Ana Chamorro de Holmann, conocida como doña Anita, una de las tres propietarias de Editorial LA PRENSA y madre de Juan Lorenzo Holmann, preso político y gerente general del Diario LA PRENSA, indicó que el arma que ha usado el Diario de los Nicaragüenses es “la verdad” y que la decisión arbitraria del régimen de otorgar las instalaciones al Instituto Nacional Tecnológico (Inatec) es simplemente “un robo”.
Doña Anita recibió la noticia con “asombro e indignación”, también con mucha sorpresa porque no se les dio un aviso. “Qué culpa tenemos para que nos invadan, que nos confisquen, porque así paso a paso que nos ocupe la Policía, nada de eso han dicho, solo las primeras noticias que interrumpieron la traída de papel”, relató doña Anita.
Recordó que el histórico edificio de LA PRENSA ubicado en el km 4.5 Carretera Norte, y que junto a la maquinaria y equipos está valuado en casi 10 millones de dólares, fue primero “tomado”, luego la juez que condenó a su hijo en marzo pasado únicamente puso en la sentencia que las instalaciones permanecerían “en resguardo” y este martes llamaron a una reunión para decir qué iban a hacer con las instalaciones. “Confiscado por ellos, robado porque no nos han avisado, qué hicimos, qué es lo malo que hemos hecho”, exclamó.
“A ellos no les gustó que en el periódico se dijera la verdad. Eso se llama robo. Simplemente robo porque nosotros no hemos hecho nada indebido, todo por la Ley y por la Constitución que dice libertad de expresión y de empresa”, expresó doña Anita.
En la inauguración, la entrega del edificio al Inatec la hizo la procuradora general de la República, Wendy Morales. “Este centro que representa este edificio y el área adicional ha sido debidamente inscrito a favor del Estado por incumplimiento a la norma para garantía de estas familias nicaragüenses”, dijo Morales, sin detallar la base legal para arrebatar la propiedad a sus legítimos dueños.
Doña Anita recordó que a Juan Lorenzo Holmann se le detuvo, procesó y condenó en medio de arbitrariedades y el Gobierno no logró demostrar la acusación de lavado de dinero y en dicha acusación no se menciona el edificio de LA PRENSA, el que fue tomado por la Policía del gobierno de Ortega.
“Nuestra arma ha sido la verdad. No vamos a dejar de decir la verdad por el robo de una propiedad de diez millones de dólares. Nos pueden robar las instalaciones y ponerle el nombre que quieran, pero no el trabajo que hacen los trabajadores de LA PRENSA que son fieles a la verdad y a esa contribución del Diario, en ser la voz del pueblo”, remarcó doña Anita.
Indicó que además LA PRENSA ha sido voz de Dios al reproducir materiales como las Novenas a la Purísima y que no se ha dejado de hacer, aunque el Diario ya no circula de forma impresa. El año pasado la Novena a la Purísima fue publicada en formato digital.
Además de robo, una distracción
Para doña Anita, lo actuado por el régimen con la inauguración del Centro Cultural José Coronel Urtecho precisamente en estos días tiene una segunda intención y es usar a LA PRENSA como una “distracción” por las críticas y denuncias ante las detenciones y persecuciones a la Iglesia católica.
“Con lo que está pasando con la Iglesia y con monseñor Rolando Álvarez quieren tapar esa falta porque no encuentran cómo salir de ese maíz picado, como decimos aquí. Se quitaron la máscara que tenían, lo poco que les quedaba de honestidad y de dignidad, no es el país, es el Gobierno el que lo hace. No tiene otra palabra que robo y usarnos de distracción”, remarcó Chamorro de Holmann.
La inauguración del nuevo centro fue enmarcada en la conmemoración de la Cruzada Nacional de Alfabetización y doña Anita recordó que LA PRENSA apoyó en 1980 la Cruzada por ser una innovación y un adelanto para el país, además de haber registrado en sus páginas este acontecimiento histórico.
LA PRENSA y el exilio
Asimismo, doña Anita recordó que LA PRENSA ya había sufrido cierres en años anteriores y regresó a circular por presiones internacionales, esperando pacientemente y sin negociar con los regímenes dictatoriales que la cerraron.
En 1944 doña Anita vivió lo que este año les ha tocado vivir a cientos de periodistas, entre ellos la redacción entera de LA PRENSA: el exilio forzado por un gobierno que ataca a los medios de comunicación.
Su mamá trabajó en una fábrica haciendo trajes para mujeres y su papá se dedicó a escribir libros en Estados Unidos. La familia se separó porque los hijos mayores se fueron a estudiar a Estados Unidos con apoyo de monjas y los menores se quedaron con la abuela.
“Mi mamá trabajaba y porque sabía inglés ella estuvo en un colegio de inglés y ahí estábamos nosotros. Cuando sabían que nos habían cerrado LA PRENSA las monjas nos dieron becas para continuar estudiando. Mi papá no tuvo trabajo y se dedicó a escribir. Visitaba las bibliotecas para ver cómo habían sido las guerras y se puso a escribir varios libros, El último filibustero, William Walker. Mi mamá llevaba la comida, la que mantuvo la casa y mi papá hacía trabajos de investigación porque Somoza le bloqueaba todas las oportunidades de trabajo. La familia se dividió. Los hijos menores se quedaron en casa de mi abuela y las mayores becadas en un colegio”, recuerda doña Anita.
LA PRENSA y la Iglesia con historias paralelas
De acuerdo con doña Anita, LA PRENSA y la Iglesia católica, ambas perseguidas por el gobierno de Ortega y Rosario Murillo, han recorrido el mismo camino, por defender la verdad y la libertad.
“Tienen una lucha común. Eso es lo que les duele que el obispo (Álvarez) dice muchas cosas que salen en la Biblia y las predica también. (LA PRENSA y la Iglesia en NIcaragua) han recorrido el mismo camino, de manera paralela hacia el mismo objetivo de la verdad y la libertad. Lo que dice en la Constitución de libertad de culto, de expresión, de empresa y en los diez mandamientos dice no robarás”, finalizó.