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El vejamen a las Misioneras de Madre Teresa

Lo que debería ser un camino sembrado de rosas, por su fraternal comportamiento con los más pobres de Nicaragua, para las Misioneras de la Caridad de Madre Teresa de Calcuta fue un camino sembrado de espinas y abrojos, porque amargo debió de ser tener que dejar en completo desamparo a los ancianos, a las niñas abandonadas y a los niños enfermos que tenían en Granada y Managua y a los que con tanto amor se dedicaban, todo por las órdenes de los Ortega-Murillo.

Esta noticia que ha impactado emocionalmente no solo a millones de católicos en todo el mundo, sino a muchas personas que no siéndolo piensan con el corazón, debe llamarnos a una profunda reflexión a los nicaragüenses, porque es hora que nos preguntemos todos: ¿Quo Vadis, Nicaragua?

Algo grave, muy grave, debe de estar pasando en nuestro país, cuando manu militari los sayones al servicio de la dictadura, proceden arbitrariamente a cerrar locales que están a disposición gratuitamente de los más necesitados, como los siguientes: 1) Una guardería infantil. 2) Un hogar para niños víctimas de abusos o abandonados. 3) Un asilo de ancianos, donde los viejitos cansados recibían alimentación, vestimenta y otros cuidados.

Hay que hacer notar que en estos centros humanitarios nunca se les preguntaba a los infortunados por su filiación política, por lo que muchos de los pocos que fueron partidarios de los Ortega Murillo están siendo también perjudicados. ¿Qué dirán ahora?

Son totalmente absurdas y ridículas algunas de las acusaciones que han hecho contra las Misioneras de la Caridad, tales como la violación de la ley de lavado de dinero, el patrocinio del terrorismo y el financiamiento a la proliferación de armas de destrucción masiva. ¡Habrase visto! También esos diputados son cómplices de esas barbaridades.

La fundadora de las Misioneras de la Caridad fue Madre Teresa de Calcuta (1910-1997). Durante 45 años se dedicó a velar por los pobres, enfermos, huérfanos, moribundos y refugiados, en los albergues que tenía diseminados por todo el mundo, incluido Nicaragua donde organizó el capítulo correspondiente el 16 de agosto de 1988, bajo el régimen del FSLN.

En 1950 fundó las Misioneras de la Caridad y en 1979 fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz. Comenzó su inmenso trabajo por los pobres con 5 dólares que le regaló un amigo simpatizante de sus ideas altruistas y una demostración de su amor por los pobres y desamparados la dio cuando en 1964 el papa Paulo VI le regaló una lujosa limusina Lincoln. Ella vendió el vehículo y con eso construyó un establecimiento para leprosos llamado “Ciudad de Paz”. Murió en Calcuta, India, el 5 de septiembre de 1997, a los 87 años. Fue elevada a los altares como santa por el papa Francisco el domingo 4 de septiembre del 2016.

Todo parece indicar que a Madre Teresa en el único país donde se le han cerrado las puertas, por órdenes del gobierno imperante es en Nicaragua, ya que en una entrevista que concedió poco antes de morir a una periodista italiana le expresó lo siguiente: “Jamás he visto cerrárseme puerta alguna. Creo que eso ocurre porque ven que no voy a pedir, sino a dar. Hoy día está de moda hablar de los pobres. Por desgracia, no está de moda hablarles a ellos”.

No hay nada peor que la desesperanza. Dicen que cuando las Misioneras de la Caridad se despidieron de sus pobres, poco antes de ser expulsadas a Costa Rica, sus abundantes lágrimas no se hicieron esperar y que una de ellas entre lastimeros llantos, expresó: “Y ahora, ¿qué será de ellos?”

Confiemos en Dios y en la capacidad de resistencia cívica de nuestro pueblo, en que más temprano que tarde vendrán días mejores, cuando las puertas de la libertad se volverán a abrir en nuestra patria, no solo para las Misioneras de la Caridad y las 860 ONG que han sido decapitadas por la dictadura, sino para todo el pueblo nicaragüense que no olvidará jamás la bondad infinita que siempre caracterizó a las hijas de Santa Teresa de Calcuta en nuestra querida Nicaragua.

El autor es periodista y secretario general de la Asociación de Nicaragüenses en el Extranjero (ANE).

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