El periodista y preso político Miguel Mendoza cumple este lunes ocho días de estar en huelga de hambre. Es un paciente crónico: tiene diabetes, ácido úrico e hipertensión. Sus padecimientos, más las condiciones inhumanas en las que vive en la cárcel del Chipote, ponen al cronista deportivo en una situación sumamente peligrosa. Sin embargo, su decisión no es más que una acción desesperada para que le permitan ver a su hija Alejandra, de 8 años.
“Lo que está haciendo Miguel es la mayor expresión de amor de un padre (…) Alejandra es como su aliento de todos los días”, dice su esposa Margin Pozo, quien menciona el dolor que siente el periodista por haberse perdido 15 meses de la vida de su pequeña hija, y por no tener la certeza de cuándo volverá a verla.
La última vez que Pozo pudo ver a Mendoza fue el 27 de agosto pasado, cuando le permitieron visitarlo en el Chipote. Esa vez, el reo de conciencia le comentó a su esposa la intención de hacer una huelga de hambre para presionar al régimen de Daniel Ortega y Rosario que le permita ver a su hija.
Desde esa fecha, Margin no sabe cómo está de salud su esposo, y mucho menos si len ha traído consecuencias los primeros siete días de huelga de hambre.
“Esto nos preocupa porque sumado a su delgadez, sus enfermedades crónicas y dejando de comer esto lo pone realmente en riesgo”, comenta Margin, quien señala que Mendoza ha perdido 30 libras desde que está injustamente encarcelado.
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En caso de que Mendoza sufra una descompensación, a Margin le preocupa que no tenga una rápida ni adecuada atención médica, ni acceso a los medicamentos.
Róger Reyes también está en huelga
El abogado y preso político Róger Reyes cumple este lunes 401 días detenido arbitrariamente. Desde entonces, no ha podido ver a sus dos hijas de 3 y 5 años, por lo que también ha recurrido a una huelga de hambre en protesta contra esta tortura.
«Róger me expresó lo desesperado que se sentía por no poder ver ni escuchar a sus hijas, niñas de 3 y 5 años. Esta separación padre-hijas es cruel, violenta los derechos de la niñez y la incomunicación a la que están siendo sometidas mis hijas y su padre es considerada tortura”, denunció su esposa Fernanda Guevara, este fin de semana.
Según Guevara, su esposo le dijo que si para el 20 de septiembre no le concedían visitas con sus hijas, iniciaría una huelga de hambre, por lo que se considera que en esa fecha comenzó su protesta.
Reyes, uno de los defensores del exprecandidato presidencial Félix Maradiaga, fue detenido el 20 de agosto de 2021, y en marzo de este año fue condenado a diez años de prisión por el supuesto delito de menoscabo a la integridad nacional.
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“Es lamentable que nuestros familiares tengan que recurrir a estrategias tan drásticas y peligrosas para que se le garantice sus derechos básicos. Los niños y las niñas tienen derecho a ver a sus padres”, manifestó Guevara.
Dora María Téllez en demanda de sus derechos
La exguerrillera Dora María Téllez también inició una huelga de hambre para demandar el fin del confinamiento y las condiciones a las que ha sido sometida, como no tener acceso a material de lectura, ni atención médica ni buena alimentación, entre otras denuncias realizadas por los familiares de presos políticos.
Téllez además demanda que le permitan firmar un poder a sus familiares para que retiren su pensión de jubilación, según informó la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos, que señala que la presa política podría tener dos semanas de iniciada la huelga.
La decisión de Téllez también fue confirmada por la agrupación política Unamos, de la que es parte la comandante y exguerrillera, en la que apunta que “la demanda de Dora María se extiende a otras presas y presos políticos que se encuentren en la misma condición”.
“Como se observó en las fotos y videos divulgados por la dictadura el día 31 de agosto 2022, ella se encuentra muy baja de peso, situación que pone gravemente en riesgo su salud y hasta su vida”, dicta un comunicado emitido por Unamos.
Una médica que comentó rápidamente bajo anonimato sobre la situación de los presos políticos destacó que la huelga de hambre es peligrosa porque las manifestaciones o afectaciones que las víctimas ya presentan se centran en la carencia de la vitamina D y por la falta de exposición al sol, y con este tipo de protesta aumentan los riesgos de deterioro de su salud.
La presa política Támara Dávila y el preso político Miguel Mora también realizaron una huelga de hambre en demanda para ver a sus hijos, y solo en esas ocasiones el régimen orteguista permitió que pudieran verlos.