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El derecho a comprender y la claridad del lenguaje

El derecho a comprender no está  consignado en ningún texto jurídico de derechos humanos. Sin embargo, es un derecho “de crucial importancia para mejorar las relaciones entre los poderes públicos y los ciudadanos”.

     Así lo ha dejado establecido la Red Panhispánica de Lenguaje Claro (Red-PHLEC), constituida en junio pasado en Santiago de Chile en un acto solemne que presidieron el director de la Real Academia Española (RAE) y el presidente de la Corte Suprema de Justicia chilena.

     El derecho de comprender significa que todas las personas deben poder entender con facilidad “las leyes y normas básicas reguladoras de la convivencia”; lo cual “está supeditado a que la lengua sea inteligible o accesible para todas las personas, incluidas aquellas que tienen alguna discapacidad o diversidad funcional por razones de distinta índole”.

     Se considera que esta iniciativa tiene una gran significación estratégica, tanto para el futuro de la lengua española como para la práctica de la función pública y la formación de ciudadanos más aptos para el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones cívicas.

     El proyecto es impulsado por la RAE desde la presidencia de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale) —de la que forma parte la de Nicaragua—, y está abierto a todas las instituciones y entidades públicas y privadas que quieran participar.

     Ya son parte del proyecto el Tribunal Supremo y el Consejo General del Poder Judicial de España, el Defensor del Pueblo también de España, y las academias de la Lengua de 17 países de Hispanoamérica.

No está entre ellas la de Nicaragua, que recientemente fue despojada de su personería jurídica. Lo que ha sido algo insólito, y sin explicación, pues las academias de la Lengua de Cuba y Venezuela —cuyos gobiernos son hermanos ideológicos del de Nicaragua—, funcionan con normalidad, tienen apoyo estatal y son parte de la iniciativa para promover el derecho de entender por medio del lenguaje claro y accesible a todas las personas del mundo hispanoparlante.

     En Nicaragua podría parecer una trivialidad hablar de derecho a comprender y de claridad del lenguaje, cuando los derechos más elementales e indispensables de las personas no están vigentes de hecho. Pero aun así hay que promoverlos, con la confianza o la esperanza de que esta situación no será para siempre.

     Cabe mencionar que el derecho de entender y la claridad del lenguaje no es algo que incumbe solo a las academias de la Lengua, y a los poderes públicos. También atañe al periodismo, para el cual el lenguaje es la materia prima y transmite y reproduce habitualmente los mensajes de las instituciones públicas. De manera que el periodismo debe de ser parte de esta iniciativa. Y contribuir con ella procurando escribir y hablar siempre cada vez mejor      Se atribuye a Winston Churchill haber dicho que “un buen discurso (o un buen texto) debe ser como la falda de una mujer: suficientemente largo para cubrir el tema, pero suficientemente corto para crear interés”. Tenía mucha razón el histórico estadista inglés.

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