Medio de comunicación de la Santa Sede confirma que monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, expulsado de Nicaragua por el régimen Ortega Murillo en marzo pasado, será el representante del papa Francisco en Senegal, Cabo Verde, Guinea-Bissau y Mauritania.
“La Oficina de Prensa de la Santa Sede anunció este martes 6 de septiembre que monseñor Waldemar Stanislaw, ex-nuncio apostólico en Nicaragua expulsado del país por la dictadura de Daniel Ortega, será enviado a África… De esta forma, monseñor Waldemar Stanislaw será de ahora en adelante nuncio apostólico en Senegal, Cabo Verde, Guinea-Bissau y Mauritania”, dice una publicación de Aciprensa.
A Monseñor Sommertag lo expulsaron de Nicaragua el 6 de marzo de 2022 y el 9 de marzo la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) confirmó a través de un comunicado la salida hacia Roma del entonces nuncio apostólico.
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Monseñor Sommertag fue mediador durante la crisis
Monseñor Sommertag es polaco y el papa Fracisco lo mandó a Managua en mayo de 2018. Es decir en el inicio que la crisis sociopolítica que el régimen sofocó con una cruenta represión de provocó más de 350 muertos, según registro de la Comisión Interamericana de Derecho Humanos (CIDH).
En 2019 participó como testigo en la segunda etapa de un diálogo nacional en el que la Alianza Cívica en representación de la oposición y el régimen buscaban una salida a la crisis sociopolitica. Además, fungió como mediador para negociar la salida de algunos presos políticos.
Pese a las criticas de la opinión pública, algunos sectores cercanos a la Iglesia Católica aseguran que su intervención fue de gran ayuda en la liberación de algunos de los reos de conciencia. Aunque este fue un compromiso que el régimen asumió en la mesa de diálogo y el único que cumplió a medias. Y fue precisamente la falta de cumplimiento de los compromisos por parte del régimen lo que obligó a la Alianza Cívica a retirarse de la mesa de negociación.
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Relaciones entre el régimen y la Iglesia en su peor momento
La suspensión del dialogo también provocó una ruptura de los canales de negociación, incluidos los que mantenía monseñor Sommertag con el régimen. En su momento, el presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), monseñor Carlos Herrera, justificó la salida del nuncio Sommertag del país, aduciendo que si no hay comunicación no sirve de nada ejercer esa función de diplomático.
Además, las relaciones entre el régimen y la jerarquía católica siguieron deteriorándose hasta llegar a la situación actual; en la que monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí permanece bajo “resguardo policial” en casa de unos familiares. Además, cinco sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo del canal de la Diócesis de Matagalpa permanecen en las celdas del nuevo Chipote junto a otros treinta reos políticos; también, a otros dos sacerdotes ya los juzgaron y condenaron.
En marzo pasado cuando el nuncio Sommertag salió del país, la representación diplomática de el Vaticano quedó a cargo del encargado de negocios, monseñor Marcel Mbaye Diouf.
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