgo se podría llegar a una producción promedio de 60 quintales por manzana, aproximadamente unos 700 mil quintales, en el maíz más de dos millones de quintales y el frijol alrededor de 1.5 millones de quintales”, estimó por su parte el agroespecialista.
Por otro lado, el productor dijo que en el caso del maní “se espera una buena producción, si las condiciones climáticas son favorables, pues debido a las lluvias constantes los productores están tomando medidas como no descuidar la aplicación de fungicidas para prevenir plagas”.
Alerta en las hortalizas
El especialista explicó que el panorama no es del todo positivo en el caso de las hortalizas. “Las hortalizas son consideradas cultivos de alto riesgo por las limitantes y los riesgos que implica la producción, además del alto costo de los insumos porque son rubros que lo demandan muchos para la producción”.
Señaló que, debido a las lluvias, la producción de tomate y chiltoma se ve limitada debido a las enfermedades provocadas por hongos y bacterias. “Solamente las áreas de agricultura protegidas por insumos son donde habría menos daños”.
Además, consideró que las ventas están bajas, “dado al alto costo de la canasta básica los consumidores priorizan el gallo pinto y la tortilla, dejando a un lado el consumo de vegetales y sumemos que el turismo no se ha recuperado totalmente”.
Datos oficiales demuestran que la canasta básica se ha encarecido un 11 por ciento entre diciembre y agosto reciente, equivalente a 1,744.63 córdobas (48.47 dólares).
Recomendaciones para apante
Ante la próxima época de siembra, concentrada generalmente en granos básicos (maíz y frijol), el especialista recomendó a los productores la búsqueda de alternativas para paliar el alto uso de los insumos químicos.
Asimismo, estar pendientes del comportamiento climático y de los posibles fenómenos naturales que se puedan desarrollar durante el mes de octubre.
Según el Plan Nacional de Producción, Consumo y Comercio 2022-2023, en el caso del frijol en el presente ciclo agrícola 2022/2023 se proyecta un crecimiento de 2.6 por ciento, con una producción esperada de 4.8 millones de quintales, “con un consumo (interno) aparente de 3.0 millones de quintales y un volumen de exportación de 1.8 millones de quintales”.
Matagalpa, Jinotega y Nueva Segovia son los departamentos donde se concentra la mayor área de siembra de frijol rojo, según datos del Ministerio Agropecuario (MAG).
En el caso del maíz se proyecta un incremento de 4.4 por ciento, esperándose una producción de 8.6 millones de quintales, y un consumo aparente de 8.6 millones de quintales. Jinotega, la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN) y Estelí son las mayores zonas de siembra.
“La producción nacional de frijol y maíz abastece el 100 % del consumo nacional, y en el caso de la producción de frijol se genera un excedente para la venta en el mercado externo que en 2021 alcanzó un valor de 84.4 millones de dólares”, señala el documento.
Sobre los insumos, el régimen de Daniel Ortega señala en este documento que “el alto costo de los fertilizantes agrícolas limita que los productores se abastezcan de este tipo de insumos, lo cual nos conlleva a fortalecer la actividad agrícola en las fincas de los pequeños y medianos productores para que finalmente se pueda traducir en incremento de la productividad”.
Para ello pretende impulsar la producción de insumos biológicos a fin de reducir la dependencia de las familias productoras.
Respecto a los vegetales y hortalizas pretenden potenciar las capacidades de los productores para mejorar el manejo y control de las afectaciones de plagas y enfermedades en las etapas del ciclo productivo, generando nuevas variedades.