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La intolerancia y la persecución religiosa

Los humanos comenzaron a tener creencias religiosas desde que tuvieron  uso de razón. En esa época temprana de la humanidad no había intolerancia ni persecución religiosa. Paradójicamente, según se lee en los textos históricos, esas actitudes contrarias a la convivencia humana en armonía comenzaron cuando los hombres ya habían entrado a la civilización.

     Todavía en el comienzo de las antiguas civilizaciones, como la egipcia, la mesopotámica y la griega, la gente toleraba sus distintas creencias. Cada quien adoraba al dios que mejor le parecía y no se incomodaba porque los demás tuvieran sus propias divinidades.

     Fue hasta que surgieron las religiones monoteístas, y los fieles de una y otra creencia decidieron que su dios era el  único y verdadero, que comenzaron las disputas y hasta las guerras por motivos religiosos.

     Por supuesto que en el fondo de los conflictos por religión por lo general se movían intereses materiales, particularmente territoriales. Por ejemplo, la motivación de las guerras entre los hebreos que creían en un solo Dios, y sus vecinos politeístas e idólatras, era la disputa por poseer las escasas tierras fértiles de las regiones donde vivían.

Del mismo modo, los conflictos por soberanía territorial y sentimientos patrióticos se presentaban como disputas religiosas. Tal fue el caso de las guerras de los judíos contra los romanos que comenzaron después de que estos se apoderaron de su país. Los romanos menospreciaron la religión de los judíos al extremo de que plantaron una estatua de Júpiter en el templo de Jerusalén.

Aquello fue el comienzo de un largo período de persecución religiosa por un lado, y de resistencia patriótica por el otro, que culminó con la destrucción del Templo de Jerusalén y la dispersión o diáspora del pueblo judío.

     Con el advenimiento de las otras religiones monoteístas, la cristiana primero y la islámica después, la intolerancia y los conflictos interreligiosos adquirieron una mayor dimensión. Tales fueron las Cruzadas, como se les llamó a las nueve guerras religiosas entre cristianos y musulmanes, la primera de 1095 a 1099 y la última de 1271 a 1272.

     Las guerras religiosas continuaron con el expansionismo de los árabes musulmanes o islámicos sobre Europa Occidental. Siguieron con las invasiones de los turcos, también musulmanes, y finalmente las guerras entre católicos y cristianos protestantes.

     Todo eso ocurrió a pesar de que poco tiempo después del nacimiento del cristianismo, se comenzó a hablar de que la gente tenía derecho a escoger y profesar la religión que quisiera.

Por cierto que fue Tertuliano, un padre de la Iglesia del siglo III después de Cristo, quien mencionó por primera vez el concepto de libertad religiosa. Y a principios del siglo IV, el emperador Constantino dictó el Edicto de Milán, primer documento jurídico sobre libertad de religión, que estableció el derecho de los cristianos y los creyentes de otras religiones a practicar libremente su fe.

     Pero todavía tuvo que pasar mucho tiempo, hasta que, por fin, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada en 1948, la libertad de religión quedó consagrada con fuerza de ley para todos los países del mundo.

No obstante, todavía en muchos Estados la libertad religiosa no se respeta, se persigue y a veces hasta mata a seres humanos por su fe religiosa. Actualmente, algunos países son noticia en el ámbito internacional solo porque sus gobernantes violan sin piedad los derechos humanos, no respetan  la libertad religiosa y persiguen a los obispos y sacerdotes cristianos.

COMENTARIOS

  1. Hace 2 años

    Magistral cronologia de uno de logros civilizaciones del ser humano en su existencia terrenal. Al igual que los Romanos en su dominación previo al nacimiento del Cristianismo y profanando la ciudad sagrada de los Hebreos antiguo pueblo semita y e mundo Islamico; plantaron el Dios Jupiter en Jerusalem. Hoy a muchos siglos de distancia vemos plantadas en nuestra querida Managua a unos árboles de lata que la Pagana Murillo trata de sustituir con su seudo- filosofa idolatra al Chavismo del Siglo Xxl, sobre nuestras arraigadas y solidas creencias en Jesucristo Y Dios como ser supremo. La verdad y nuestra santidad nos hará libres.

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